Rata Blanca en Mendoza: “El mejor artista no es el que mete más gente”

La banda ícono del heavy regresa a la provincia con todo su poder de fuego. En una charla exclusiva, Walter Giardino habla del presente de la música, por qué su banda no pierde vigencia y critica al Indio Solari: “Yo escucho música, no cuento ganado. A lo

“Todavía nos sentimos cómodos, a pesar de todo el tiempo que pasó. Sigue siendo intenso”, afirma al teléfono Walter Giardino desde un hotel en  Bahía Blanca, horas antes de pisar el Teatro Don Bosco de esa ciudad.

En pleno aniversario de sus tres décadas como banda, las giras sin respiro por todo el país no son una carga para el quinteto de rock metal.
Hoy, Rata Blanca es una banda de culto, que se resiste a dejar sus principios y que se toma ciertas licencias, como actuar en teatros. Este formato, los trae luego de dos años al teatro Plaza, el próximo viernes 31 de marzo, donde volverán a presentar "Tormenta Eléctrica".

Con la polémica aún caliente del último concierto del Indio Solari en Olavarría, es inevitable hablar del público, de la cultura del rock y el descontrol que producen las masas, en una sociedad que a veces no entiende los códigos de la diversión y el show.

“Rata tiene todos los formatos, es una banda que tuvo la lucidez de en su momento hablar con la gente y transmitirle como queremos que sean ellos. No fuimos demagogos o miedosos de lo que pueda decir la gente. Eso hace que Rata sea la única banda de rock metal en argentina que pueda tocar en un teatro”.

-¿Tuvieron la experiencia de tener un público conflictivo, que no buscaba la diversión, si no la destrucción?

-Sí, sobre todo al principio, donde el heavy era mal interpretado por unos cuantos. Que venían a los conciertos a canalizar sus traumas. Y consideramos los problemas personales, pero no podés venir a molestar al otro o a hacer bardo porque sos locos. Nosotros les demostramos que somos más locos que ellos y les pusimos los puntos. Por eso quizá la banda alejó a gente que no servía. Mirá lo que pasó hace una semana atrás.

Uno puede ser oportunista y hacerle creer a la gente algo que no es, porque es un buen negocio. En nuestro caso nunca hicimos esos.

-Pero parece que aunque pase el tiempo, la historia se repite y enluta a la música.

- Creo que el público heavy fue antes y después de Rata. De alguna manera esa furia, la banda la convirtió en emoción. Y hoy el heavy es uno los públicos más respetuosos que hay. Por lo general el heavy es mucho más educado y creo que se trabajó para eso. Creo que Rata fue muy rebelde, hasta contra el género, siempre haciendo lo que se sintió. Quizás en un estudio de marketing nos puedan decir se equivocaron, porque les restó popularidad o les trajo problemas. Pero creo que es una de las bandas que pasan los años y nadie va a poder criticar algunos aspectos. Pueden criticar por un gusto musical, pero a nivel carrera es una banda honesta y real.

-¿Seguiste este fenómeno de Los Redondos y luego el Indio Solari?

-En absoluto, no tengo ni idea. Nunca me interesó ni me va a interesar. Yo escucho música, no cuento ganado. Para mí a los músicos los respeto por los bueno músicos, no por lo convocante. Los fenómenos a veces se dan y a veces se te vuela el techo de tu casa con una tormenta y no entendés por qué. En ese caso fue la naturaleza. Y acá creo que pasó algo por el estilo. Se dieron una serie de situaciones que hicieron que la gente crea cosas, que necesitaba creer. Y no era lo que estaba pasando. No tengo interés en la parte extra musical de todo. El mejor artista no es el que mete más gente.

Rata Blanca toca para 200 mil personas en el año y fuera de la argentina. Este fue un fenómeno de cabotaje, que ni siquiera puede ser valorado a nivel internacional. Es un fenómeno de masas y creo que fue una casualidad y oportunamente utilizado.

Evidentemente estamos equivocados, no es el camino. A veces la cultura se piensa que es una palabra como el clima. La cultura es un aprendizaje y una enseñanza. No pasa por el aguante. Eso es una abominación hippie que no funciona en este momento del mundo.

-Por un lado el Indio y por otro lado, Soda Stereo que pone su música en un espectáculo del Cirque Du Soleil. ¿Tuviste la oportunidad de escuchar la música o ver el espectáculo?

-No. Y creo que Cerati no se pondría muy contento que su música esté en un circo. La verdad que no lo veo bien, se empiezan a mezclar las cosas por los negocios. A mí no me gustaría eso, no lo veo bien. Pero cada uno es dueño de hacer y decidir lo que quiera. Me imagino que sus ex compañeros de banda se les dio la posibilidad de hacer algo rentable y lo hicieron. Yo estoy en una frecuencia diferente, con todo lo que no tenga que ver con la música. Prefiero mi mundo real y no me llevo bien con la mezcla y las curiosas formas que tiene este país, con sus artistas.

Hasta que el metal nos separe

El pelo largo, las prendas de cuero y ese poder del metal, que mantiene vivo el vértigo en cada concierto, son parte de lo que Rata Blanca no perdió y fortaleció en sus treinta años de carrera.

El timbre inconfundible de Adrián Barilari, el bajo de Guillermo Sánchez, las teclas de Danilo Moschen y la fortaleza de la batería en manos de Fernando Scarcella, conforman esa esencia incorruptible del quinteto, que los llevó a ser una de las bandas de culto del género.

-Después de  tres décadas, ¿qué es lo que no cambio?

-La banda sigue siendo intensa arriba del escenario. Sigue habiendo una dirección absolutamente musical. Mientras eso siga funcionando, Rata seguirá. Cuando eso no esté, no continuaremos. Yo no podría subirme al escenario a hacer una actuación. Yo doy conciertos, no hago una actuación.

No somos animadores, somos músicos. Para animar llamamos a Silvio Soldán. Rata es una banda real de rock y eso no cambió y no va a cambiar.

-Otro dato que sorprende es que a pesar de la crisis de la industria, Rata Blanca sigue vendiendo discos.

-Creo que todo se mezcló. Culturalmente la música perdió la dirección por completo. Desde que los Ceos son los encargados de elegir a los artistas ¡y no saben afinar una guitarra! Estamos en problemas y todo eso perjudica y sigue alejando a los artistas de la gente. Porque en el medio meten cosas, inventos y cuestiones que están muy lejos de lo que hace emocionar o volver loco a los chicos, con una banda de rock. Hoy está manejado desde los medios, los lobbies, de las amistades. Hasta compartir vicios es algo rentable y es una porquería. Nos quejamos de porque estamos así, pero todo tiene que ver con todo. Siempre digo que lo que me pone más orgulloso de mi carrera, es que todo lo que tengo es por la música y a través de la música. Es tan legítimo, que me siento agradecido a la música y a la gente que nos entiende y nos sigue. No somos una banda del marketing. Es una banda respetada a través de la música. Cuando te planteás porqué vendés discos, es que algo está pasando con la música.

-¿Cómo se llevan con las redes?

Tenemos más de un millón de personas en las redes que se suman. Mientras bandas grandísimas tienen lo mismo o un poco más. Y todo eso habla de que esto es música. Grabamos un disco nuevo y la gente lo recibió, lo escuchó; y de eso se trata. Mientras siga funcionando, acá estaremos.

La ficha

Rata Blanca, gira Tormenta eléctrica

Día y hora: viernes 31 de marzo, a las 22.

Lugar: teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz).

Entradas: $350, $450 y $600. Anticipadas en Tarjeta Nevada (Calle Las Heras 419, Ciudad), Moicano Rockería (Galería Caracol, Ciudad), Maxi Mall Urbano (San Martin 1465, Ciudad), Chamu Rockería (9 de Julio 83, San Martín) y www.tuentrada.com

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