Oligopolios en acción

Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes

Las corridas y temores de los últimos días en torno al precio del aceite no fue más que una maniobra de presión de los fabricantes ejecutada por el gremio con el que están asociados. Consiguieron que el gobierno les mantuviera niveles de subsidio, pero con el efecto de haber ganado mucho terreno haciendo parecer que lo cedieron.

Los fabricantes ya sabían que se iba a terminar el fideicomiso que financiaba un subsidio para mantener el precio al público. Sabiéndolo, aumentaron un 40% los precios en los últimos 90 días y, de pronto, apareció el sindicato “alertando” que el precio podía aumentar un 300% para llegar a $ 90 al público.

Eso generó una serie de declaraciones confusas, mientras los otros socios, los hipermercados, generaban un último aumento para poner una botella de 1,5 litro, que estaba a $ 15 a principios de año, a un valor de $ 37, restringir su venta y prepararse para un nuevo salto.

Lento, como siempre, el Gobierno salió apurado a hacer un acuerdo para un aumento del 6% de los precios pero no se dice qué precios van a aumentar. Si los $ 25 a los que se vendía antes de la corrida o sobre el último valor que habían fijado, de $ 37.

Estamos ante una verdadera operación de pinzas donde, con la participación cómplice del sindicato, el oligopolio productor del aceite y sus socios, el oligopolio de los hipermercados, consiguieron más precio y más subsidio mientras los consumidores, poco instruidos, corren desesperados a comprar como si el aceite fuera leche materna.

Todos hemos sido víctimas de una maniobra especulativa y no hay que convalidarla. El aceite de 1,5 litro no debería costar más de $ 27.

Todo lo que esté por encima es un robo y hay que alertar a los consumidores para que no se dejen engañar.

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