Santa Rosa, una elección de rasgos novedosos

No sólo el voto electrónico distingue la contienda. Designará la primera intendenta electa, que puede ser la primera radical en la comuna o la más joven de Mendoza.

Ya sea que gane la concejal a cargo de la intendencia o la ex reina de la Vendimia, la elección de Santa Rosa, novedosa por donde se la mire, abrirá un nuevo capítulo en la historia mendocina: por primera vez tendremos a una mujer intendente electa.

Aunque el calor y el mes de enero parecen haber dejado la política en pausa, en el departamento del Este la campaña por reemplazar a Sergio Salgado se precipita hacia el final (sólo faltan 20 días). En carrera hay dos mujeres, Norma Trigo y Flor Destéfanis, que compiten por convertirse en la primera jefa comunal que se recuerde.

A su vez, se trata de la primera elección para completar un mandato y, cada candidata, también trae consigo una novedad. De ganar Trigo, será la primera radical en acceder al poder santarrosino desde el retorno democrático. En cambio, si la triunfadora es Destéfanis, con sus 26 años se convertirá en la intendente más joven que tendrá la provincia.

Los más memoriosos en la política lo definen así. Si bien nunca Mendoza tuvo una intendente electa, esto no quita que hayan existido algunos reemplazos en situaciones de acefalía, en donde presidentas del Concejo Deliberante, ocuparon el sillón de intendente.

En esta lista, se recuerdan los interinatos de Cristina Da Dalt en San Rafael, Olga Bianchinelli en Maipú y, el más reciente, Evelyn Pérez en Guaymallén. Al momento histórico se suma que esta gestión tiene a Laura Montero como la primera vicegobernadora.

La situación de Santa Rosa presentó un panorama particular. El ex intendente, Salgado (PJ), envuelto en denuncias en torno a lo que fue su administración y a violencia de género, renunció desde la cárcel en abril pasado, cuando llevaba menos de 4 meses de su tercer mandato.

El hecho de no haber cumplido la mitad de su gestión, obligó a que Salgado no sólo sea reemplazado por el presidente del Concejo Deliberante, que en este caso es la radical Trigo, sino que se vuelva a convocar a elecciones, con la intención de completar el mandato vacante. Esta situación, prevista en la Constitución provincial y en la ley 1.079, tampoco había ocurrido en la historia local.

Y en esta carrera están Trigo y Destéfanis. Ambas fueron elegidas como candidatas en las PASO, y el 12 de febrero se define quién es la intendente que cumplirá funciones hasta diciembre  del 2019.

En el camino quedó otra mujer, Débora Quiroga, la tercera precandidata que reunió una buena cantidad de votos aunque perdió dentro del Frente Cambia Mendoza contra Trigo. En su momento, la radical también compitió contra Salgado y quedó muy cerca de la intendencia, a menos 500 votos.

“Más allá de que quisiera ganar, es un orgullo para cualquiera de las dos mujeres quedar en la historia de Mendoza como la primera mujer elegida por el pueblo. Esto nos hace sentir orgullosos como santarrosinos. Las mujeres nos animamos cada vez más a la participación en la política, ojalá lleguemos al momento que no tengamos el cupo femenino, sino que la participación esté más naturalizada”, valoró Destéfanis (PJ).

Trigo (UCR), quien lleva 10 meses en la gestión, con la intención de “normalizarla”, dio su visión: “No he tenido inconvenientes ni siento que hayan pensado diferente a mí por el hecho de ser mujer, nunca sentí alguna diferencia. Ser hombre o ser mujer es una circunstancia, lo que importa son los actos, lo que hacemos”.

La campaña en ojotas

El calor pesa a la hora de recorrer un departamento con pocos habitantes distribuidos en un gran territorio. Así lo reconocen las contendientes, que basaron su campaña en el puerta a puerta, ya sea para mantener el liderazgo en la intención de votos, como es el caso de Trigo, o bien para convencer al gran porcentaje de electores que se quedó sin candidato y achicar diferencias, como sueña Destéfanis.

Trigo, la presidenta del Concejo Deliberante intenta legitimarse en su función y su principal estrategia es exhibir una gestión que recibió en llamas y que logró “normalizar”, tal como define.

“Estamos abocados a la gestión porque esto es lo que nos ha permitido llegar hasta acá. No tuvimos que salir a prometer nada, hicimos al revés, primero hicimos el trabajo y la gente confió en lo que hemos hecho”, contó la mujer que pretender ser la primera radical en acceder al gobierno santarrosino.

Por su parte, Destéfanis quedó 1.370 votos por detrás de Trigo. Su campaña se basa en visitar a los vecinos, con la intención de buscar a los 5.469 santarrosinos -el 54%- que se quedaron sin candidato en las PASO.

“El porcentaje de diferencia se ha ido revirtiendo. Hay mucha gente indecisa y otra que votó a otros candidatos, por eso tenemos fe en dar la gran sorpresa en Santa Rosa”, se entusiasmó.

La ex soberana vendimial, quien por estos días intenta demostrar que más allá de su reinado también es una abogada y profesional, basó su campaña en el hecho de ser “nueva”. “Soy representante de una juventud nueva y limpia, no somos más de lo mismo”, resaltó y aseguró que detrás de sí tiene al resto de los precandidatos que compitieron contra ella en las PASO.

Un "extraño" caso

Los hechos políticos que se vivieron en Santa Rosa muestran su singularidad por donde se los miren. Si bien no es la primera vez que un intendente renuncia a su cargo, las condiciones en las que se dio la dimisión de Salgado llamaron la atención hasta en los medios nacionales.

En los hechos, el ex intendente justicialista asumió a fines de 2007, luego de haber sido concejal. Pasó menos de un año para que el Concejo Deliberante lo destituyera, por los cargos de indignidad y desacato.

En aquel momento, un “salvavidas político” lo devolvió a la gestión pocos meses después. No obstante, su gestión continuó con denuncias de irregularidades. El 16 de febrero de 2015, su ex pareja, Bárbara Dorcemaine, lo denunció por haberla golpeado.

Por otra parte, a partir del 30 de setiembre hasta marzo de 2016, se sucedieron las denuncias del Concejo Deliberante, por las que terminó detenido preventivamente. En el medio de ese período, asumió su tercer mandato, no alcanzó a pagarle a los empleados y hasta cerró la comuna durante unos días.

El 1 de abril, desde la cárcel, el justicialista firmó su renuncia y Trigo asumió en su lugar. Así, obligó a realizar la primera elección para completar mandato, en la que por primera vez habrá una mujer electa al mando de la comuna.

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