Mendocinidad

Jorge Sosa  - Especial para Los Andes

Los pueblos que no conocen su historia poco pueden esperar de su futuro. La Historia nos dice por qué somos cómo somos, qué nos llevó a ser esto que vive y donde podemos encontrar nuestras virtudes y defectos.

Mendoza, como toda provincia, tiene su historia y esa historia atañe a su identidad: llegamos hasta aquí porque atravesamos camino y tuvimos guías para atravesarlos; porque nos equivocamos y eso nos fue haciendo más celosos de cada paso que dábamos.

Con motivo de las grandes celebraciones que ocurrirán en el departamento de Las Heras para rememorar la partida del Ejército de los Andes en busca de la libertad de media Sudamérica, tuve oportunidad de hablar con la pura gente de pueblo sobre el hecho, su significado e importancia. Y me quedé absorto, pero del lado sorprendente del absorto: es muy grande (tremendo diría) el desconocimiento que portamos sobre esa gesta que le cambio el destino a América.

La desmemoria tendría menos dolor (aunque lo tendría) si la gesta sanmartiniana hubiese ocurrido en Catamarca, por poner un ejemplo, pero ocurrió aquí, fue mayoritariamente mendocina, fueron los mendocinos de entonces los que hicieron el sacrificio (de bienes y vidas) para darle la libertad a nuestro país y los países hermanos.

Ocurrió en los mismos lugares que hoy hollamos con nuestros pasos, fue aquí y no en otro lugar donde José Francisco, soñó, tramó, pensó, ejecutó, el plan de defensa continental y sin embargo, nosotros, los de hoy, poco sabemos de lo ocurrido y mucho menos de la magnitud de lo ocurrido.

Pero no quiero quedarme con este solo ejemplo: pocos sabemos de los hechos históricos que van más allá de esta especial historia, pocos sabemos de las personas que le dieron trascendencia a la provincia en el ámbito cultural, artístico, político, científico y tantos otros.

Mientras me aguantaron como profesor en la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UNCuyo, tuve oportunidad de comprobar, con dolor, lo dicho. La mayoría de los estudiantes de comunicación que arribaban a mi materia del segundo nivel, no tenían ni la más liliputiense idea de quienes habían sido Armando Tejada Gomez o Antonio Di Benedetto, siendo que los dos, además de grandes autores de la literatura americana, fueron también periodistas.

No son muchos los que saben que Quino es Mendocino, o que Hilario Cuadros pintó de color cuyo el folklore de la Argentina, o que Leonardo Favio anduvo pateando piedras en los baldíos de Luján.

Es muy amplio el desconocimiento y me duele. Pienso que la solución está en la educación. Debería existir, curricularmente, y tomen los encargados de la educación este decir como una propuesta, una materia que se llame “Mendocinidad” o algo parecido para que nuestros niños reciban desde su comienzo de enseñanza los valores que fueron haciendo esta provincia: los grandes hechos y los nombres notables de distintas disciplinas. Y entonces que los pibes sepan qué hizo Pedro Vargas, pero también, quién fue Enrique Gaviola, Daniel Riolobos, Tito Francia, Félix Dardo Palorma, Hilario Cuadros, Fernando Lorenzo, el Flaco Suárez, la Milka Durand, Luis Politti, Delhez, Azzoni, Fader, el Víctor, Nicolino, el Negro Contreras; por solo citar un minúsculo número de los que nos hicieron trascendentes.

No estamos cumpliendo con nosotros mismos y así va a ser muy difícil que podamos cumplir con el futuro.

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