Mejoras en la política tributaria provincial

No se puede aquilatar debidamente lo que está realizando el gobierno provincial desde que asumió, si no se lo pone en el contexto del incalificable desquicio dejado por el gobierno kirchnerista de Francisco Pérez. Lo dice el ministro refiriéndose a la desaparición del ahorro corriente (diferencia entre ingresos y gastos corrientes) en las cuentas públicas: "Se eliminó (consumió) el ahorro corriente, eso se ajustó con la obra pública y con (mayor) presión impositiva. Se trasladó el financiamiento del Estado al sector privado con mayores impuestos y finalmente deuda. Se pidió adelanto de coparticipación, descubierto bancario, no pagó a los proveedores, nada de éste necesitaba autorización de la Legislatura".

El enjundioso análisis de las finanzas provinciales que desde hace varios años realiza el Consejo Empresario Mendocino (CEM), el recientemente publicado para el período 2007-16, confirma plenamente lo dicho por el ministro: "Un aspecto que caracterizó al decenio analizado fue el aumento relativo del peso del gasto público provincial en relación a la economía provincial. Así mientras el gasto público provincial representaba el 14% del Producto Geográfico Bruto (PGB) de Mendoza en 2007, ese porcentaje alcanzó el 24% en 2015, con una tenue disminución en el último año".

Ello aparejó un fuerte aumento de la presión tributaria para financiar ese desmesurado e ineficiente gasto público. "La presión tributaria local se duplicó en el período analizado, pasando del 3,7% en 2007 al 7,3% del PGB en 2015/16. Esto fue impulsado por aumentos significativos, un lustro atrás, de las alícuotas del impuesto a los ingresos brutos, fuente principal de ingresos corrientes de origen provincial".

Estos números sumados a los del gasto y presión tributaria nacional explican por qué la economía de nuestra provincia está aplastada, exhausta.

El informe del CEM señala también que desde el año pasado se advierte un cambio de la tendencia de los años anteriores. El año pasado el déficit corriente fue de 1.083 millones de pesos, mientras en 2015 había sido de 2.476 millones, una disminución de más del 50%. Para este año el ministro dice: "Ahora también bajará; creo que del total del presupuesto el 7% era déficit y pasamos a un poco más del 2% y este año va a ser menos del 1%". Sin duda cifras alentadoras para poco más de un año y medio de gobierno.

Hay otros aspectos a destacar de la política tributaria: es la rebaja introducida en la alícuota de ingresos brutos a 100 actividades, una rebaja de 0,25% que proseguirá el año próximo en igual porcentaje y se incorporarán 100 actividades más. Un dato llamativo que señala el funcionario es que "en las 100 actividades que bajamos impuestos, la base imponible creció más que en las que no lo hicimos". Tema digno de estudio para los especialistas. Debe destacarse que para los préstamos hipotecarios el gobierno bajó la alícuota de IIB del 6% al 1,5%, lo que permitió una reducción significativa de las cuotas que pagan los tomadores del crédito. En dos aspectos la expresiones del ministro resultan interesantes, deben tenerse en cuenta. Una se refiere al gasto: "Avanzaremos en la eficiencia por el lado del gasto para aumentar la inversión. Queremos dejar de tener déficit y pasar a tener ahorro para tener plata para hacer obras".

Finalmente también en una expresión del rumbo de la política provincial señala que la recuperación económica va a estar liderada por la inversión. Esto es mejor; el crecimiento es de más largo plazo. Resulta muy positivo que el ministro de Hacienda y Finanzas se exprese en forma clara sobre temas tan trascendentes.