Razonable preocupación

Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com

El tema había ganado las mesas de café y fue ratificado por actores de la industria y por legisladores nacionales durante el acto por el aniversario de Los Andes: llama la atención la demora en el avance del proyecto de ley sobre derogación del impuesto al champán en la Cámara de Diputados de la Nación. Existe la intención de solicitar una audiencia por parte del sector privado al ministro de Hacienda y Finanzas de la Nación, Alfonso Prat Gay, a los efectos de interiorizarlo sobre la situación y, a la vez, despejar algunas dudas que aparecen en el horizonte respecto de otros posibles impuestos.

“No sabemos por qué el proyecto sobre el impuesto al champán está frenado en la comisión de Diputados”, señaló el miércoles un dirigente del sector vitivinícola en una de las mesas de café. Trasladada la inquietud a un legislador nacional durante la fiesta de nuestro matutino, se supo que existe prácticamente unanimidad en la aprobación por parte de los integrantes de la comisión y la demora se produce con el titular de la misma, que responde directamente al ministro de Hacienda.

La situación fue evaluada por los sectores el viernes, durante una reunión convocada por el INV para informar sobre las existencias de vinos y sobre la próxima cosecha, y para mañana está prevista una reunión de los trece legisladores nacionales por Mendoza (10 diputados y 3 senadores), que se desarrollará en el Congreso Nacional. En el primero de los casos, la intención sería establecer una estrategia tendiente a ampliar la inquietud hacia otras provincias vitivinícolas, mientras en el caso de los legisladores, trabajar de manera coherente en las dos cámaras.

Por otra parte, se supo que desde Bodegas de Argentina se solicitaría una audiencia al ministro Prat Gay para informarlo convenientemente sobre el tema. “Para la Nación, lo que se recaudaría con el impuesto al champán es nada, si tenemos en cuenta un presupuesto de cientos de miles de millones de pesos, pero para la industria es importante y es mucho lo que se ha hecho en estos últimos años, generando con ese dinero nuevas inversiones y esencialmente cientos de puestos de trabajo”, dijo un dirigente.

Cabría recordar que el impuesto viene siendo derogado anualmente, a través de un decreto, desde que Roberto Lavagna fuera ministro de Economía durante la gestión de Néstor Kirchner, pero la intención actual es ratificar esa situación a través de una ley.

Lo que nadie quiere decir, pero lo admiten off de récord es que la inquietud no se centra sólo en el impuesto al champán sino en la posibilidad de que en un futuro no muy lejano se disponga un impuesto a las bebidas alcohólicas, en las que podría quedar incluido el vino.

La industria no quiere que este tema se ubique como centro de cualquier discusión “porque no hay nada en concreto”, pero también se supo que, de existir algo por el estilo, los sectores podrían reaccionar y se sumarían los legisladores nacionales de la totalidad de las provincias vitivinícolas y de muchas otras que consideran que están siendo perjudicadas las economías regionales por medidas adoptadas por el gobierno nacional. “Si eso ocurre va a quedar ratificado que al Gobierno sólo le interesa la Pampa Húmeda y eso no lo podemos aceptar”, dijo con dureza un legislador, en este caso de la oposición.

Sólo promesas

Lo que más preocupa a los sectores es que desde los funcionarios nacionales se bajan promesas que después no se cumplen. “No hay un discurso claro. Nos dicen, nos hablan, pero no pasa nada”, dijo uno de los dirigentes, quien destacó que, en su momento, el ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación, Ricardo Buryaile, se había comprometido a que el impuesto al champán sería aprobado en el Congreso, pero ahora está demorado.

También se plantea la situación de los Fondos para la Proviar (Programa de Apoyo para Reconversión del pequeño productor), que no está caminando como corresponde. En el caso de la lucha contra la lobesia (polilla de la vid), el ministro Buryaile aseguró que se anticiparían fondos del presupuesto del año próximo para comenzar el combate a través de feronomas este año, pero hasta el momento no ha llegado un peso. “Estamos entrando a noviembre y, al no haber nada, es muy posible que los productores fumiguen con agroquímicos que después pueden traer inconvenientes”, dijo un dirigente.

Sumando en la lista de reclamos aparecen las nulas decisiones del Gobierno nacional respecto de compensar de algún modo los costos del transporte para las economías regionales, con el agravante de que ya se está hablando de un nuevo aumento en el precio de los combustibles, lo que profundizaría la situación. A esos aspectos se suman la preocupación por la posible reducción en el presupuesto del INTA, un organismo fundamental para las economías regionales y la falta de decisiones sobre la tarifa eléctrica para el agro.

Dentro de ese panorama para nada favorable, aparece ahora la importación de vinos. Todos hablaban sobre el tema, pero no se tenían cifras concretas. Sin embargo, el jueves se supo que en dos días habían ingresado a la provincia 14 camiones, provenientes desde Chile, con vino a granel para una importante bodega mendocina que tenía problemas de existencias.

También habría ingresado vino embotellado, proveniente de países europeos, los que fueron derivados a supermercados o vinerías que se están stockeando con motivo de las fiestas de fin de año. En el caso del embotellado, no hay mayor inquietud porque en realidad no mueven la aguja en el consumo general, pero en los graneles el reclamo surgió desde el Este, cuyos productores manifestaron su molestia “porque se prioriza a los productores chilenos, aduciendo que en la Argentina no hay vino, cuando la realidad marca que lo que no quieren es pagar lo que nuestro mercado está pidiendo”.