Sabroso botín: se llevan 25 lechones de un criadero

"Listo, vamos, vamos que con esto estamos más que pagados", les dijo uno de los delincuentes a sus dos compañeros y así fue como en plena madrugada la banda escapó llevándose un sabroso (literalmente hablando) botín: 25 cerdos que a punta de pistola tomaron de un criadero de La Reducción, ubicado a unos cinco kilómetros al sur de la ciudad de Rivadavia.

En el lugar quedaron dos empleados amordazados en una pieza que recién pudieron soltarse cinco horas después. Por ahora no hay detenidos.

"Llegaron a pie o eso al menos es lo que han visto los dos empleados, uno de ellos de la vigilancia, que a esa hora estaban en el establecimiento", comentó un policía, y agregó: "Pero suponemos que los deben haber estado esperando con algún camión afuera, porque para llevarse 25 chanchos caminando está medio difícil".

El asalto ocurrió en el establecimiento de Edgardo Valenzuela, negocio que en el frente es un aserradero y hacia los fondos hay un criadero de cerdos. El lugar se levanta solitario en algún tramo de la calle Unión, un camino de tierra que corre junto a la ruta 62.

"Todo bajo control"
En la portón de ingreso al predio un cartel advierte que el lugar está custodiado: "La seguridad es tener todo bajo control", se lee sobre una chapa sostenida en el alambrado perimetral, pero parece que  los delincuentes que ingresaron en la madrugada no lo deben haber visto.

"El asalto ocurrió a la 0.30 y a esa hora solo había dos empleados", contaron desde la comisaría. Esas personas, que en segundos pasaron a ser víctimas de la banda, eran Claudio Quiroga (27), que trabaja como custodio, y Orlando Garrio (49), uno de los tantos empleados de la firma.

Eran tres delincuentes encapuchados, armados y decididos al asalto. Enseguida se hicieron con el control de la situación, ataron y encerraron a Quiroga y a Garrio en una pieza y luego se hicieron con 25 cerdos que había en el criadero y también con herramientas y otros elementos del lugar.

"No sé cómo se habrán llevado los chanchos pero me imagino que puede haber sido en una carretela", arriesgó uno de los empleados del lugar ante la pregunta de Los Andes, que andaba buscando al propietario del lugar: "No, a esta hora no está, en una de esas a la tarde viene".

El caso es investigado por la fiscalía de Rivadavia y hasta el momento no hay detenidos. "Habrá que estar atento a ver si alguien ofrece cerdo barato", arriesgó uno de los investigadores.