Puerto Rico quedó devastado tras el paso de María

Los 3,5 millones de habitantes están sin energía eléctrica ni telefonía y anegados. En la zona caribeña hubo 9 muertos.

El huracán María dejó en Puerto Rico una "devastación absoluta" y cortó el 100% de su servicio eléctrico al atravesar el país ayer con vientos máximos de 240 km/h, tras arrasar las Islas Vírgenes y las Antillas Menores, donde dejó al menos 9 muertos.

Distintas fuentes dan cuenta de una situación catastrófica en Puerto Rico. Las imágenes en las redes sociales muestran calles inundadas, algunas de ellas con automóviles flotando a la deriva, y los residentes que llamaban a una radio local describían desastres desde todas partes de la isla.

María entró en la mañana del lunes al sur de Puerto Rico como un huracán categoría 4 y vientos de 250 Km/hora y, a primera hora de la tarde emergió por la costa norte rebajado a categoría 3 (185 Km/hora), según los boletines del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.

El gobernador, Ricardo Rosselló, pidió a sus ciudadanos que no se confíen por el hecho de que el ojo de María ya haya pasado. "El peligro continúa. Hay aviso de inundaciones para todo Puerto Rico. Permanezcan en lugares seguros", escribió en Twitter.

Las comunicaciones eran difíciles en la isla, que quedó en un 100% sin energía eléctrica, un servicio que ya había demostrado fragilidades con el paso hace dos semanas del huracán Irma.

Cuando llegó María, unos 50.000 abonados aún estaban sin electricidad y unas 200 personas seguían viviendo en refugios por el embate de Irma.

Zona de desastre

El gobernador Rosselló también anunció que había pedido al presidente Donald Trump que declare a Puerto Rico, un territorio estadounidense, zona de desastre.

Para el servicio federal de emergencias FEMA, la declaración de emergencia pone un límite de 5 millones de dólares a la ayuda federal, mientras la declaración de desastre carece de límite.

De acuerdo la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, la devastación en la isla de 3,5 millones de habitantes es "prácticamente absoluta".

“Muchas partes de San Juan están completamente inundadas. La devastación está tocando los cuatro puntos cardinales”, precisó.

“Nuestra vida como la conocíamos cambió”, dijo entre lágrimas a un grupo de periodistas en el refugio en San Juan donde se resguardaban.

En este refugio -el Coliseo Roberto Clemente-, los residentes tuvieron que desalojar el área de las canchas cuando el techo comenzó a mecerse por los vientos, y fueron transferidos a pisos superiores.

"Un guardia me dijo 'lo que pasa es que el techo está por colapsar' y cuando miro arriba, el techo se estaba meneando como si fuera una hoja de papel. Le dije '¿pero ese techo es de cartón?' y me dijeron 'no, es de cemento'", contó Suzette Vega, de 49 años, allí refugiada.

Tras su paso por las Antillas Menores, el huracán dejó dos muertos en Guadalupe y una catástrofe aún por evaluar en Dominica, donde por ahora se reportan siete fallecidos.

Un asesor gubernamental que habló por teléfono satelital con el primer ministro dominiqués Roosevelt Skerrit pintó un panorama devastador para la isla de unos 73.000 habitantes.

“Es difícil determinar la cantidad de fallecidos, pero hasta ahora hay siete confirmados como causa directa del huracán”, dijo el asesor Hartley Henry en un comunicado.

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