Luxor

En la ribera del Nilo, un complejo donde la historia se respira.

Hace unos días una misión de arqueólogos egipcios descubrió una tumba casi intacta de un alcalde de la antigua ciudad de Luxor (sur) de la dinastía faraónica XVIII (1.550-1.295 a.C.).

El mausoleo fue hallado en la zona de Dra Abu al Naga, ubicada en la orilla occidental del Nilo, pertenece a un alcalde llamado Ausrihat, y contiene varias momias, sarcófagos y por lo menos 1.500 estatuillas de "ushebtis" (amuletos).

El ministro de Antigüedades, Jaled al Anani, dijo que aunque la tumba es pequeña, se trata de un "descubrimiento importante" porque la colección funeraria está prácticamente intacta.

Esta noticia pone sobre el tapete la relevancia turística de Luxor, que a continuación repasamos.

Todos los datos

Luxor se encuentra a 700 kilómetros al sur de El Cairo. En relación a su denominación vale decir que a lo largo de la historia ha tenido varios nombres. De esta manera, los antiguos egipcios la llamaban Uast, que significaba cetro. En tanto, los griegos la apodaban Tebas, por su parecido con una urbe griega de igual nombre. Posteriormente, los árabes la bautizaron como Luxor o "palacios con mil puertas".

Vale agregar que fue la capital del antiguo Egipto durante más de 1.500 años. Acaso esa sea la razón por la que allí está el mayor número de monumentos. Entre ellos, el templo de Luxor y Karnak, el Valle de los Reyes y de Las Reinas, y los colosos de Memnón.

El Templo de Luxor es un hito turístico, claro está. Las páginas de la historia dan cuenta de que muchos faraones tuvieron un papel importante en su edificación a lo largo de los años.

Tutankamón, Hatshepsut, Ramsés II y Amenhotep III, fueron algunos de los que intervinieron. Los turistas que lo visitan pueden ver los aportes que cada uno de ellos ha hecho, especialmente en las estatuas de ellos mismos esculpidas en los muros.

Apuntes

Sin temor a equivocarse puede decirse que pocos sitios en el mundo concentran tanta historia y belleza como Luxor. Esta ciudad, levantada sobre las ruinas de Tebas, es uno de los grandes tesoros de Egipto.

Apostada a unos 200 kilómetros al norte de Asuán, resguarda templos de gran belleza, necrópolis y tumbas de faraones.

En un repaso rápido de lo que visitan los turistas hay que mencionar al Templo de Luxor. La construcción inicial se debe  muy posiblemente al arquitecto Amenhotep. El proyecto original no se separa de las construcciones clásicas, con un gran patio, la sala hipóstila, el vestíbulo y el santuario.

La entrada al templo se representa en el pilono, mandado a hacer por Ramsés II para relatar la batalla de Qadesh, librada por el faraón contra los hititas. Enfrente se encontraban 2 obeliscos, uno de los cuales fue trasladado a la plaza de la Concordia en París allá por 1836, como regalo de Mohamed Alí.

El otro, de unos 25 metros de altura, está en su lugar original. Fue decorado con una escena en la que aparece Ramsés II adorando a Amón y 3 franjas de jeroglíficos.

Cabe decir que también se pueden ver las  famosas estatuas sedentes de Ramsés II con imágenes de prisioneros que recuerdan a los pueblos conquistados por Egipto. La reina Nefertari, por su parte, aparece a cada lado del trono.

En tanto, el patio peristilo está compuesto por 74 columnas papiriformes que muestran al faraón con distintas divinidades. En el centro se aprecia un santuario formado con 3 capillas dedicadas a Amón, Mut y Jonsu.

Entre otros monumentos vale destacar a la sala de ofrendas, con imágenes religiosas en honor de Amón y Min. En esta estancia Alejandro Magno, que aparece representado ante Amón, hizo un depósito de barcas.

Allí también está la estancia del nacimiento con 3 columnas fasciculadas que muestran el nacimiento divino de Amenhotep III, como resultado de la unión del dios Amón con su madre Mutemuia. Es importante apuntar que este templo forma parte del conjunto de Antigua Tebas, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979.

Otra de las paradas en el curso de la visita es al Templo de Karnak, uno de los centros religiosos más importantes en el Antiguo Egipto. Si bien estaba dedicado a la veneración del dios Amón, también allí se ven figuras de otras divinidades como Montu, Mut, Jonsu, Opet y Path.

Finalmente, en el Valle de los Reyes, se visita una gran necrópolis en la que se enterraron la mayoría de los faraones del Imperio Nuevo.

Los restos mortales de Thutmosis I fueron los primeros que llegaron a este sitio sagrado. Con él comenzó in situ una larga tradición funeraria.

Más datos

Es recomendable ir  por la noche para ver el espectáculo de luz y sonido. Precio de las entradas: 50 libras egipcias.

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