Los sitios incas de Mendoza fueron cerrados al turismo

Desde que el Qhapaq Ñan es Patrimonio Mundial, se multiplicaron las visitas y los daños. Ahora hay que pedir una autorización especial.

Con mucho orgullo y emoción, en junio del año pasado Mendoza recibía la esperada noticia de que el Qhapaq Ñan (también llamado Camino del Inca o Sistema Vial Andino) había sido declarado Patrimonio Mundial por parte de la Unesco.

Teniendo en cuenta que casi 60 kilómetros de esa traza -que incluye a 7 provincias mendocinas y 6 países de América del Sur- pasan por nuestra provincia, desde ese momento comenzó a idearse un plan de trabajo para su preservación.

Por eso, la Dirección de Patrimonio anunció ahora que restringió el ingreso de visitantes a estos sitios, limitándolo exclusivamente a Puente del Inca y Ranchillos con un permiso especial.

“Teniendo en cuenta que el tramo en Mendoza es bastante extenso y que cuando no hay estructura fija controlar se transforma en una tarea difícil, el Ejército se ha comprometido a custodiar la zona los 365 días del año porque, con la declaración, el Camino del Inca se ha transformado en un atractivo para visitantes y muchas empresas organizan excursiones masivas (alguna de forma irresponsable), metiendo vehículos, minibuses y hasta han hecho fogatas. Semejante joya con ese trato no va a durar nada”, explicó la directora de Patrimonio, Regina Agüero.

“La preservación y conservación siguen siendo la parte fundamental y es sobre esto en lo que seguiremos trabajando, incluyendo todo lo que se refiere a visitas. Por ejemplo, tener como prioridades no causar deterioros y tener a personas capacitadas al frente de las visitas, es clave. Mostrar el sitio es todo un tema, porque una vez que se logra la declaración como Patrimonio después hay que mantenerlo. Creo que la decisión de restringir las zonas de visita -que bajo ningún punto de vista es prohibir- es muy acertada”, indicó el arqueólogo Roberto Bárcena, quien estudia el sitio desde hace varios años.

Con autorización

Estructuralmente es poco lo que se ha hecho en el tramo mendocino de Qhapaq Ñan. Entonces, hasta tanto hay un mayor control del sitio; restringir las visitas es la única alternativa. “A partir de ahora hay que completar una planilla y solicitar autorización para poder visitar únicamente los sitios de Ranchillos y Puente del Inca. Además, queda terminantemente prohibido el tránsito de todo tipo de vehículos (minibuses, automóviles, ómnibus, motos, bicicletas). La idea no es impedir, sino que la gente lo visite valorando y respetando el patrimonio”, destacó Agüero.

Al tratarse de una extensión amplia y agreste (no cuenta con una entrada única ni con algo que lo delimite), se torna dificultoso el control. Por este motivo, según destacó la funcionaria, resulta indispensable el trabajo entre distintos actores. De esta manera, los sitios serán custodiados por efectivos del Ejército y de Áreas Naturales Protegidas de la provincia.

“El objetivo es evitar el ingreso indiscriminado de visitantes a los sitios incaicos que, en muchos casos, ha ocasionado daños al lugar por la realización de campamentos y otras actividades de montaña sin la autorización correspondiente y sin guías”, agregó Agüero.

“En las distintas reuniones que hemos mantenido en las comisiones ad hoc se ha notado algo que era esperable desde el principio, y es que la declaración como Patrimonio Mundial está movilizando las visitas al lugar. Se ha dado una fuerte movilización de los operadores turísticos para visitar y mostrar este atractivo pero también debe tener un control. Nosotros venimos trabajando hace 12 años en el lugar”, destacó a su turno Bárcena, quien destacó que este boom de visitantes e interesados es algo que siempre ocurre cuando se declara Patrimonio a un sitio.

El investigador resaltó que desde ahora se podrá visitar con guías y autorización la zona del Tambo de Ranchillos y el denominado camping San Alberto: “Este lugar es clave, porque no está dentro de lo protegido pero se puede observar desde allí el camino. Porque, por lo visto, hasta ahora los visitantes llegaban hasta allí y seguían caminando por la zona protegida”.

Avances en trabajos

Agüero destacó que “aún queda mucho por hacer”, aunque resaltó el trabajo y la coordinación en equipo. Bárcena, a su turno, se refirió a los trabajos científicos y arqueológicos que se han hecho en el sitio: “Se sigue recorriendo e investigando el camino, para observar datos y actualizar aquellos que tenemos ya de varios años de estudio, teniendo en cuenta y haciendo el seguimiento de posibles contingencias o deterioros.

Estamos trabajando detenidamente en La Chanchería, que es un asentamiento que se encuentra detrás del Hotel Uspallata y es donde se da el intercambio entre la zona de tambos y la población local de Uspallata. Además estamos con nuevos sondeos en la Ciénaga de Yalguaraz -en el límite entre Uspallata y San Juan-, muy atentos a todo lo que vamos viendo”.

Por otro lado, a principios de noviembre hubo una reunión en Cusco de la que participaron los representantes de los seis países que están incluidos en la traza del Qhapaq Ñan (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú), que tiene más de 23.000 kilómetros y comunica hasta 310 sitios arqueológicos.

Por Argentina participaron representantes del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl), que es el órgano que centraliza el trabajo de Mendoza y todas las provincias incluidas en el camino. No obstante, Bárcena destacó que estas provincias han solicitado poder participar de los encuentros: “Es un reclamo que hemos hecho. Sería oportuno que puedan participar porque cada una tiene su responsabilidad en los estudios. Al menos de forma rotativa y que, cada tanto, vayan los representantes de alguna”.

Autorizaciones

El formulario para visitas se descarga en www.cultura.mendoza.gov.ar

Una vez completado, se entrega personalmente en la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos (Padre Contreras 1250, Parque San Martín -Antiguo Edificio Hospital Emilio Civit-) o se remite vía correo electrónico a patrimonio@mendoza.gov.ar

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