Por la baja rentabilidad, cayó hasta 60% la venta de fincas

Las pocas operaciones que se concretan, se ubican con valores 50% menores que lo normal. Estiman que este proceso podría profundizarse.

Por la baja rentabilidad, cayó hasta 60% la venta de fincas
Por la baja rentabilidad, cayó hasta 60% la venta de fincas

Comprar viñedos o montes frutales no parece ser una inversión rentable como lo era hace décadas. Los altos costos que genera tener en marcha una unidad productiva vitivinícola o frutícola y los bajos precios pagados al productor, han marcado un freno importante en la compra-venta de fincas en la provincia.

Reconocidos profesionales del sector inmobiliario afirman que la baja rentabilidad, el cepo cambiario, los altos costos de insumos en la elaboración de productos, la falta de mano de obra y la inflación reflejada en todos los sectores de la sociedad, determinan un escenario adverso que impide realizar operaciones de cualquier tipo.

Manuel Otero, titular de inmobiliaria Otero, dijo que “el mercado de ventas se encuentra parado y las ventas han caído 60% en relación al mismo período del año anterior”.

Además, Otero señaló que todo aquello que se quiera vender se termina concretando con operaciones que se encuentran por debajo del 50% del valor normal de la venta.

“Tenemos un problema en general, que además tiene relación directa con los productos terminados que no permite a los productores pensar en comprar o vender fincas de ninguna manera”, remarcó el experto.

En cuanto a viñedos, el profesional señaló que los permanentes aumentos de precio de los insumos que rondan a la industria del vino afectan indirectamente al negocio inmobiliario.

“Cada vez que se compra vidrio a una cristalería o levaduras para la fermentación del vino, aparecen nuevos precios en promedio 5% más altos. Eso afecta a los productores y les genera baja rentabilidad, situación que se refleja, hace cuatro años, en el valor del vino”.

Por otra parte, en lo que tiene que ver con la venta de fincas con frutales, el experto dejó entrever que la situación es similar y sostuvo que “muchas de ellas se han dejado de cultivar debido a la falta de rentabilidad y altos costos en los insumos para lograr productos terminados”.

Otero indicó que “también en este aspecto es importante tener en cuenta la cosecha temprana y los frutos que logrés, tanto en el durazno como en la cereza. Si lográs cosechar primero, podrás tener un precio razonable en el producto a la venta. En cambio, en una cosecha tardía los precios se caen al piso y por ende la rentabilidad ya no es la misma”.

“Sin lugar a dudas la baja rentabilidad de los productos en la actualidad generan la imposibilidad a los productores de poder comprar o vender en valores normales sus tierras y mucho menos se puede pensar en la posibilidad de endeudarse a través de créditos para obtenerlas”, indicó.

Desde el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, Santiago Debé sostuvo que “la situación en ese sector es mucho peor debido a los altos costos y los bajos niveles de comercialización de la fruta”.


La incidencia del dólar
Los profesionales del sector inmobiliario no dudaron en señalar a la devaluación como otro de los factores que debe ser analizado al momento de establecer soluciones dentro del rubro.

El titular de inmobiliaria Otero, Manuel Otero, comentó que “el dólar oficial sigue planchado, las divisas que el cliente de exportaciones paga en dólares, se queda en manos del Banco Central de la Nación y a los productores se les paga en pesos, descontando además una cantidad importante de impuestos por la liquidación”.

“Si lo analizamos en profundidad, de $ 8,66 que se encuentra el dólar oficial, en manos de los productores con impuestos liquidados queda en $ 7,50 y de esta forma es muy difícil trabajar”, comentó.

Para Otero: “Con un escenario con estas características no hay mercado para salir a comprar o vender fincas y si alguien fuera comprador o vendedor pagaría sólo el 50% del valor real del inmueble”, enfatizó.

Asimismo, respecto al tema de ventas, similar fue la opinión del secretario de prensa y relaciones institucionales del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, Santiago Debé, quien afirmó que las ventas de fincas tanto de la vid como frutícolas, han caído un 70% en relación con años anteriores.

El ex presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, sostuvo que todo esto se debe a las malas medidas que ha tomado el gobierno en cuanto al cepo cambiario.

“Esto sucede siempre que el Estado se mete compulsivamente en mercados, cuya única ley válida es la de la oferta y demanda. Miles de personas compran dólares y miles de personas los ofrecen; entonces es imposible arreglar un precio”, señaló el experto.

“Todo esto desata inmediatamente mercados negros y paralelos que distorsionan los precios relativos de la economía, entre ellos el precio de los inmuebles. Cuando el gobierno intercede no existen precios de referencia para ningún tipo de operación inmobiliaria”, agregó.

Por otra parte al referirse a la inflación, el profesional del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza destacó que es otro problema a resolver y que no existen formadores de precios que mejoren la situación inflacionaria.

“El gobierno actúa con un gasto público mayor y en aumento que emite dinero sin freno y desata este fenómeno inflacionario. Lo que se infla es la masa monetaria y no los precios. Nuestro dinero cada vez vale menos”.

Asimismo Debé, explicó que las ventas han caído 70% debido a que es imposible poner de acuerdo a la parte vendedora con la compradora en cuanto a las ventas de fincas.

“Las propiedades se cotizan en dólares y allí surge parte del problema, puesto que el que vende quiere hacerlo en valor de precio de dólar paralelo, mientras el que compra quiere pagar a valor dólar oficial. Por este motivo es imposible vender o comprar fincas ya que cerrar un acuerdo parece una tarea imposible de realizar”, comentó Santiago Debé.

Sumado a esto, el profesional comentó que la baja rentabilidad en los productos exportados es un determinante que condiciona las operaciones inmobiliarias de compra o venta de fincas.

“Una finca es una fábrica de materia prima que necesita de las exportaciones y si las mismas se cobran poco, producto del bajo tipo de cambio, no hay rentabilidad que te permita generar operaciones inmobiliarias”, destacó Santiago Debé.

El dirigente sostuvo que “este año será un año duro y muy difícil, con perspectivas de subsistir y no endeudarse. “El gobierno que venga tendrá que soplar con nuevos aires y tomar medidas duras que son inevitables para cambiar las reglas de juego. El gobierno debe garantizar reglas jurídicas a quien invierte y poco a poco todo esto va a cambiar enormemente”, afirmó el experto.

Patrick Kinnersly, Asesor Comercial del Sector Rural e Industrial de la empresa Contacto inmobiliaria, dijo que “la demanda ha disminuido de a poco en los últimos 3 años y se encuentra en un punto bajo, cercano al 60% sobre el nivel normal de períodos anteriores”.

“El mercado inmobiliario rural es muy difícil actualmente. Existen movimientos entre productores ya establecidos y también de gente que quiere entrar en el sector”, afirmó.

Explicó además, que, lo que mantiene al mercado activo son dos factores: el primero, la flexibilidad que hay que asumir con respecto a financiación o permutas; el segundo, “los inversores que poseen respaldo económico aprovechan esta sobreoferta de propiedades rurales, y compran en precios que hace dos o tres años no hubieran concretado”, explicó el experto.

Además, el profesional de Contacto explicó que la mayor complejidad por la que tiene que atravesar el sector es la caída de la rentabilidad de fincas debido a la inflación sobre los costos, que perjudican directamente la capacidad de compra y venta de los productores.

Por otra parte, Pactrick Kinnersly, se refirió al comportamiento del dólar en las operaciones inmobiliarias y explicó que “la inestabilidad complica la mayor parte de las operaciones, porque en el corto plazo el panorama puede cambiar mucho.

Hoy se cierran menos ventas financiadas porque es muy difícil llegar a un acuerdo conveniente entre las partes. Además, se debe tener en cuenta la modalidad de financiación que tiene que ser acorde a la supuesta inflación que se prevé”.

Para finalizar, el experto aclaró que “2015 será un año duro de trabajo en el que se van a vender fincas de todo tipo pero no va a ser tarea fácil. Comienza un año en el que sólo la gente con respaldo financiero va a poder acceder a realizar negocios inmobiliarios rurales muy interesantes, debido a la sobreoferta existente”.


Los bajos precios pagados al productor, con la consecuente caída en la rentabilidad, han generado una sobreoferta de propiedades. 
No obstante, el mercado se encuentra parado, ya que quien tiene la posibilidad de invertir en un agronegocio, prácticamente no considera a la vitivinicultura, ni a la fruticultura, ya que la ecuación financiera no cierra.

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