Sincerar el valor del agua respecto de otros servicios que son superfluos

En zona de desierto, la cultura del agua es vital y, lamentablemente, la hemos descuidado. Un aspecto poco profundizado es la temática del agua poblacional, la cual abarca tanto su potabilización y distribución, como la recolección cloacal y su tratamiento. Cuando el uso del agua es realmente valorado, la sociedad hace todos los esfuerzos necesarios para su cuidado y mantenimiento.

Aguas Mendocinas atraviesa una situación económica difícil. Hay que hacer frente a una realidad de años de desinversión y falta de mantenimiento de la infraestructura para brindar el servicio.

Es momento de ser sinceros, se requiere una tarifa que otorgue a la empresa los recursos mínimos necesarios para poder solventar el déficit operativo en el que se encuentra.

La tarifa que se paga por el servicio de Aguas Mendocinas está desactualizada, y los bajos ingresos no permiten enfrentar el colapso del sistema. Sumado a la situación de la infraestructura, hay que tener en cuenta la realidad inflacionaria.

La mayoría de los insumos específicos que utilizamos tienen base dólar, con un aumento entre 50% y 60%, y la mano de obra aumentó en abril 31%. Es imposible afrontar estos costos con la tarifa actual, lo que desemboca en un estrangulamiento del sistema.

Las herramientas necesarias

Para contrarrestar estas circunstancias hemos planteado un aumento de tarifa de 43%, porcentaje que resulta del análisis de precios del año pasado, y de incrementos que se han registrado durante este año.

Este 43% propuesto está conformado por un 5% remanente del año pasado y un 38% de este año. Este aumento, imprescindible para solventar la prestación del servicio, se elevó al EPAS (Ente Provincial de Agua y Saneamiento), el que analiza la pertinencia del mismo. La autorización final depende del gobernador Francisco Pérez.

Si se toma en cuenta solo el valor porcentual puede parecer un monto elevado. Sin embargo, si desglosamos la factura con la cual se pagan los servicios de agua y cloaca, y vemos que la misma es bimestral, nos encontramos con montos mensuales realmente bajos para cada servicio.

Para ser más precisos: 70% de los usuarios paga menos de $ 130 por bimestre, esto significa que paga $ 32,5 por el servicio de agua y $ 32,5 por el servicio de cloaca, por mes.

Entonces, este porcentaje de 43% se traduce de la siguiente manera: a los $ 65 que el usuario promedio paga por mes, por ambos servicios, se sumarían $ 30 aproximadamente.

En comparación con otros servicios, este valor es bajo. Por ejemplo, en nuestra provincia: ¿quién paga menos de $ 150 de telefonía celular por mes? ¿Y menos de $ 300 por un servicio televisivo por cable o satelital? Si lo comparamos con otras provincias, por igual servicio, San Luis paga $ 130, San Juan $ 140 y Santa Fe $ 170, pero son pagos mensuales. O sea que cuestan más del doble que en Mendoza.

La responsabilidad de sincerar los costos del servicio

Sin dudas, el valor domiciliario del servicio es muy bajo, y para poder  lograr los resultados que todos los mendocinos se merecen, necesitamos una tarifa adecuada al servicio que queremos prestar en la actualidad.

De lo contrario, si los fondos no se consiguen por la tarifa, el déficit debe resolverse mediante subsidio del gobierno provincial, disputando el dinero destinado a otros beneficios y servicios para la sociedad (hospitales, escuelas, seguridad, etc.).

En definitiva, el ciudadano aporta igualmente el dinero a través de impuestos. Es tiempo de sincerar cuánto se paga por agua, cuánto por cloaca (a valor real) y a partir de este reconocimiento, exigir la prestación del servicio en tiempo y forma.

Si se aprueba el 43% propuesto desde la empresa, el Gobierno no deberá aportar subsidios. Si no hay aumento, el Gobierno tiene que aportar 10 millones todos los meses para déficit operativo de la empresa.

Hoy al Gobierno se le hace muy difícil aportar esa suma y la prestación del servicio se sigue resintiendo.

Es importante destacar que el colapso y deterioro de la infraestructura, y la dificultad para mantener un funcionamiento en óptimas condiciones impone la urgencia de obras, reparaciones y recambios de las redes.

Estas obras se encuentran en la primera etapa de desarrollo, mediante un plan de inversiones por 400 millones de pesos, financiado por el gobierno de Francisco Pérez.

Cuando se traspasó la concesión del servicio a Aguas Mendocinas se determinó un plan de aproximadamente 250 millones de dólares (plan de reparación, operación y expansión) destinados a ordenar la prestación del servicio y planificar su crecimiento para los próximos 20 años.

Hemos iniciado la concreción de esta primera etapa. Hay obras proyectadas en todos los departamentos. Ya están iniciándose en Godoy Cruz, Capital, Las Heras, Guaymallén, Tunuyán, San Rafael, General Alvear y Rivadavia, y al resto de los departamentos llegaremos en el mes de julio.

La mayoría de ellas implican el recambio de cañerías cloacales domiciliarias viejas (construidas con hormigón comprimido o asbesto cemento, de los años ’70 y ’80), perforaciones para refuerzo de dotación, donde las plantas de agua no dan abasto, nexos que permitan aumentar los caudales a nuevas zonas de urbanización, y mejoras en las plantas cloacales.

En un período de tres meses, los 400 millones de pesos estarán licitados y adjudicados, habiéndose programado el plazo de ejecución de obras en 10 meses. Salvo imprevistos imponderables, estas obras de mejoramiento quedarían terminadas a fines de 2015.

En definitiva, la realización de obras importantes, reparaciones menores y trabajos de mantenimiento, más una tarifa acorde con los costos reales de la prestación del servicio que permita terminar con el déficit de 10 millones de pesos mensuales, resultarán en la optimización del funcionamiento del sistema y una excelente prestación del servicio.