Mendocinos contaron cómo superaron el pánico y ayudaron en el Terremoto

El terapeuta en biodecodificación Mirko Ruggiero y el actor Iván Tula pasaron momentos terribles, temiendo por sus familias y la integridad de sus casas. Pasado el susto, se sumaron a la solidaridad.

Son mendocinos y, por ello, saben lo que es vivir en una zona sísmica. Sin embargo, aseguran que nunca vivenciaron tan de cerca el pánico y temor que sobrevienen después de una tragedia, como la que por estas horas enfrenta México. 

Intentando ayudar  y aferrándose a su familia y afectos. Así viven Iván Tula y Mirko Ruggiero el día después del terremoto que dejó devastada la ciudad que hace tiempo adoptaron como hogar.

En el caso de Mirko, terapeuta en biodecodificación, a los nervios propios de la situación extrema, se sumó que hace tan sólo cuatro días nació su primer hija, Milena.

“Yo estaba lavando el auto en el patio del edificio. Porque no pensaba subir a mi pequeña a un auto sucio!”, bromea, “cuando se acercó un vecino a felicitarme, se empezó a mover el piso de una manera terrible. Fueron segundos, que parecieron una eternidad y en lo único que pensé es que tenía que poner a salvo a mis mujeres”, relata.

El mendocino cuenta que empezó a subir (vive en un 5° piso) por la escalera de emergencia, pujando en contra de la marea de vecinos que intentaban bajar.

“Mientras subía los escalones, se me caían azulejos, focos, revoque de la pared encima”, recuerda. Después, como todos, pasaron unas tres horas en la calle y, de a poco, se animaron a retornar a sus hogares.

El godoicruceño reflexiona que “estas experiencias te hacen pensar en que lo material no vale un carajo y que sólo los afectos cuentan. Se han preocupado por mí y por mi familia, personas con las que me crucé alguna vez y todos mostraron solidaridad”.

Mirko y su mujer, la rosarina Vanina Giambastelli, no niegan que han pensado en volver a la Argentina. "Pero uno no puede decidir con miedo. Ahora es tiempo de calmarnos y pensar en todo. Son años de vivir y construir lazos con México, hay pacientes, amigos", señala.

La solidaridad es la constante por estas horas. Mirko vive en Colonia del Valle Centro, frente al principal centro de Convenciones de México y por donde pasa la avenida Insurgencia, una de las neurálgicas de DF, "que hoy luce desierta". Con los vecinos de su edificio, armaron una brigada para reunir comida y llevarla a los albergues.  "A una pareja amiga de Argentina, le están por tirar abajo su edificio, porque colapsó. Les han dado plazo para salvar algunas cosas", contó.

Por su parte, Iván Tula no ha parado de trabajar en los sitios de acopio y colaboró, incluso, con el rescate. "No sólo yo, todo México ha armado una gran cadena solidaria", cuenta. Iván es un reconocido actor de teatro en México y el terremoto lo encontró en el Centro Histórico, dando clases de teatro a un grupo de adultos mayores. "Tardé cinco horas en caminar hasta mi casa, con la incertidumbre de si mi edificio aún estaba en pie", relató.

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