Un cura ítalo argentino, preso por robar donaciones

Patrizio Benvenuti (64) está acusado de estafar a 300 incautos y ancianos en 30 millones de euros. Pertenecía al obispado castrense italiano. Pensaba escapar a las Islas Canarias.

Otro escándalo en puerta dentro de la Iglesia. La Policía italiana arrestó ayer al sacerdote Patrizio Benvenuti, acusado de estafar a unas 300 personas por un monto total de nada menos que 30 millones de euros.

Benvenuti vivió de niño dos años en la Argentina, donde residió temporalmente su padre. Miembro de una familia de alcurnia, integra la Orden de Malta, compuesta por católicos que realizan obras de beneficencia.

Doctor en derecho canónico, pertenece actualmente -está incardinado, es la denominación técnica- al obispado castrense italiano.
El arresto, realizado por la Guardia de Finanzas del Vaticano, se produjo en la localidad de Bolzano, al norte de Italia.

Se le imputa a Benvenuti utilizar una fundación humanitaria para obtener de forma ilícita dinero de personas que, en su mayoría, residen en el extranjero, dijeron los medios de prensa locales.

Según la investigación, las personas estafadas entregaban al sacerdote dinero con la intención de que fuera destinado a la fundación humanitaria Kepha, pero sus donaciones terminaban en un mecanismo de blanqueo de dinero en el que estaban involucradas empresas extranjeras e italianas.

Benvenuti se jactaba de sus conexiones con el Vaticano y organizaba cenas en una lujosa mansión en Roma como parte de un ardid para persuadir a unas 300 personas, en su mayoría ancianos, a que colocaran su dinero en un fondo de inversión o lo donaran a una organización caritativa, dijo Alessandra Faietti, comandante policial en la ciudad de Bolzano.

La mayoría de las víctimas de la estafa eran ciudadanos franceses o belgas, dijeron las autoridades italianas.

Faietti dijo que la investigación comenzó cuando una monja, que había sido el ama de llaves de Benvenuti en Roma durante muchos años, contactó a la policía fiscal luego de recibir documentos bancarios sobre un fondo que había sido abierto en su nombre. La monja había quedado asombrada al ver que cientos de miles de euros se movían de una cuenta a otra, todas a nombre suyo.

Al comienzo, según las investigaciones, los inversionistas sí recibieron algo de intereses, como suele suceder con ese tipo de desfalco, pero luego las ganancias cesaron y no había manera de recuperar la inversión.

Se determinó que Benvenuti había registrado las Islas Canarias como su dirección oficial, y las autoridades sospechan que estaba a punto de mudarse allí.

La Guardia de Finanzas confiscó, entre otras cosas, una villa de lujo del siglo XV, en Piombino, en el centro del país. Además, emitió una orden de captura internacional para el empresario francés Christian Veintisiete, de 54 años, considerado estrecho colaborador del sacerdote.

Benvenuti trabajó en el Tribunal Eclesiástico de la Santa Sede.

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