Por algunas bicis se paga más que por un auto

Desde hace años dejó de ser un mero instrumento para hacer ejercicio y prácticamente se transformó en un actor social más. Nos referimos a la bicicleta, que en el mundo entero ha crecido como medio de transporte e, incluso, en algunos países tienen más presencia y valoración que los propios vehículos motorizados. De hecho, según la agencia Euromonitor, 22,4% de los habitantes de América Latina tienen una bicicleta.

En Mendoza la oferta es amplia y variada, tanto en lo que se refiere a modelos como así también en calidad y precios. Mientras que hay bicis que se consiguen por “apenas” $ 2.000 (los especialistas coinciden en que son bicicletas que sirven para trasladarse de un punto a otro por las calles y nada más), las más lujosas -consideradas de alta gama- no bajan de los $ 40.000 y pueden llegar a los $ 80.000.

“Incluso hay marcas como Trek o Canondale que tienen modelos de $ 250.000 o $ 300.000, aunque esos son más difíciles de conseguir acá por el tema del bloqueo de las exportaciones”, sintetizó Fabián, de Bicicletas Evolution.

De hecho, las bicis lujosas (cuyo valor supera al de un auto) son más caras en Mendoza que en Chile, por ejemplo. Y no son pocos los aficionados que eligen cruzar la cordillera para comprarlas más baratas, teniendo en cuenta que el mismo rodado que en la provincia se consigue a $ 25.000 cuesta la mitad en el país trasandino.

“Se ve cada vez más gente que cruza a Chile para comprar las bicis. No sólo por el precio, sino también por la variedad. Todos los años, entre octubre y noviembre entran los nuevos modelos y los anteriores tienen rebajas de entre 30 y 40%. Además tienen para elegir entre varios colores. A nosotros nos perjudica el cierre de las importaciones, porque podemos traer unas pocas nomás. Pero te aseguro que, por día, acá viene al menos una persona que me trae la bici que compró en Chile. De cien bicicletas que ves en Chacras (donde se juntan los grupos para salir a andar), 80 son de afuera”, aseguró Diego Vera, dueño de Evolution.

En la misma sintonía, Santiago Badaloni -de High Bike Ciclismo- destacó que uno de los sectores más castigados con el bloqueo importador fue el de las bicicletas.

“Lo poco que entra se ha ido a las nubes. Y tenemos Chile a 300 kilómetros, con valores más baratos, más gama y variedad, a lo que se le suma que hay modelos 2015. Acá se va ‘manoteando’ lo que van dejando entrar”, detalló, agregando que es hasta entendible que la gente compre afuera.

“Para hacer mountain bike, para poder entrar a la montaña necesitás hacer una inversión de entre $ 15.000 y $ 17.000 en bicicleta, accesorios y equipamiento. Con menos de eso, es muy difícil poder practicar tranquilo. Y es una bici que va a tener más horas de taller que de pedaleo”, sintetizó Néstor ‘Tibetano’ Yobe, un conocido amante de las bicicletas que acostumbra a ayudar desinteresadamente a quienes necesitan asesoramiento en la temática.

De carbono y sin cámara
Badaloni, de High Bike, consideró que hay tres tipos de bicicletas. "Por un lado tenés las que son para ir a pasear al parque o salir cuando el médico te recomienda que hagas ejercicio.

Esas están entre los $ 6.000 y $ 7.000. Después, quienes quieren comenzar en lo deportivo y en el senderismo encuentran buenas bicis de entre $ 10.000 y $ 15.000. Finalmente están las de tope de línea, cuya principal diferencia es que pasan del aluminio a la fibra de carbono y la usa el que compite. Estas están por encima de los $ 40.000”, sintetizó el especialista.

Marcas como Specialized, Giant y Trek -todas importadas- son las más renombradas que trabajan con bicicletas de alta gama, y son éstas justamente las que van entrando de a poco al país. “Una de las más nuevas que tenemos es una Giant XTC Advance rodado 27 y medio, que está en $ 46.000. Esta misma, en Chile la podés encontrar a $ 37.000”, ejemplificó Badaloni.

Asimismo, reconoció que armar una bici lujosa completa por cuenta propia es “imposible”. “Siempre te va a faltar algo. Por ejemplo, no hay cuadros de carbono de marca, aunque sí hay horquilla (la de carbono cuesta diez veces más que la tradicional). O es muy difícil conseguir cubiertas. Con los accesorios también hay muchísimas dificultades, también por el cierre. Ni hablar de la garantía, tenés que esperar que autoricen el ingreso de nuevo y te toque a vos”, sostuvo.

Según indicó, por las condiciones que presenta la geografía mendocina se usa cada vez más el sistema tubeless para las ruedas. Se trata de una cubierta especial, que no lleva cámara sino que tiene un líquido en su interior. Y cuando el ciclista pincha, el líquido sella el orificio.

“Dentro de las bicis buenas. de alta gama, se usa mucho las que tienen el cuadro de fibra de carbono. Este material es más liviano y suave al andar, además de ser más resistente. Una buena bicicleta de competición cuesta entre $ 43.000 y $ 50.000, o en el caso de las Raleigh o la Scott están en $ 35.000”, indicó por su parte Ricardo, de Ambrosi Bicicletas.

Para "principiantes"
"Algo inicial, pero que sirva para la montaña, se consigue a $ 9.000. Después hay más opciones, con prestaciones mejoradas, freno de disco hidráulico y un cuadro más liviano y de mayor calidad que cuesta $ 13.000", continuó.

Respecto a las más caras -las de carrera, que son más livianas-, destacó que en su fabricación se priorizan los resultados por sobre la durabilidad.

“Las bicicletas tops vienen con 30 velocidades, cadenas más finas -que duran menos- y con cuadros de fibra de carbono. El equipamiento que utilizan es Shimano -sistema de frenos y de cambios-, aunque también está tomando protagonismo Sram, o la marca de bicicletas Campagnolo, que se ha especializado en competición”, agregó el comerciante.

Desde su óptica, una buena bici de “principiante” se puede conseguir entre los $ 9.000 y los $ 15.000, mientras que se consiguen intermedias que rondan entre $ 20.000 y $ 30.000, antes de llegar a las de alta gama.

Fabián, de Evolution, también se refirió a los diferentes usos que se le puede dar a las bicicletas y que están muy vinculados al equipo y a la inversión.

“Encontrás la más básica, que sirve para andar por las calles y para ir a trabajar, entre $ 2.000 y $ 3.000. Esa tiene 18 velocidades, llantas de aluminio y frenos bibrake. Ya para incursionar en senderos, entre los $ 4.500 y los $ 6.000 encontrás con cuadro de aluminio y llanta de doble pared, de 21 o 24 velocidades”, dijo.

En su local, las de alta gama también están por encima de los $ 40.000. “Una Vairo de competición, de fibra de carbono, rodado 29 con sistema Shimano Deore y 30 velocidades, está en $ 45.000”, agregó.

Lo que no puede faltar

Más allá del tipo de bici, su calidad y el uso que se le dé, hay factores comunes en cualquier rodado. “Lo más recomendable es que tenga un buen sitting -posicionamiento- que nos permita sacarle mejor provecho. Una bici de baja gama con buen sitting es mejor que una de alta sin acomodamiento.

Lo mismo ocurre con un buen mantenimiento, que te va a permitir disfrutar del pedaleo y de los paisajes cuando salís, en lugar de estar pendiente de que se rompa

Es clave un asesoramiento de confianza y no recurrir a material usado si no sabemos de su procedencia. Casco, guantes y lentes también son fundamentales”, destacó Néstor ‘Tibetano’ Yobe, un amante de la bici y quien ofrece su asesoramiento a la hora de recomendar una de forma gratuita y desinteresada (con su nombre se lo puede encontrar en Facebook).

Santiago Badaloni, de High Bike, también habló del casco como un accesorio “fundamental e infaltable” en cualquier bicicleta, además del cardio. Este pulsómetro debe usarlo cualquier ciclista para controlar su ritmo cardíaco y pulsaciones al pedalear.