Mendoza, ejemplo de la moderna arquitectura

La cultura arquitectónica local se congratula porque un edificio que conforma la ciudad-oasis ha sido elegido como ejemplo de técnica innovadora y presentado en una exposición latinoamericana en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Es de suma importancia para América Latina visibilizarse ante el mundo. La arquitectura es un aspecto trascendente de esa visibilización, porque es la escritura directa de las circunstancias históricas.

Es la manifestación corpórea y espacial del quehacer humano. En ese contexto se inscribe la elección del edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza (UM), para representar al país, junto con otro 8 exponentes, en la gran muestra organizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA por sus siglas en inglés), denominada Latin America in Construcción: architecture 1955-1980 (América Latina en construcción: arquitectura de 1955 a 1980), que se abre en estos días y se prolongará en exhibición hasta el 19 de julio en la Gran Manzana.

La exposición tiene el propósito de conmemorar el 60 aniversario de la última gran muestra del MOMA, realizada en 1955, siempre con referencia al continente americano y su edificación. Además de la obra mendocina, se presentarán otros 8 ejemplos del resto del país.

Es un orgullo para los habitantes de la provincia, en especial para los de Capital, esta preferencia de la institución norteamericana por un representante de la edificación de la ciudad-oasis, el edificio de la peatonal Emilio Descotte, proyecto diseñado y ejecutado por los trascendentes profesionales Enrico Tedeschi y Diego Franciosi, con el apoyo de otro hombre fundamental para la realidad mendocina, el gran creador que fue el chileno-mendocino Daniel Ramos Correas.

El Movimiento Moderno, al que pertenece la obra descripta, nació en Europa y se continuó en el mundo, y América Latina fue una parte de ese mundo, generalmente apartada como periferia de la producción arquitectónica.

La exposición visibiliza una trayectoria de varios años de arquitectura, desde 1955 hasta 1980.

Las razones de la decisión de haber puesto los ojos en la construcción vecina al parque General San Martín son, al menos, inquietantes, pero satisfactorias en última instancia. ¿Por que habrá sido? ¿Culpas, viejas deudas, llamados inconscientes de auxilio a las colonias ahora que el primer mundo se llena de gentes de todas partes? Sin embargo, los mendocinos debemos sacar provecho de esta visibilización de la arquitectura vernácula dentro de un contexto latinoamericano.

Debe destacarse en primer término la visión y el empuje de Tedeschi al organizar y poner en funcionamiento la facultad, en 1960.

Las singulares características arquitectónicas de la obra la hacen trascendente en el orden provincial, nacional e internacional. Con el tiempo se la conoció como “la Facultad de Arquitectura de Tedeschi”, resultando admirada por quienes la visitaban (y la visitan) y a través de publicaciones en revistas especializadas.

Los curadores del museo neoyorquino reconocieron en la construcción de la ex Dag Hammarskjöld el vanguardismo del diseño, como edificio de enseñanza inspirador del arte de proyectar arquitectura y transmisor de técnicas de construcción contemporánea; su adecuada inserción en el espacio urbano y el uso de los elementos prefabricados en la compaginación estructural del edificio, logrando liviandad visual, adecuada resistencia sísmica y economía de costos de ejecución.

Esta designación internacional debe ser vista por las autoridades municipales y provinciales como una apuesta y un desafío que conduzca a mantener a ultranza las condiciones de la ciudad-oasis, ésa de parques, plazas y de edificios no tal altos, que no afecten el arbolado público y el entramado de las acequias.

Esa ciudad en perfecta sintonía con las necesidades de sus habitantes, que en ocasiones se desvía de ese destino por malas decisiones administrativas y arquitectónicas.

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