Sentimiento de otoño en movimiento

El coreógrafo brasilero Sergio Berto cumple el anhelo de montar en Mendoza “Todo mi ser”, una de sus piezas de lenguaje contemporáneo con el ballet de la UNCuyo. Bajo la dirección de Pamela González estrenan la primera obra del proyecto “Las estaciones de

El otoño en Mendoza, no solo es diferente para los mendocinos. Sino también para quienes llegan al pie de la cordillera. Más de 20 años pasaron, desde que el coreógrafo Sergio Berto descubrió el otoño mendocino y con él, un mundo de vivencias internas, que lo llevaron a crear “Todo mi ser”. Tras catorce visitas, llegó la oportunidad de montar su obra en Mendoza e interpretada por el ballet de la UNCuyo.

Bajo su coreografía y con la dirección de Pamela González, el cuerpo de baile estrena esta noche, la primera de las cuatro obras que comprende el proyecto “Las estaciones del ballet”.

Danza fusión y sensibilidad artística

Un escenario repleto de hojas secas, propias de los árboles carolinos, que rodean la ciudad. En el centro, veinte bailarines que mueven su fibra y trazan un relato sobre las partidas, llegadas, reencuentros y despedidas, tratando el tema de la eterna sensación de la búsqueda del Amor.

En esta ocasión, la música del  compositor Yiruma, será el termómetro del movimiento, junto con la interpretación en vivo de la pianista Alejandra Olmedo y violinista Emir Manzur.

Radicado en Perú, el maestro Sergio Berto se formó en las más importantes escuelas de Brasil. Y además de tener su propia compañía, Maximiliano Guerra lo convocó para crear tres piezas originales como "Tormenta de Arena", "Exilio", "4.1" y "Mi dulce amor",  con el ballet del Mercosur.

Y Mendoza siempre fue un punto de conexión en sus innumerables viajes por Sudamérica.

“La primera vez que pisé Mendoza fue a los 17 años. Hoy tengo 40 y me quedé con esas ganas de hacer una obra aquí. Es algo muy personal, pero el otoño mendocino me provoca nostalgia, ansiedad, adrenalina, porque siempre he transitado situaciones personales cambiantes”, apunta el maestro de danza contemporánea fusión.

-¿Cómo plasmaste esas ideas, sentimientos a través del movimiento en el escenario?

-La coreografía está diagramada en 14 cuadros, está dividido en dúos, tríos, cuartetos y quintetos. Cada uno toma la historia a su manera.

Pero todo fue creado cuadro por cuadro. Cada cuadro significa una historia, de un momento determinado de todos estos años que he pasado por aquí. Que en verdad fueron 14 otoños.

Bajo las técnicas contemporáneas, del jazz fusión y la danza clásica, Berto crea un lenguaje propio dentro de la danza, involucrando sentimentalmente al intérprete y el público.

Tras tres semanas de intenso trabajo, la compañía estrena esta pieza original, con el encanto de montarlo en Mendoza.

-¿Cómo evalúas tu trabajo con el cuerpo de baile con tan poco tiempo para desarrollar una puesta?

-Al contar con poco tiempo de trabajo, lo positivo de todo, es que me encuentro con una compañía muy estructurada y psicológicamente los obliga a salir de la comodidad. Yo obligo al bailarín a revalorar el espacio que tiene, a salir del espacio de comodidad y a ganar tiempo.

Porque mañana no sabemos que es lo que pasa. Técnicamente encontré muy bien al cuerpo de baile. Y el gran desafío es aprovechar el tiempo. Creo que la compañía necesitaba ese cambio en este momento y respondieron muy bien. Por su técnica académica y sumarle elementos naturales. Y ahí descubro la humanidad del bailarín. Se empieza a jugar con muchas emociones y el bailarín se da cuenta, que ser artista es mucho más que ir a una clase.

-Desde tu experiencia e intercambio permanente, ¿cuál es la búsqueda de la danza contemporánea en la actualidad?

-Creo que un bailarín versátil tiene mayor capacidad para sobrevivir. Mi formación en danza contemporánea, jazz y ballet me sirvió para nutrirme y crear mi propio lenguaje. Creo que la innovación va por la fusión. La fusión es la palabra. De hecho los principales programas de danza en el mundo, se basan en eso. Es la fusión de las últimas tendencias del baile. Lo que a mí me apasiona es llevar la vida real al escenario. Por ejemplo el otoño, “Marea” cuando trabajé con una tonelada de arena.

Trato que con mi arte, el  público  se sienta identificado con la pieza, porque hay una conexión muy fuerte. Lo que trato es mover los sentimiento del bailarín, trasladar su vida real a escena. Y cuando eso es sincero se traslada al público. Lo que busco con mi arte es la integración completa del artista, con el público. Y del intérprete con el mismo y la consecuencia con su entorno y medio ambiente. Busco la realidad a través del arte.

Cuatro estaciones a través del movimiento

Con el estreno de “Todo mi ser”, el ballet de la UNCuyo comienza la temporada 2016.

Con la dirección de Pamela González, la convocatoria del maestro Sergio Berto inicia el proyecto “Las estaciones del ballet”.

“Lo convocamos para que hiciera una puesta en escena, dentro del proyecto “Las estaciones del ballet”, él me dijo que su obra “Todo mi ser”, iba con hojas. Entonces la sumamos a la estación del otoño. Para el cuerpo de baile es un desafío porque sale del lenguaje clásico, aunque hay muchos bailarines que tienen un perfil contemporáneo.

Todas las compañías están en la búsqueda de no quedarse en el repertorio clásico. Y el público no quiere ver solo princesas, si no movimientos lógicos y entendibles, con personajes normales.

Con veinte bailarines en escena y la música Alejandra Olmedo en piano, y Emir Manzur en violín, el ballet de la UNCuyo propone una pieza diferente y arriesgada.

La ficha

Todo Mi Ser
Dirección:
Pamela González.
Coreografía: Sergio Berto. 
Intérpretes: cuerpo de baile de la UNCuyo
Día y hora: hoy, a las 21.30. 
Lugar: sala Roja, de la Nave Universitaria (Maza 250).
Entradas: $100 y $80 (jubilados y estudiantes).

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