Un boquete en forma de “V”

El Portillo Argentino es un paso de montaña, un boquete en forma de "V" a 4.380 metros, que permite franquear la Cordillera Frontal y bajar al valle del alto Tunuyán. El paso no mide -no medía- más de cinco metros de largo por tres de ancho. A ambos lados el terreno cae en forma muy pronunciada por cientos de metros, por lo que el sitio es un mirador único hacia el Valle de Uco y hacia los grandes cerros de la cordillera principal.

Hasta allí trepa -trepaba -la vieja senda de mulas que durante más de 300 años fue protagonista de la exploración, el comercio, la amistad y la guerra a ambos lados de la cordillera. El martes 17 de marzo crucé el Portillo argentino y la máquina de Vialidad estaba a unos 10 metros del portezuelo, pero ya había estado moviendo tierra en el paso propiamente dicho. Ya no existía el último tramo de la vieja sendita de animales.

A pocos metros había una camioneta Ranger con cuatro personas, que comían un asado a 4.380 metros. Charlamos sobre el camino: uno de ellos era funcionario municipal de Tunuyán, otro integrante del Andino Club Tunuyán y vinculado al emprendimiento turístico-inmobiliario Cerro Punta Negra, nuevo impulsor de lo que fuera el proyecto Manantiales.

Dijeron que la idea era construir un camino para vehículos hasta el Valle del Tunuyán, a través del Portillo. No coincidimos en nuestras opiniones, y seguimos nuestro camino por el sendero, al que sentimos más lindo que nunca. Un grupo de jinetes que cruzó el Portillo el día siguiente, miércoles 18 de marzo, se encontró a la topadora dentro mismo del portezuelo, bloqueando el paso y arrojando escombros sobre la senda de bajada hacia el valle.

No hace falta comprobar la veracidad del dato porque ya lo corroboró el gobernador, difundiendo como un logro las fotos y el anuncio de que la máquina de Vialidad operaba sobre el Portillo Argentino. La pala y las orugas de Vialidad, y la decisión de quienes la enviaron, cambiaron para siempre la fisonomía de un hito patrimonial, pero esto es solamente el paso inicial del proyecto, que prevé llevar el camino para vehículos al corazón de un Área Natural Protegida, anunciada en su momento con los correspondientes bombos y platillos.

Lo que se hizo y lo que se quiere hacer no está debidamente consensuado con la comunidad, no tiene ningún estudio técnico y mucho menos de impacto ambiental. Si el Estado avala este proyecto, está avalando un daño a los bienes que le fueron dados en custodia.

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