Responsabilidad de los funcionarios públicos

Ésta nace cuando se declara la soberanía del pueblo y, por lo tanto, el rey -que detraía los fondos a los particulares- debía dar cuenta de lo que hacía con dichos fondos. El ejercicio de la responsabilidad hace a una de las características fundamentales del gobierno representativo.

“La garantía social no puede existir si los límites de las funciones públicas no están claramente determinadas por la ley, y si la responsabilidad de todos los funcionarios no está asegurada” (constitución francesa 1.791, declaración de derechos del hombre y del ciudadano).

“El pueblo no debe contentarse con que sus mandatarios obren bien; debe aspirar a que no puedan obrar mal, a que los poderes tengan un dique más fuerte que el de su propio mérito y que, delineado el camino de sus operaciones por reglas que no esté en sus manos desvirtuar, su gobierno derive no de las personas sino de reglas que obliguen a sus sucesores a ser igualmente buenos que los antecesores, sin que en ningún caso se les deje la libertad de gobernar impunemente” (Dr. Mariano Moreno, La Gaceta de Buenos Aires).

Los distintos tipos de responsabilidad a los que están sujetos los responsables de la administración de bienes y fondos públicos son: Civil, Penal, Administrativa, Política, Contable, Fiscal, Ética, Profesional.

La Civil tuvo modificaciones al sancionarse el Código Civil y Comercial unificado, que deja clara la no aplicabilidad del Código Civil y lo deja  reservado al Derecho Administrativo provincial. Así, en la provincia de Mendoza se sanciona la Ley 8.968 publicada el 11/05/17.

La Fiscal es aquella que exige al funcionario que toda su actividad debe estar orientada a mantener el equilibrio presupuestario y el crecimiento económico.

La Contable surge de la obligación de rendir cuentas de todos aquellos que administran fondos y bienes públicos.

La Ética es el actuar con decoro, idoneidad, prudencia y justicia en el ejercicio de la función pública.

Y la Responsabilidad Profesional, en general una profesión es el lugar desde el cual debemos servir a la sociedad de acuerdo a nuestras capacidades. Podríamos compararla con  un fideicomiso social: la sociedad hace que un hombre adquiera una profesión, con el fin de que la aplique en forma ordenada y racional, al conseguimiento de los fines inmediatos y fundamentales para la vida humana.

Por eso, asumimos ciertos compromisos profesionales. En las Ciencias Económicas en particular, porque se vinculan con la ética ya que todas las disciplinas que la componen, deben facilitar a cada hombre la solución racional de su problema. Las Ciencias Económicas no son la causa del progreso, sino que están a su servicio. No se trata de generar bienes y servicios, sino fundamentalmente de darles el destino y el uso debido.

* Las opiniones del autor no son necesariamente compartidas por la institución.