Trump no pudo derogar la ley de salud pública

Los republicanos más conservadores no le dieron su voto en la Cámara Baja pese a la orden impartida. Sobre la hora de votación pidió retirar el proyecto de ley.

Los líderes republicanos retiraron abruptamente de la Cámara Baja su proyecto de ley de reforma sanitaria, a falta de votos y ansiosos por evitar una derrota humillante para el presidente Donald Trump y los líderes del Partido Republicano.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, retiró la iniciativa después de que Trump le llamó por teléfono y le pidió que detuviera el debate sin llevarlo a votación, de acuerdo con la portavoz de Ryan, AshLee Strong.

Justo un día antes, Trump había pedido una votación en la Cámara de Representantes. Dijo que si perdía el proyecto en votación, se enfocaría en otros temas.

Horas antes la Casa Blanca dejó de expresar confianza en que tendría éxito la votación programada en la Cámara de Representantes sobre la propuesta de Trump para revocar la reforma de salud de su predecesor, Barack Obama.

El portavoz presidencial, Sean Spicer, dijo previamente ayer que Trump cree que la Casa Blanca hizo “todo lo posible” para conseguir los 216 votos necesarios para que se apruebe una iniciativa que derogue la ley de salud conocida como Obamacare.

Varios legisladores en la Cámara Baja y sus ayudantes dijeron que el proyecto de ley no tendría apoyo suficiente para el momento en que se realizara la votación que Trump insistió en que se celebrara.

Se trató de una apuesta de alto riesgo político para Trump. El presidente había afirmado que terminó de negociar con los republicanos reacios y que había decidido seguir adelante con el resto de su programa, tanto si ganaba como si perdía esta batalla.

En una reunión en el Capitolio el jueves por la noche, miembros destacados del equipo del presidente habían dicho antes a los parlamentarios republicanos que Trump había decidido que el tiempo para negociar se había acabado.

En un bochornoso revés unas horas antes, los líderes del partido aplazaron de improviso una votación debido a la rebelión de conservadores y moderados que habría condenado la propuesta.

Habían confiado en hacerlo el jueves, cuando se cumplía el séptimo aniversario de la aprobación de la emblemática reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, que los republicanos han prometido anular desde ese mismo día.

No había pruebas de que la cúpula republicana hubiera recabado apoyos suficientes para sacar adelante su reforma sanitaria, ni tampoco de que su decisión de seguir adelante fuera una táctica para luego demorar la votación de nuevo.

Sin embargo, parecían confiar en que a la hora de la verdad hubiera suficientes rebeldes que optaran por no sabotear la ley, la joven presidencia de Trump y la capacidad de los líderes republicanos para marcar la agenda de la cámara con una dura derrota. Incluso si se hubiera aprobado la propuesta, los republicanos afrontaban una batalla difícil en el Senado, donde conservadores y moderados también habían amenazado con rechazar la ley.

La propuesta republicana buscaba eliminar las impopulares multas de la ley de Obama para las personas que no contratan seguros médicos y los a menudo generosos subsidios para los que contratan seguros.

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