Mirada crítica: Lautaro Soza quiere un cine nacional para jóvenes

Lautaro Soza (16) luego de recibir un reconocimiento del Incaa, cuenta que el cine le apasiona, no tanto como para hacer de esto un modo de vida, pero lo suficiente como para que conviva como hobbie junto a su futura -muy futura aun- profesión de médico rural.

Criado en una familia de allegados al ambiente, la mamá es la reconocida actriz mendocina Jessica Torrijos y su papá es Sebastián Soza, cineasta.

“Tiene una mirada muy crítica”, advierte su mamá segundos después de que Lautaro comentó: “pienso que siempre se habla de lo mismo y se deja de lado el punto de vista de los adolescentes, que es de lo que se trataba este concurso”.

De la convocatoria nacional que propuso el INCAA participaron 3.980 chicos y chicas de todo el país, de entre 13 a 18 años, quienes enviaron sus sugerencias y opiniones a partir de la pregunta-disparador del concurso: ¿qué necesita el cine argentino para que más chicos como vos lo vean? enmarcado dentro del programa “Las escuelas van al cine”.

Del total de respuestas recibidas se eligieron siete ganadores de distintas regiones del país, además de Lautaro: Geraldina Tinte (17), de Abra Pampa, Jujuy; Marcos Miguenz (16), de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires; Miguel Duggan (14), de la Ciudad de Buenos Aires; Bautista Grandi (17), de Paraná, Entre Ríos; Belén Pellicano (17), de Mar del Plata e Isaías Soto Colicoi (17), de San Martin de los Andes, Neuquén.

A partir de esa pregunta, la mayoría de los jóvenes plantearon la necesidad de que existan más producciones sobre temáticas adolescentes, y también que haya más actores y actrices de su edad.

Dentro de los temas solicitados se destacan la sexualidad, la búsqueda de identidad, los conflictos de la adolescencia, el amor, la amistad o la problemática del bullying; mientras que los géneros más pedidos son comedia, terror y ciencia ficción.

La gente de su edad

Lautaro, que asiste a la escuela Vicente Zapata, de Ciudad, y que piensa estudiar medicina dentro de dos años porque todavía va a cuarto, dijo que no hay cine para chicos de su edad, que siempre se habla de los temas de los “grandes” y que pocas veces se trata seriamente temáticas de su edad, desde una perspectiva apropiada.

De hecho, solo recuerda alguna película estadounidense, sobre un joven de 17 años que empieza a buscar trabajo por primera vez, y no logra recordar muchas otras. Del cine argentino, ni hablar.

“Yo veo cine desde chico, nacional e internacional. Y también mucho cine latinoamericano. Y me gustaría que se enseñara en la escuela. Pero no veo que se nos tenga en cuenta. De hecho se los dijimos al jurado - entre los que se encontraba Sebastián Borensztein- y ellos reconocieron que se olvidan de preguntarles a los jóvenes su punto de vista”, señaló Lautaro.

El chico agregó que le gustó ver las películas brasileñas Ciudad de Dios y A Busca; y que es fanático de las series de Netflix. De las argentinas, se queda con las series El Marginal y Los Simuladores.

Entre las propuestas que Lautaro envió por email y que resultaron atractivas para la gente del Incaa también se mencionaba que se le deja poco espacio a la publicidad del cine argentino en las redes sociales.

“Yo nunca veo que se hable de películas nacionales, que se las publicite. Porque que estén en todos lados hace que todo el mundo esté atento a lo que hay para ver y te lo recomienden”, señaló.

En detalle

Además de la premiación de Lautaro y sus compañeros por sus trabajos, varios de los adolescentes también brindaron sugerencias referidas a la promoción de las películas argentinas, aportando ideas para ampliar los ámbitos y vías de difusión, y así poder llegar a los públicos más jóvenes. Las redes sociales, y las actividades dentro de la institución escolar fueron algunas de las propuestas más destacadas para fomentar la comunicación con dicho público.

La entrega de premios, que consistió en una tablet para cada uno de los ganadores, se llevó a cabo el jueves pasado en la sede de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), en un encuentro en el que participaron el secretario de Cultura y Creatividad del Ministerio de Cultura, Enrique Avogadro; el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Alejandro Cacetta;  el rector de la ENERC, Pablo Rovito; el director Sebastián Borensztein -en representación del jurado- y personalidades de la industria, y que fue conducido por Mariano Peluffo.

“Nosotros, los adultos, observamos a los adolescentes como sujetos pasibles de aceptar nuestras decisiones. La realización de este concurso nos permitió escucharlos y entenderlos. Las respuestas que recibimos son motivadoras y nos obligan a continuar trabajando. Tenemos la intención de promover por distintas vías un ida y vuelta con los jóvenes, para ir incorporando sus propuestas”, destacó Cacetta.

El presidente del INCAA remarcó que este concurso es parte del programa “Las escuelas van al cine”, que surgió a partir de un acuerdo suscripto con el Instituto Francés a comienzos de año, y que la experiencia tiene más de veinte años de vigencia en Francia.

Por su parte, el director Sebastián Borensztein agradeció haber sido parte del jurado: “el cine tiene básicamente dos partes, lo que pasa en la pantalla y lo que pasa en la platea.

Y para los realizadores nos es de mucha ayuda entender qué es lo busca el público en una película. En este caso, además, los adolescentes nos marcan en qué pantallas se consume más cine”, reflexionó.

El resto del jurado estuvo compuesto por los directores Juan José Campanella, Miguel Cohan y Gabriel Nesci y tres vicerrectores de la ENERC: Pablo Pastor (sede Cuyo), Roy Easdale (sede NOA) y Karina Neme (sede NEA).

Resta decir que este programa contempla funciones gratuitas para 30 mil estudiantes de las escuelas secundarias que se llevarán adelante en diez Espacios INCAA de todo el territorio nacional.