Stephen King: “Yo mismo me asusto a veces con lo que escribo”

Es el autor vivo con más obras llevadas a la pantalla grande y chica. Aquí, entre otras cosas, habla sobre la reciente adaptación de su terrorífica novela “It” que hizo el argentino Andrés Muschietti y que se estrena el jueves 21.

Más de 60 de sus novelas y cuentos cortos han sido adaptados al cine y a la televisión en los últimos 40 años, con una cosecha abundante de estrenos recientes y próximos.

La versión cinematográfica de la saga "La torre oscura" se estrenó entre nosotros el 24 de agosto y sigue en cartel, en tanto que una adaptación televisiva de "Mr. Mercedes" se estrenó en formato miniserie en los Estados Unidos a principios del mismo mes.

Netflix, por su lado, estrenará su propia adaptación de la novela "El juego de Gerald" a fines de este mes y de una de sus novelas cortas, "1922", en octubre.

Finalmente, y es adonde queríamos llegar, el próximo jueves 21 se estrena en las multisalas de nuestro país la nueva versión de su novela de terror “It” (literalmente, “Eso”), que viene arrasando las taquillas estadounidenses desde su estreno el pasado viernes.

El celebrado autor, que precisamente el jueves 21 cumple 70 años, habla en esta entrevista sobre la película (y sobre el telefilm de más de tres horas que en 1990 dirigió Tommy Lee Wallace y aquí fue directo a video), también cuenta sus experiencias más aterradoras como escritor y explica la forma en que Hollywood maneja su trabajo.

Apenas atiende el teléfono se presenta como “Steve King”.

-¿Qué tan importante es para usted que las adaptaciones de sus obras sean fieles a la original?

-En realidad no es tan importante, realmente. Aunque yo, de una manera bastante subjetiva, siempre creo que las películas basadas en mis libros son mejores cuando más se apegan a ellos. No sé, siento interés como su dueño, no porque sea algo que deba ser así. Una obra literaria que se adapta a otro formato siempre cambia.

-¿Entonces no le afectan demasiado los cambios hechos a sus historias?

-Yo siempre pienso que el que compra los derechos de una obra para adaptarla al cine o a la tevé está comprando un concepto básico, una idea central. Cuando llega el momento de hacerla se plantea “bueno, ahora vamos a cambiar esto y aquello”.

A veces eso sale bien y otras veces no. Yo siento como que compraron mi plataforma de lanzamiento pero pusieron su propio cohete y, a veces, los cohetes explotan en el aire. Pero otras veces, cuando veo cambios y cosas que han sido alteradas de mis textos pero que me gustan, me digo a mí mismo: “cómo no se me ocurrió eso a mí”.

-¿Sigue sintiendo suyas estas historias una vez que han sido adaptadas?

-Sí, en general las sigo sintiendo mías. La película "It", por ejemplo, se siente muy mía porque se mantiene muy cercana al libro... Algunas críticas han dicho que es una especie de "Cuenta conmigo" (Rob Reiner, 1986) con monstruos.

Y algo de eso hay, porque también es una historia del paso de la adolescencia a la adultez y de un grupo de amigos que emprenden una aventura, aunque en esta caso contra una entidad maligna.

-¿Cómo ve esta nueva versión de "It", hecha por el argentino Andrés Muschietti, en comparación con el telefilm de 1990?

-Creo que la película es mejor, aunque el telefilm tampoco estaba mal, si bien resultaba algo lavado porque estaba hecho para la televisión como miniserie y era otra época. En el caso de la película, el terror es más contundente. Pero las dos son bastante fieles al libro.

-¿Por qué cree que la película funciona mejor?

-Hay un aspecto básico para que una historia de terror funcione bien y es lograr que el público se interese por las personas involucradas, que en este caso son niños y uno quiere que sobrevivan. El suspenso y el terror están muy bien manejados y dosificados.

-¿Alguna vez se aterroriza usted mismo escribiendo?

-Sí, me ha pasado. Hay un par de escenas en “It” que no están en la película... Hay una escena en el libro en la que encuentran un basural con un montón de electrodomésticos desechados y hay un refrigerador...

A los niños de mi generación siempre nos decían: si estás jugando y ves un refrigerador desechado no te metas, porque los niños pueden meterse, quedar atrapados y morir.

Así que puse un refrigerador desechado en el libro y cuando uno de los niños abre la puerta, está lleno de sanguijuelas que comienzan a salir... Eso me asustó muchísimo, claro que sí. Pero también me hizo sentir poderoso, porque me di cuenta de que puedo diseñar mis propios sustos.

-Bueno, a esta altura es evidente que usted puede manejar los sustos a su antojo...

-No tanto. Yo soy un escritor muy instintivo, no planeo mucho por adelantado. A medida que voy escribiendo por ahí van apareciendo detalles que me empiezan a aterrorizar y no sé hasta dónde me van a llevar. Es como si yo dejara que la historia fuera avanzando sola.

Otro momento en el que me asusté mucho fue cuando estaba trabajando en “El resplandor” y escribiendo la escena en la que el pequeño Danny entra en la habitación 217 y ve a esa anciana desnuda en la bañera que lo mira con unos ojos terroríficos. Ahí también me embargó una sensación de mucho miedo, como si yo mismo estuviera entrando en esa habitación.

-¿Le gusta cuando eso sucede?

-En alguna medida sí. Creo que si algo me da miedo a mí también va asustar al lector. Es una experiencia intensa.

-Hay una escena en la novela "It" que fue eliminada tanto en la película como en el telefilm y refiere a una especie de orgía sexual entre los adolescentes...

-El libro habla sobre el paso de la sexualidad infantil a la sexualidad adulta y hay una escena sexual de la pandilla con la única jovencita del grupo cuando están todos escondidos en una alcantarilla. El director optó por sacarla porque aparentemente iba a distraer del tema central, que es la muerte de la infancia y el paso a la adultez con los terrores sobrenaturales que esto implica.

Pero yo creo que la sexualidad es otro de los grandes terrores de la humanidad y es un miedo que los padres les transmiten a sus hijos.

Nadie se espanta por una escena en la que asesinan a un niño, pero ponen el grito en el cielo cuando los niños hacen uso de su sexualidad.

-Muchos lo consideran a usted como uno de los grandes narradores de nuestra era, en la tradición de Edgar Allan Poe o Nathaniel Hawthorne. ¿Se ve usted mismo en ese contexto?

-Me halaga mucho eso, sobre todo porque son autores que admiro y que he leído desde muy joven. Yo mismo no me incluyo en ningún contexto ni me comparo, simplemente trato de hacer mi trabajo lo mejor que puedo. Y cada vez que oigo que influí en alguien o que la lectura de mis obras hizo que alguien quisiera ser escritor, eso me hace feliz.

¿Quién es Andrés Muschietti?

El director de la película “It” nació en Buenos Aires en 1973 y en los años 90, junto con su hermana y socia Bárbara, decidió irse a España para montar su propia productora de publicidad.

Amante del cine de terror, Andrés filmó en 2008 un corto de tres minutos que tituló “Mamá”, sobre dos niñas perseguidas por una entidad maligna, que terminó maravillando al director mexicano Guillermo del Toro cuando lo vio en Youtube e inmediatamente se contactó con Andrés para proponerle hacer algo juntos.

Ese algo fue el largometraje “Mamá”, que con dirección de Muschietti y producción de Del Toro se convirtió en el mayor taquillazo de 2013 (recaudó 146 millones de dólares y costó menos de 20).

Con el éxito de su primer largometraje, Andrés y Bárbara levantaron campamento y se fueron a vivir a Los Ángeles.

Desde entonces hubo varios proyectos que no cuajaron, hasta que en 2015 la productora New Line Cinema le propuso hacer una versión de la novela “It”, de Stephen King.

La película, estrenada el 8 de setiembre en los Estados Unidos, revolucionó la taquilla con una cifra récord en su primer fin de semana de estreno: 123, 2 millones de dólares.

Muschietti, por lo pronto, sigue teniendo asegurado su puesto en Hollywood y es hasta ahora el argentino más taquillero que ha dado la meca del cine, cuyo lema sigue siendo que un director es tan exitoso como lo ha sido su última película.

Sinónimo de escalofrío

Los payasos han protagonizado pesadillas infantiles desde siempre, aunque es cierto que Stephen King contribuyó con su novela “It” y su terrorífico payaso Pennywise, que siembra el terror a partir de su diabólico rostro y la crueldad de sus crímenes,  a popularizar una fobia que es bastante más común de lo que se cree.

Se llama “coulrofobia” y es un miedo irracional a los payasos, los mimos y a las máscaras con exceso de maquillaje en general. Su nombre viene del griego, “coulros”, que significa zancos y alude a los antiguos payasos y bufones que solían ir montados sobre ellos.

La coulrofobia ha inspirado numerosos personajes terroríficos de la cultura popular, además del payaso de Stephen King. Es siniestra la máscara del Guasón que interpretó el fallecido Heath Ledger en “Batman, el caballero de la noche” (2008), también en la película “Poltergeist” (1982) hay un muñeco con forma de payaso que cobra vida, y hasta el muñeco Krusty, de Los Simpson, tiene una versión asesina.

Y ello sin contar que el disfraz de payaso es uno de los más populares durante la celebración de Halloween.

Rusos al ataque

Los extremos llegan a tal punto que hasta un grupo de payasos de la ciudad rusa de San Petersburgo pidió que se prohibiera la película “It” por considerar que denigra su profesión y ofende sus sentimientos.

La queja estuvo encabezada por el director del Circo de Yekaterimburgo, Anatoli Marchevski, que deploró la cinta basada en la novela de Stephen King y dijo que la película solo sirve para “arruinarles la vida a todos los niños al infundirles el terror a los payasos”.

Marchevski es también diputado de Rusia Unida, el partido del presidente Vladimir Putin.

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