Plurales que nos hacen dudar (2)

Retomamos el tema de la nota anterior acerca de los plurales que hacen los vocablos acabados en consonante.

Si las consonantes finales son –j, –l, –n, –r, los términos forman el plural en –es: ‘carcaj’ y ‘carcajes’, ‘rol’ y ‘roles’, ‘canción’ y ‘canciones’, ‘cráter’ y ‘cráteres’: “Colocaron sobre una roca los carcajes ya sin flechas”. Las palabras extranjeras que se hayan adaptado al español se adecuarán a esta regla: así, ‘máster’ y ‘másteres’; ‘magíster’ y ‘magísteres’; ‘póster’ y ‘pósteres’, ‘píxel’ y ‘píxeles’: “Había varios magísteres en la exposición de pósteres”.

En este aspecto, hay algunos casos excepcionales: las palabras esdrújulas, de origen extranjero, terminadas en –n, permanecen invariables en plural: el ‘cáterin’ y los ‘cáterin’; el ‘trávelin’ y los ‘trávelin’; el ‘polisíndeton’ y los ‘polisíndeton’: “Los cáterin fueron atendidos por diversas empresas”. Pero, otra sorpresa: ese desorden de la sintaxis conocido como ‘hipérbaton’ pluraliza como ‘hipérbatos’: “Se hacía difícil la comprensión del texto con tantos hipérbatos”.

También hay un término de origen sánscrito, ‘sij’, que nombra a una persona seguidora del sijismo, religión monoteísta de la India; el Panhispánico nos da dos plurales: el que se usa en general, ‘sijs’, y el que los académicos recomiendan como análogo a los demás términos en –j, ‘sijes’.

Dudamos cada vez que debemos pluralizar ‘ítem’, ‘vademécum’, ‘ultimátum’ (latinismos adaptados) o ‘zum’: es sencilla la solución ya que, simplemente, agregamos ‘-s’ a la forma singular. Tendremos, pues, ‘ítems’, ‘vademécums’, ‘ultimátums’ y ‘zums’. Quizá llame la atención que hayamos tildado el plural de ‘vademécum’ y de ‘ultimátum’: ello ha sido así porque son palabras graves terminadas en –s agrupada con otra consonante. En lo que respecta a ‘zum’, estamos ante la adaptación al español de la voz inglesa ‘zoom’ (“objetivo de distancia focal variable, que modifica el ángulo de visión con el efecto de acercar o alejar la imagen”): “Algunos ítems del nuevo código no están suficientemente claros”. “Los fotógrafos usaban los zums para lograr precisión y nitidez en las imágenes".

La regla de los plurales para las palabras españolas terminadas en –m tiene una excepción: la palabra ‘álbum’ pluraliza ‘álbumes’.

Pocos términos de nuestro idioma acaban en el dígrafo –ch; ante esos pocos vocablos, que casi no se usan cotidianamente, no sabemos cómo pluralizarlos. Algunos permanecen invariables, como ‘el/los crómlech’ (“monumento megalítico consistente en una serie de piedras que cercan un pequeño espacio de terreno llano y de forma circular o elíptica”); ‘el/los zarévich’ (“hijo del zar y, en particular, príncipe primogénito del zar reinante”). En cambio, ¡cómo dudamos al tener que decir el plural de ‘sándwich’! Esta palabra, adaptada al español, forma el plural ‘sándwiches’. También pluraliza en –es el sustantivo ‘maquech’, voz originaria del maya, con el significado de “escarabajo sin alas que se lleva vivo sobre la ropa, atado con una cadena, como un broche”. No es una palabra que usemos comúnmente, pero si la decimos en plural es ‘maqueches’.

Por último, en relación con los plurales de vocablos acabados en consonantes, ¿qué hacer cuando una palabra termina en un grupo consonántico? Según el Panhispánico, estos vocablos proceden de otras lenguas y pluralizan añadiendo una ‘s’ al singular: ‘gong’ y ‘gongs’; ‘récord’ y ‘récords’. Se exceptúan de esta regla ‘test’, ‘kibutz’, ‘trust’, ‘compost’ y ‘karst’, que no varían al colocarse en plural. También, los tratamientos ‘lord’ y ‘milord’ forman un plural de excepción: ‘lores’ y ‘milores’.

¿Cuál es el criterio para formar el plural de las voces latinas, terminadas en consonante, que usamos en diferentes ámbitos de la cultura? Las palabras se han acomodado a las reglas de formación del plural vigentes para el resto de las palabras: ‘déficit’ y ‘déficits’; ‘superávit’ y ‘superávits’; ‘hábitat’ y ‘hábitats’; ‘ratio’ y ‘ratios’; ‘plus’ y ‘pluses’; ‘nomenclátor’ y ‘nomenclátores’. De esta regla, se exceptúan las formas en –r, provenientes de verbos; esas formas se mantienen inalterables en plural: “A pie de página, los cónfer nos remitían a conceptos previos”; “Buscamos en esos libros sagrados los imprimátur que autorizaban su publicación”.

Cuando nos encontramos con palabras que se originaron en formas neutras latinas, no formamos el plural en –a, propio de aquella lengua; así, por ejemplo, el sustantivo ‘corpus’, cuyo significado es “conjunto de datos o textos de un mismo tipo que sirve de base a una investigación”, se mantiene inalterable en plural: “Los corpus de palabras indígenas incluían muchos términos”. En cuanto a ‘memorándum’, ‘currículum’ o ‘referéndum’, la Academia aconseja usar los términos españolizados ‘memorando’, ‘currículo’ y ‘referendo’, respectivamente.

Sobre esta base, los plurales serán ‘memorandos’, ‘currículos’ y referendos’.

Pero si la palabra latina pertenece a una locución, debemos solamente pluralizar a través del artículo: ‘el/los currículum vítae’, ‘el/los mea culpa’, ‘el/los statu quo’. Para concluir, aclaramos que ‘mea culpa’ (= “por mi culpa”, fórmula para reconocer un error) es una locución masculina; otro tanto ocurre con ‘statu quo’ (= literalmente, “en el estado en que”; “estado de un asunto en un momento preciso”), locución también masculina, que no debe decirse incorrectamente *’status quo’: “Deben armar los currículum vítae de acuerdo con los nuevos parámetros”; “Con valentía, los candidatos hicieron públicos los respectivos mea culpa” y “Violaron los statu quo establecidos”.

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