Transportes alternativos en las grandes ciudades

¿Cómo lograron grandes ciudades incorporar medios de transporte alternativos y hacerlos parte de su cultura? Aquí el caso de Co­penhague.

Por Arq. Florencia Oña

Las ciudades son ámbitos donde se alberga el transcurrir cotidiano de la vida colectiva. Están conformadas por edificación, espacios de re­creación, deporte, reunión, interacción, contem­plación, disfrute, circulación y tránsito.

El mercado suele estar ligado al origen de las ciudades. La ciudad es el lugar donde se facilita el intercambio, es el espacio donde éste toma lugar. El intercambio fomenta la movilidad ya que implica un desplazamiento.

Lewis Munford establecía que el propósito del transporte es traer mercancías o gente a lugares donde es necesario concentrar bienes y personas para ampliar la posibilidad de elección sin la necesi­dad de viajar. Un buen sistema de transporte disminuye el transporte innecesario y en cualquier caso ofrece un cambio de velocidad o modalidad.

La movilidad y comunicación son aspectos claves en el desarrollo de infraestructuras urbanas. Podemos afirmar que la movilidad y la comunicación son las características predominantes de nuestro tiempo.

El automóvil se destaca por predominancia en cantidad y es el que más energía requiere para circular: cuatro veces mas que el autobús. Siendo a la vez el que transporta menos cantidad de personas por área urbana: se utilizan 60 autos para transportar a 75 personas, las cuales equi­valen a un autobús.

Lo que da cuenta que el auto es el gran devorador del espacio público dedicado al transporte y estacionamiento. El volumen de los vehículos con tasas de ocupación de 1,2 personas por vehículo requiere 6 bicicletas o 3,5 motos. Con respecto al tiempo de estacionamiento, los vehículos privados permanecen mayor cantidad de tiempo que cual­quier otro medio de transporte, ocupando un espacio muy valioso de forma improductiva y estanca. Los vehículos públicos se encuentran en continua circulación por lo cual apenas compiten con su área ocupada en relación al área urbana ocupada por autos en estacionamientos. El espacio público que cada medio de transporte requiere para circulación y estaciona­miento está reflejado en la Imagen 1.

Si en algún momento hemos experimentado la libertad, agilidad y facilidad de trasladarnos en bicicleta, nos damos cuenta por que existe mayor aceptación social para fomentar estos medios de transporte alternativos, los cuales permiten movilizarnos de un sitio a otro sin complicaciones.

El caso de Copenhague en Dinamarca demuestra este hecho, don­de las bicicletas son el medio de transporte distintivo de la ciudad. La ciudad ofrece una variedad de condiciones favorables: densida des urbanas próximas, cortas distancias y terreno llano. Acompa­ñadas por una red extensiva de ciclovías bien diseñadas. Casi 1.2 millones de kilómetros son transitados diariamente, con un 36% de la población trasladándose al trabajo, escuelas o universidades. Es una actividad asociada con la salud, el cuidado del ambiente, es menos costosa y en oportunidades más ágil que otros medios de transporte.

La infraestructura para que este medio funcione tan productiva­mente está cuidadosamente planeada. Las ciclovías corren en forma paralela a las veredas y se encuentran distanciadas y prote­gidas de las calles con vehículos.

La infraestructura incluye aproximadamente 350 kilómetros de rutas seguras diferenciadas solo para bicicletas, control de tránsito, estacionamientos provistos en puntos estratégicos y se ha llevado a cabo un plan de desarrollo mixto de articulación con otros medios de transporte como el metro. Se provee además de ciertos puntos de distribución de bicicletas para turistas o ciclistas casuales.

CASI 1.2 MILLONES DE KILÓMETROS SON TRANSITADOS DIARIAMENTE, CON UN 36% DE LA POBLACIÓN TRASLADÁNDOSE AL TRABAJO, ESCUELAS O UNIVERSIDADES.

El panorama en Copenhague distingue a la bicicleta como un elemento cultural muy arraigado, el cual se comenzó a cultivar desde el 1892 cuando se construyó la primer ciclovía. Imagen 3. El pabellón de Dinamarca en Shanghái diseñado por BIG, evidencia esta cultura ciclística, Imagen 4. Donde se logra una síntesis muy clara entre identidad y arquitectura. El elemento predominante de partido es la bicicleta y la operación de proyecto es generar un recorrido circular continuo con bicicletas a disposición de los visi­tantes para ver las muestras y recorrer el pabellón con este medio. La estructura es completamente blanca, coloca en el centro un espejo de agua, como elemento característico e incorpora ciclovías en el recorrido circular interior. El diseño sustentable del edificio no se encuentra estrictamente desarrollado en las características edilicias, lo hace a través del planteo atractivo de la movilidad. Las características esenciales de la ciudad de Copenhague se trasladan al diseño del pabellón consolidando el concepto de sustentabilidad como una mejora de la calidad de vida.

NÚMERO DE PERSONAS QUE PUEDEN CIRCULAR POR UNA VÍA DE 3 A 5 METROS DURANTE UNA HORA EN FUNCIÓN DEL TIPO DE TRANSPORTE.

No se trata solo de crear un carril reservado para que la gente pasee los sábados o domingos en un horario determinado. O un paseo casual en bicicleta como se visualiza en el viejo corto de Ridley Scott, el cual narra la aventura de un joven que en un acto de rebeldía rompe la rutina de clases y disfruta de la libertad, casi nostálgica, que le otorga la bicicleta para recorrer su ciudad y los alrededores. Imagen 5. Se trata de crear una red de vías alternas y seguras que permita a los ciclistas trasladarse de un lado al otro de la cuidad como medio de transporte considerable.

En muchas ciudades se están comenzando a incorporar ciclovías como parte del diseño urbano fomentando su uso de forma segura y exclusiva para ciclistas. Su utilización permite desarrollar el con­cepto de la bicicleta como un medio de transporte alternativo, el cual se presenta como solución concreta y factible a los problemas de congestión vehicular y contaminación ambiental.

Se está desarrollando un programa de disposición de bicicletas e incorporación de ciclovías localmente. Las preguntas son: ¿esta­mos preparados como ciclistas para la incorporación de este medio a la urbe?, ¿estamos preparados como peatones para respetar este espacio de transito ágil de uso exclusivo de bicicletas?, ¿estamos preparados como conductores para respetar a los ciclistas y sus carriles?

Podemos concluir que pretender seguir desarrollando ciudades las cuales incentiven el uso exponencial del auto se encuentran muy alejado del panorama de desarrollo urbano actual y a futuro.­

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