Por la Lobesia botrana, el costo de mantener un viñedo subió 47%

El aumento surge al comparar la temporada 2015 con la de 2016. El gasto en agroquímicos y difusores de confusión sexual es uno de los más elevados: por hectárea pasó de $ 6.087 a $ 12.410.

El impacto que han tenido este año las contingencias climáticas sobre el costo de mantenimiento de un viñedo es muy importante. De hecho, según las estimaciones de un estudio elaborado por el ing. agr. Christian Tsallis de A&T, durante la temporada 2016 el ítem insumos y agroquímicos subió casi 50%, comparado con el 2015.

Este año los productores han tenido que incorporar un costo, el de feromonas, para combatir la Lobesia botrana, lo que significa $ 3.200 más por hectárea. Con estos números, mantener un viñedo en primera zona de Mendoza tiene un costo de $ 90.350 por hectárea. Esto representa un incremento del 47,3% en pesos en comparación con la temporada 2015, cuando el valor era de $ 61.328. Además, otro número significativo surge cuando se compara con 2011, cuanto el costo era de $ 20.995 pesos por hectárea. De este modo, la suba en cinco años es de 330%.

Estos cálculos surgen de un modelo de costos elaborado por A&T, en 100 hectáreas de viñedos ubicados en la primera zona, que tienen 5.500 plantas por hectárea, con riego por goteo, con uvas destinadas a la elaboración de vinos premium y súper premium y con una producción aproximada de 140 quintales de uva por hectárea.

Para llegar a los $ 90.350 por hectárea el estudio desglosa todos los costos que tiene que tener en cuenta un productor. En la estructura, la mano de obra directa representa el 31%. De una temporada a otra presentó un aumento del 33%.

Este año, el costo de este ítem fue de $ 21.660 por hectárea, mientras que en 2015 había sido de $ 16.200 por hectárea. Para el caso de cosecha manual y acarreo la suba fue más importante, ubicándose en 41%. Un productor de la primera zona necesitó en 2016 $ 16.317 por hectárea. Según estimó Tsallis, un fuerte impacto tuvo también el acarreo, que subió 35%, impulsado sobre todo por el aumento de los combustibles y lubricantes.

Por otro lado, los servicios mecanizados -maquinarias y fletes- sufrieron un incremento de 38% y tuvieron un costo por hectárea de $ 18.515, cuando el año pasado fue de $ 13.402. Aquí también, el combustible es lo que pesa sobre el costo total por hectárea.

Finalmente, en relación a los agroquímicos e insumos, el ingeniero responsable del informe explicó que el año pasado el costo por hectárea de este ítem había sido de $ 6.087, mientras que esta temporada pasó a $ 12.410. En este sentido, el incremento es de más del 100%, pero acá el tema es que se suma un nuevo gasto y es el de los difusores de confusión sexual para el control de polilla del racimo, que tienen un costo de $ 3.200 por hectárea.

Tanto es el cambio en la estructura que se produjo que este último costo el año pasado no estaba contemplado, así como el incremento de energía, que del año pasado a éste subió 100%; fueron los que impactaron sobre el número final. Sacando el fenómeno de la polilla, comparando los mismos productos que se usaron durante 2015 y 2016, el aumento fue del 50%.

Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi, indicó que este costo mayor sólo ha podido ser asumido por algunos productores -hay que considerar que se necesitan aproximadamente U$S 220 por hectárea-, teniendo en cuenta que el año pasado la rentabilidad de muchos fue muy baja. Es por esto el pedido de ayuda a los gobiernos provinciales y nacionales. Es así que, sumados a los agroquímicos que se han usado para la botritis, “el costo de cosechar y mantener viñedos ha subido considerablemente”.

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