Primeros auxilios: qué hacer antes de llamar a emergencias

Hay que saber detectar los síntomas para poder informarle bien a los profesionales cuál es el cuadro.

Cuando nos vemos ante una situación de emergencia, tenemos miedo de hacer algo mal y llamamos al número de urgencias. No está mal, pero eso no es todo lo que uno puede hacer. Es más, a veces la ambulancia llega demasiado tarde...

Si alguien cae y queda tendido en el suelo, por ejemplo, lo primero que hay que hacer es preguntarle en voz bien alta: "¿Me oye?".

Si la persona no reacciona a las palabras y tampoco reacciona cuando uno le da una sacudida en el hombro, es importante observar si su respiración es normal.

Si es irregular o se está ahogando en su intento por tomar aire, podría haber sufrido un paro cardíaco. Estas observaciones son importantes al llamar a emergencias, porque de ese modo ellos podrán hacerse una idea de con qué se encontrarán. De todos modos, dar precisiones puede ser muy difícil si uno está solo y debe actuar con la mayor velocidad.

Lo ideal es hacerle al afectado cuanto antes un masaje de pecho, tal como uno lo ha visto tantas veces en las películas. En esas situaciones, cada minuto cuenta.

Es más, "cada minuto que pasa sin que se le aplique esa ayuda reduce en un diez por ciento su probabilidad de supervivencia", explica el Dr. Pedro Sefrin de Wurzburgo.

Todos podemos tomar cursos de primeros auxilios en la Cruz Roja, por ejemplo. Y es realmente útil, no sólo para estar preparados para nuestros familiares o amigos, sino también para posibles episodios que vivamos en la vía pública.

En el caso de un infarto, lo que hay que hacer es colocar a la persona sobre su espalda, dejarle el tórax al descubierto, colocarle una almohadilla de la mano sobre el centro del pecho y, sobre esa almohadilla, la almohadilla de la otra mano.

Luego se entrelazan los dedos de las dos manos, se sostienen los brazos firmes, de modo que no se flexionen, y se empuja con los hombros en un ángulo perpendicular al punto de apoyo sobre el pecho.

Lo que debe lograrse con ese movimiento es hundir el esternón entre unos 5-6 centímetros con fuerza, tan fuerte como sea posible, un máximo de 100-120 veces por minuto.

Algo que puede parecer un poco bizarro pero que es sumamente útil para saber a qué ritmo hacerlo: piense en la canción "Stayin Alive" de Bee Gees y hágalo a ese ritmo, porque la melodía tiene justamente 100 pulsos por minuto. El masaje debería continuar sin interrupción hasta que llegue el servicio de emergencias, no importa si se demora.

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