Más de lo mismo…

“Esto es más de lo mismo”, resumió bastante molesto un bodeguero al referirse a los anuncios efectuados en el curso de la semana por el gobierno provincial.

“No se entiende cómo puede ser que, mientras el gobierno nacional destina centenares de millones de pesos a distintas actividades, no pueda acceder al pedido de cinco gobernadores que solicitaron sólo 200 millones para poder concurrir en defensa de los productores por el precio del vino”, continuó, destacando que “el panorama a futuro es preocupante porque la cosecha, al menos en la brotación, viene muy bien y podemos llegar a tener problemas”.

Los sectores, al hacer un balance de lo que está ocurriendo, coinciden en señalar que los mandatarios provinciales sólo han recibido hasta el momento promesas sobre posibles medidas a aplicar, entre las que se encuentran la posibilidad de acelerar los reintegros, mientras ya han rechazado la baja de retenciones, la actualización del 2,5 por ciento y la obtención de fondos para sacar rápidamente existencias en el mercado.

Las herramientas quedan prácticamente centradas en medidas que implican esfuerzos por parte de los gobiernos provinciales, en un marco en que la situación financiera real de las provincias que hace que no sea un tema sencillo. De todos modos, se señala que ninguna de las medidas a aplicar, como la exportación o la posible destilación, tiene impacto inmediato, con lo cual la actual problemática no tiende a cambiar.

“Debemos ser conscientes de que estas normas, que nadie puede criticar porque son positivas, no van a tener un efecto inmediato, con lo cual la situación de los precios continuará como hasta ahora, con la grave situación del sector primario y un gran desafío, como es la próxima cosecha”, destacó una fuente consultada.

En relación al decreto del gobernador, ayudando con 10 centavos de dólar por litro de vino exportado a granel, se indicó que “es un tema difícil, porque hay que ver cómo están los mercados que nosotros hemos perdido por falta de competitividad. Sabemos que los vinos provenientes de criollas y cerezas no tienen mercado internacional y que los que se exportan son blancos de blancas. Por ese motivo, los de criollas y cerezas o van a mosto, o generan excedentes”.

Se indicó además que es positiva la ayuda para el exportador, pero la salida de vinos al exterior no surge de un día para el otro, razón por la cual los resultados recién podrán verse a mediano plazo para permitir sacar un poco más de vino. “No tiene efecto inmediato y menos en el volumen que necesitamos”, señaló el informante.

Respecto de la destilación, se indicó que es importante que se pague 1,50 pesos para el vino que vaya a ese destino, pero sólo para aquellos que estén al día en sus impuestos, con lo cual el universo se achica, con el agravante de que las alcoholeras aseguran que están estoqueados y que no tienen mercados. “La única salida sería una gestión ante el Gobierno nacional para que Julio De Vido amplíe el cupo de alconafta, pero es una medida también a mediano plazo”, dijo la fuente.

Donde se está poniendo más énfasis es en la gestión ante la Secretaría de Agricultura, en conjunto con la de Comercio, para que se aplique la ley de abastecimiento, aunque se advierte que se trata de un tema complejo, porque las cadenas menos concentradas tienden a tener una mayor apropiación de la renta, pero también es cierto que, si la renta de vinos no les da, no tienen problemas en impulsar la venta de otro tipo de bebidas sustitutas, porque, en el fondo, son esencialmente distribuidores de bebidas.

Es así entonces que han surgido algunas propuestas, de parte de algunos dirigentes, impulsando la posibilidad de elaborar vinos a partir de la refermentación del mosto. Hubo voces a favor, indicando que de esa manera “naturalmente” se hará más mosto y que la calidad final del vino no se va a modificar, mientras hay otros que consideran que es muy difícil su aplicación en razón de que primero hay que modificar la ley de vinos (que actualmente dice que es el producto de la uva fresca y madura) y en segundo término destacan que los países puramente vitivinícolas no aplican la medida y que sí lo hacen otros, como Japón o Rusia, que son consumidores. También indican que de esa forma el mosto no cumpliría el objetivo de regulación que actualmente se alcanza con la derivación de un porcentaje de uva hacia ese destino.

Otros consideran que debería exigirse que todas las uvas criollas y cerezas sean derivadas a mosto en forma obligatoria. “También es difícil de aplicar porque cualquiera puede presentar un amparo ya que le están prohibiendo su derecho a decidir”, expresó una fuente consultada, la que destacó que también hay que ser realista y señalar que hacer vino de ese tipo de uvas para exportar es un error porque ese vino no tiene mercados internacionales.

La única medida “natural”, para muchos, es establecer un porcentaje real y efectivo de derivación a mosto en el acuerdo Mendoza-San Juan. En este aspecto, también habría que esperar qué ocurre con la posibilidad de una sanción positiva a la ley de uso de jugos naturales para edulcorar bebidas gaseosas.

La perspectiva se ha volcado hacia el plano favorable ante el apoyo logrado de parte del Ministerio de Salud de la Nación y para los próximos días está prevista una reunión con legisladores en el Senado de la Nación, impulsada por el mendocino Adolfo Bermejo. “Si la ley se aprueba, serían 60 mil toneladas de mosto, que implicarían 2,5 millones de quintales”, se indicó.

A modo de conclusión, el bodeguero a que hicimos alusión al iniciar la nota destacó que “el Gobierno (nacional) niega la inflación, niega que el dólar esté desfasado y niega los incrementos de los costos y somos nosotros los que sufrimos las consecuencias. Si se estableciera un dólar acorde para que podamos competir en los mercados, si se sacaran las retenciones y se aceleraran las devoluciones podríamos arrancar otra vez con la exportación y se pondría en marcha nuevamente la cadena en todos sus eslabones”.