Se “arrepintió” de robar para así poder escapar

Un ladrón logró la prisión domiciliaria gracias “a su arrepentimiento”. Pero al mes escapó de su encierro.

El 27 de mayo de este año, los ladrones Raúl Orozco (36) y Agustín Pericás ( 19) ingresaron al local Avom Glam de Carril Godoy Cruz y Tirasso de Guaymallén como si fueran clientes. Preguntaron unos pocos precios y cuando vieron que todo estaba bien -las empleadas eran tres chicas especialistas en belleza- uno de ellos sacó un arma y comenzó el asalto.

Orozco fue el más violento ya que golpeó y arrastró a una de las mujeres en busca de dinero que al final consiguió. Su cómplice, entretanto, vigilaba la situación. En un momento, Orozco advirtió que en el sitio había una cámara de seguridad. Se detuvo y la miró fijamente (su cara quedó inmortalizada en la captura de pantalla). Entonces le dijo a su joven secuaz que lo mejor era escapar. Así lo hicieron por calle Godoy Cruz a pie y con los 8 mil pesos y elementos personales de las chicas a las que acababan de asaltar.

A los días, el video salió por los canales locales. La filmación no dejaba dudas en cuanto al grado de violencia llevado a cabo por los asaltantes. Con la cinta en su poder, los pesquisas no duraron demasiado en dar con los buscados. Ambos fueron a parar a la cárcel acusados por el fiscal Gonzalo Marzal de "robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no puede darse por acreditada".

El 8 de junio fueron a parar al penal Boulogne Sur Mer.

En los tres meses en calidad de presos y con toda la prueba en su contra ya que la filmación los captó nítidamente, ambos detenidos acordaron con sus abogados un juicio abreviado, en el que ellos aceptaban su autoría en los hechos y además se declaraban arrepentidos.

Abreviado

El pedido de juicio abreviado fue aceptado y el 9 de agosto pasado, frente al juez de Garantías David Mangiafico, Orozco y Pericás resultaron condenados a tres años de prisión domiciliaria. En sus considerandos, Mangiafico puso énfasis en el "arrepentimiento" de los dos sujetos: "En lo relativo a la pena, se tuvo en cuenta el arrepentimiento puesto de manifiesto de parte de los imputados", escribió el magistrado.

De ese modo, cada uno de los condenados fue a su casa a pasar los tres años de condena entre los suyos. Pero al parecer, al menos Orozco no es de quedarse mucho en su casa. El martes de la semana pasada hizo pedazos la pulsera electrónica que le habían colocado para después ganar la calle (Pericás sigue preso en su casa).

Desde ese día, el preso que "se arrepintió" de cometer un asalto muy violento se encuentra en libertad.

Si el arrepentimiento es algo que aflora cada tanto en Orozco, queda esperar que se arrepienta de haber escapado. De otro modo, los pesquisas de la División "Búsqueda de prófugos" deberán atraparlo, para que Orozco se arrepienta de haber escapado de la calidez de su hogar y vuelva a la nada cálida cárcel Boulogne Sur Mer.

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