Nicolás Catena Zapata: “En 2016 viviremos un ajuste económico que terminará en recesión”

El propietario de Bodega Catena Zapata asegura que hay que seguir trabajando por la calidad del vino argentino. Vaticina una restricción del consumo de vinos en el país. Explica que los problemas marcoeconómicos hacen que se demoren las inversiones.

Desde que en 1996 embotelló su primer malbec bajo la marca Catena Alta Malbec, podríamos decir que la empresa que comanda Nicolás Catena Zapata se ha convertido en la punta de lanza del varietal emblema, el cual llega a las góndolas de los mercados internacionales más conocidos.

Para el bodeguero, la investigación es un factor determinante a la hora de hacer vinos de calidad y asegura que la vitivinicultura argentina está viviendo una tercera revolución, siguiendo el resultado de las investigaciones privadas que. en el caso de su bodega, ya llevan 20 años.

-¿Qué visión tiene de la calidad de los vinos argentinos en el exterior?

-De acuerdo a la opinión de los más reconocidos críticos internacionales podemos decir que la calidad es muy buena. Robert Parker acaba de otorgar 98 puntos a un malbec y a un cabernet franc, y 97 puntos a un chardonnay.

-¿En qué temas hay que seguir trabajando para mejorar la calidad?

-En el tema de los factores determinantes de la calidad estamos viviendo continuas revoluciones. Hasta fines de los ‘90 la calidad estuvo determinada por las tecnologías, principalmente californianas, que nos transmitieron los denominados “Flying Winemakers” extranjeros.

Luego vivimos otra revolución cuando descubrimos que la calidad era influida por la altura a la que estaba plantado el viñedo y, últimamente, estamos viviendo la revolución de las parcelas donde las características de los suelos aparecen como únicos determinantes de la calidad. Creo que vamos bien, investigando, aprendiendo y acercándonos a la calidad de los grandes vinos del mundo.

-¿Cómo analiza el escenario económico de Argentina para hacer negocios?

-Demasiado inestable. Imagino que todos los empresarios no se animan a predecir cómo evolucionarán en los próximos meses los indicadores macroeconómicos básicos: tipo real de cambio, salario real, tasa de inflación, déficit público. En consecuencia hay que demorar inversiones.

-¿Cuánto ha afectado el proteccionismo y el tipo de cambio a las exportaciones de vino?

-Diría trágicamente. Si observamos la evolución del tipo de cambio nominal deflactado por el salario nominal, observamos una fuerte declinación en el tipo de cambio real durante los últimos tres años. Cuando años atrás tuvimos un tipo de cambio real más elevado florecieron las exportaciones, se pronosticó una demanda externa con crecimientos anuales cercanos a dos dígitos, se plantaron nuevos viñedos, se mejoraron los existentes y así creció la oferta de uvas de todas las calidades.

Creció la oferta justo cuando comenzó a declinar la demanda externa por culpa de que el tipo real de cambio descendió. Y esto es lo que causó la crisis. Para mí la única responsable de esta crisis es la variabilidad en el tipo real de cambio, o sea, la política cambiaria última del gobierno nacional restringiendo artificialmente la demanda de dólares.

-¿Qué debe hacer el sector para salir de esta situación?

-Para salir de esta crisis hay que pedir al Gobierno nacional que abandone su política cambiaria anti-exportadora. Hoy restringe la demanda de dólares calculando que sólo perjudica al sector cerealero que supuestamente gana mucho dinero, especialmente con la soja. Pero olvida que simultáneamente sacrifica a la exportación industrial. Nosotros, la industria del vino, somos víctimas de esta política macroeconómica.

- ¿Qué perspectivas tiene para 2016?

-No soy optimista respecto al futuro en el mercado interno. Cualesquiera que sean los resultados electorales, en 2016, viviremos un período de ajustes macroeconómicos que siempre terminan en una fuerte recesión. Supongo que viviremos un nivel de recesión elevado y por consiguiente la demanda de todas las categorías de vino debería disminuir.

Perfil

Nicolás Catena Zapata nació en Rivadavia. Es propietario de Bodega Catena Zapata, Bodegas Caro (sociedad con Chateaux Lafite-Rothschild) y Puerto Ancona SA. Es doctor en Economía (UNCuyo), Master en Economía (Universidad de Columbia-EEUU) y miembro fundador del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA). En 1990 lanzó el primer vino bajo su marca en EEUU.

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