Toc toc: cuando la mente, ¡no para!

Pertenece al grupo de los trastornos de ansiedad y es cada vez más común, desde manías hasta obsesiones cotidianas que, en muchos casos, van en aumento. Aquí datos sobre cómo detectarlo a tiempo.

El trastorno obsesivo compulsivo, comúnmente denominado TOC, se manifiesta a través de obsesiones como pensamientos recurrentes e ideas involuntarias que invaden la conciencia y la mente de manera incontrolable, así como conductas repetitivas que se vuelven cada vez más frecuentes. De hecho, estas obsesiones generalmente se entrometen cuando estamos tratando de pensar o de hacer otras cosas.

El TOC suele empezar durante la infancia o la adolescencia, incluso puede ser genético. Y su evolución es progresiva, aunque puede aparecer también de forma repentina por estrés o ante un acontecimiento concreto que actúa como desencadenante.

Lo cierto es que después de un tiempo considerable (en algunos casos), el paciente sabe que sus obsesiones son irracionales y fruto de su mente, por lo que intenta resistirse a ellas o controlarlas (desviarlas de sus pensamientos).

“Todos podemos reconocer en nuestra vida diaria la presencia de pensamientos y conductas obsesivas. A partir de una evaluación psiquiátrica se puede diagnosticar un trastorno obsesivo compulsivo y las personas que lo padecen suelen presentar muy buen rendimiento tanto en el estudio como en el trabajo, esto se debe a su perfeccionismo, su preocupación por el detalle y el control excesivo sobre sus conductas.

De esta manera, los vuelve predecibles en su vida personal con rutinas preestablecidas al servicio de la rigidez a nivel cognitivo y emocional”, explica el psicólogo Fabricio Mennitto.

¿Cuáles son los TOC más comunes?

 Los chequeadores: miran una y otra vez de manera excesiva con el objeto de evitar un accidente, aunque en el fondo saben que lo hicieron bien. Desde la llave de gas, la puerta del freezer, la cerradura de un hogar o vehículo, etc.

 Limpiadores obsesivos: son aquellos que tienen obsesión no solo por la limpieza del hogar o del sitio en donde se encuentran sino de ellos mismos, como lavarse las manos muchas veces al día, temor a ensuciarse o contaminarse con casi cualquier cosa que tengan alrededor.

El alcohol en gel es su aliado.

 Acumuladores: esta obsesión tiene que ver con no poder tirar nada, creer que todo nos va a servir en algún momento acumulando objetos insignificantes.

 Repetidores: acciones repetidas difíciles de frenar, desde un tic, hasta una muletilla o realizar acciones que no podemos parar de hacer; como por ejemplo: poner siempre un vaso de agua antes de irnos a dormir en la mesa de luz, tomar el café siempre en la misma taza y a la misma hora, etc. Todo de manera sistemática.

 Obsesivos del orden: son esas personas a las que no les podemos mover absolutamente nada porque van a darse cuenta, desde un cuadro que está asimétrico o torcido hasta el desorden de los almohadones en un sillón.

 Sexuales: consiste en pensamientos sexuales recurrentes, que incluyen sobre todo un temor exagerado a la homosexualidad.

 Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivas con el objeto de contrarrestar su ansiedad.

 Obsesiones negativas: experimentan pensamientos negativos reiterados en donde creen que siempre algo malo les va a pasar, incluso estando dentro de un lugar cerrado.

La psicóloga Rosa de Medicce explica que: "de la mano de un tratamiento la solución es posible, pero se trata de un proceso. En principio (como todo trastorno) lo más importante es reconocer que tenemos un problema". Y agrega que: "existen momentos o situaciones específicas en la vida de una persona que pueden llevar al TOC como la muerte de un ser querido, un divorcio o una educación muy rígida durante la infancia, entre otras problemáticas".

Es importante aclarar que el TOC no es una enfermedad mental, sino un desorden de ansiedad que le ocurre a más de 100 millones de personas en el mundo y se cree que afecta al 2% de la población. La OMS la incluye entre las 5 enfermedades psiquiátricas más estresantes, no sólo para quien la padece sino para aquellos que conviven con gente que tiene este trastorno.

¿Cuándo debo consultar a un especialista?

Hay una diferencia entre ser un perfeccionista y tener el trastorno obsesivo compulsivo. Si las obsesiones y compulsiones están afectando nuestra vida, lo ideal es consultar a un médico o profesional de la salud mental. Las personas con TOC pueden estar avergonzadas acerca de su condición pero cuanto antes se detecta, la recuperación es más sencilla, rápida y efectiva.

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