Lula, por primera vez procesado

Lo acusan de obstruir la investigación de corrupción en la petrolera. “No quieren que sea candidato en 2018”, dice.

“El objetivo de todo esto es evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2018”, afirmó Luiz Inacio Lula da Silva, luego de que un juez lo acusara formalmente de corrupción.

“No era necesario, trataremos con otro candidato más calificado, estas provocaciones me hacen cosquillas”, ironizó el ex presidente brasileño, quien figura a la cabeza en las últimas encuestas para las elecciones de 2018.

“Lo que hicieron fue venganza política”, afirmó Lula poco después de enterarse de la decisión judicial, el viernes por la tarde, mientras participaba de un seminario en San Pablo. “Dudo que haya alguien más cumplidor de la ley que yo. La única cosa que quiero es respeto”, agregó.

Los abogados del líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT) aseguran que el ex jefe de Estado logrará demostrar su inocencia.

Lula fue procesado el viernes acusado de obstrucción a la Justicia al intentar, supuestamente, impedir la confesión de un ex ejecutivo de Petrobras en el escándalo de coimas en la petrolera estatal brasileña.

El juez federal de Brasilia Ricardo Soares Leite convirtió en procesado a Lula al recibir la denuncia hecha por la fiscalía en base a la delación de Delcidio Amaral, quien era del PT y fue grabado por el hijo de Cerveró prometiendo una fuga vía Paraguay hacia España para su padre, el detenido y condenado Néstor Cerveró, ex director de Petrobras.

Además de Lula, el juez procesó a Amaral, al banquero André Estevez, ex dirigente del BTG Pactual, al ganadero Juan Carlos Bumlai y a su hijo, Mauricio Bumlai, y al abogado Edson Ribeiro.

Esta es la primera vez que el ex mandatario y líder del Partido de los Trabajadores es procesado.

Mientras tanto, continúan las investigaciones del juez Sergio Moro, el famoso magistrado anticorrupción, que la semana pasada reiteró su intención de abrir una causa contra Lula. El ex gobernante se convirtió en reo de un proceso en el que también fue acusado el ex senador Delcidio de Amaral, que fue jefe de la bancada oficialista durante el gobierno de la presidenta suspendida Dilma Rousseff, también del PT.

Lula y Amaral están sospechados de haber intentado convencer a Cerveró de que desistiera de revelar ante el juez Moro la red de sobornos y contratos amañados montado en Petrobras. Amaral fue grabado cuando ofrecía favores para que Cerveró mantuviera silencio.

Finalmente Cerveró entregó la grabación a la Justicia y fue beneficiado con la “delación premiada” -una rebaja de su condena gracias a su colaboración- concedida por el juez Moro, de la primera instancia federal del estado sureño de Paraná.

La acusación que por primera vez convierte a Lula en reo de la Justicia fue aceptada un día después de que el ex presidente acudiera, a través de sus abogados, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra Allí denunció que es víctima de una “persecución política y judicial” en Brasil.

Coimas, sobornos y sobreprecios desde el año 2000

El ex director de Petrobras Néstor Cerveró, en su confesión premiada, gracias a la cual goza de prisión domiciliaria, dijo que desde los años ’90 que recibe sobornos para acomodar contratos en Petrobras y es quien sostuvo que el gobierno de

Fernando Henrique Cardoso (FHC) recibió 100 millones de dólares de sobornos por la venta de activos de Petrobras a la argentina Pérez Companc, a inicios de los 2000.

El procesamiento de Lula llega en medio de una tormenta política en el país y un día después de de que el ex presidente denunciara por abuso de poder ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU al juez Sergio Moro, el magistrado de la causa original de la operación Lava Jato.

En términos políticos, este procesamiento alivia la presión sobre el presidente interino, Michel Temer, quien se declaró en rebeldía con Rousseff y apuesta, como dijo ayer ante la prensa extranjera, a que el Senado destituya a su ex compañera de fórmula del cargo.

La defensa de Lula emitió un comunicado en el cual afirma que el ex mandatario “jamás interfirió o intentó interferir en la declaración y testimonios de la causa Lava Jato”.

En el plano electoral, el revés en la Justicia de Lula podría convertirlo en mártir para su militancia en un momento de crisis, pero también afectar su popularidad ya que marcha primero en las encuestas en caso de que se presente a las elecciones en 2018, de acuerdo a todos los institutos de opinión.

Lula es considerado el presidente más popular en la historia de Brasil, al dejar el cargo en 2010 con casi el 90% de aprobación en las encuestas, y es evaluado por el 35% como el mejor de la historia, contra el 15% de Cardoso.

Fuente: Télam

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