Robaron en La Casa del Lago y dejó sin atención a 45 chicos de San Martín

Delincuentes ingresaron tras arrancar una ventana, se llevaron alimentos y electrodomésticos. Es la primera vez que la institución del parque Agnesi sufre un asalto.

La Casa del Lago es una humilde institución estatal que atiende a niños y adolescentes de San Martín en riesgo social; con mucho esfuerzo del personal a cargo, algunos recursos del Estado y también donaciones, allí se da de comer a diario a decenas de jóvenes a los que también se les brinda un apoyo escolar.

La institución funciona en el corazón del parque Agnesi desde hace doce años y, por primera vez, delincuentes ingresaron al lugar tras arrancar una ventana y se llevaron alimentos y algunos electrodomésticos.

"Estamos muy tristes. Acá no hay dinero que pueda alentar ningún robo y lo más valioso que tenemos es la comida para los pibes", dice Tita Leyes, que es la encargada de organizar la ayuda diaria que reciben 45 chicos en contraturno escolar, porque ése es el único requisito que pide Tita y el grupo que trabaja con ella: que los chicos vayan a la escuela.

La Casa del Lago funciona en una vieja construcción, a unos metros de la vivienda que ocupan los guardaparques y cerca también del destacamento que la policía montada tiene en el lugar, pero ni unos ni otros escucharon ruidos en la madrugada y así, los delincuentes ingresaron tras cortar la reja de una ventana.

Se llevaron un televisor, un equipo de música, toda la comida que pudieron cargar y dejaron detrás un gran desorden de muebles abiertos y cajones desparramados: “No hay plata, sólo damos de comer. Supongo que eso es lo que buscaban, pero acá no hay plata”, repite Tita, que comenzó a trabajar allí hace más de una década: “Llegué por 15 días y me quedé todo este tiempo”, sonríe, la única vez en la mañana.

Además de Tita, trabajan allí Miriam Lamas, que es docente y da las clases de apoyo; también hay un profesor de gimnasia que los hace jugar a la pelota; otro de teatro con el que los chicos armaron la murga Afrolatina y una cocinera, que se encarga de preparar el desayuno, el almuerzo y la merienda que los chicos de entre 8 y 18 años reciben, de acuerdo al turno en el que van por la Casa.

En una segunda construcción a pocos metros, la institución enseña el oficio de panadero y de a poco han llevado hasta allí la corriente eléctrica y ahora están con los caños del agua, por eso hay una zanja en el patio que une las viviendas; en esa zanja los delincuentes arrojaron la reja que arrancaron.

La Casa del Lago funciona con recursos de Dinaf (Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia), de la comuna y con donaciones particulares: los muebles, por ejemplo, son regalos que la gente ha ido arrimando. En algún momento el lugar llegó a atender a más de 60 niños pero hoy, las raciones se han reducido y sólo pueden recibir a 45 chicos, la mayoría de la zona sur de San Martín.

Cerca de la Casa del Lago está el teatro griego Juan Pablo II y un poco más al Este, siempre en el predio del parque, el Centro de Congresos y Exposiciones Francisco, donde, hace un par de semanas, una iglesia evangélica realizó un encuentro y recolectó alimentos para llevar a los chicos de la Casa.

“Tal vez los ladrones pensaron que tendríamos esa donación de comida y vinieron a buscarla, pero la verdad es que todavía no la hemos recibido”, explica Tita y cierra: “No sé qué pensar, pero es todo muy triste”.

La institución no abrió ayer porque no tiene qué dar de comer a los chicos y no estaba claro cuándo volvería a atender. Por el robo no hay detenidos y el televisor fue encontrado oculto en un desagüe cercano.

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