Los que nunca vieron un tren

El territorio argentino llegó a tener 43.000 km de vías férreas y 3.744 estaciones ferroviarias pero no fueron distribuidas uniformemente. En la Pampa Húmeda se tendieron rieles en algunos casos en forma paralela cada 10 km y la distancia entre estaciones oscilaba en algunas líneas entre 12 y 15 km. Fuera de la Pampa Húmeda la densidad ferroviaria disminuye considerablemente.

Esta estructura responde al modelo económico de complementariedad con Gran Bretaña, basado en las exportaciones de granos y carnes e importación de manufacturas. Los capitales británicos invirtieron en los ferrocarriles de la Pampa Húmeda y el Estado nacional en las zonas marginales.

En 1957, por influencia de EEUU, se comenzó a desactivar el servicio ferroviario argentino, pero los golpes más duros fueron asestados por el gobierno militar asumido en 1976 y durante el encabezado por Menem en la década del noventa. Según Alejandro Benedetti, en 1980, 1.689 localidades tenían servicio ferroviario, las que disminuyeron a 1.006 en 1998. En 1980, estaban en operación 2.085 estaciones; en 1998 disminuyeron a 1.292 estaciones, de las cuales sólo 159 localidades contaban con servicio de trenes de pasajeros, y 926 de carga.

Unas 680 localidades se quedaron sin servicio ferroviario en el lapso 1980-1998, que determinó la lenta agonía de las mismas.

El impacto de la desactivación ferroviaria en el interior del país fue de una magnitud incalculable: 100.000 familias fueron afectadas en forma directa; el patrimonio ferroviario se pulverizó; se abandonaron instalaciones valiosas, talleres, edificios, vías, locomotoras, vagones, etc. La cultura ferroviaria sufrió un golpe difícil de revertir.

Los que nunca vieron un tren

En el sintético contexto presentado, abordaremos un tópico del cual no conocemos antecedentes: identificar las localidades y zonas que nunca vieron un tren, o sea que las vías nunca llegaron a ellos. Para lograr el cometido, estudiamos detalladamente la cartografía ferroviaria argentina. No profundizaremos en las razones del fenómeno, pero arriesgamos algunas hipótesis: una, ya esbozada, que el trazado respondió a la política agroexportadora vinculada con Gran Bretaña. El Estado nacional se propuso compensarlo mediante los ferrocarriles de fomento para zonas extra pampeanas; así, fue extendiendo el servicio hacia el norte argentino, pero dejando algunos huecos, ya sea por el alto costo generado por la topografía, la baja densidad poblacional, la debilidad de los actores locales, el fracaso de algunos proyectos, la discontinuidad política, la ausencia de planes de desarrollo, etc. Así, se observa una carencia de infraestructura ferroviaria en la Patagonia y en la provincia de Misiones. Deben resaltarse los esfuerzos del ex ministro Ezequiel Ramos Mejía, que fueron boicoteados por los sectores que se oponían al desarrollo regional argentino.

Principales localidades a las que nunca llegó el ferrocarril

Comencemos por el NOA. El ferrocarril nunca llegó a Iruya, Susques, Cachi, Cafayate, Amaicha del Valle, Tafí del Valle, Ancasti, Belén, Hualfín, Santa María, El Alto, Fiambalá, Famatina, Guandacol, Villa Unión, Villa Castelli, Vinchina, Aminga, Tama y Olta.

En el NEA, salvo Posadas, nunca llegó a las otras localidades de Misiones: aproximadamente 30. Tampoco a Esquina, Concepción, Ituzaingó, San Miguel, Bella Vista, Clorinda, Laishi, El Colorado, Espinillo.

En Córdoba no conocieron el tren Tulumba, Va. Gral. Belgrano, Sta. Rosa de Calamuchita y Mina Clavero. En Santa Fe, Ambrosetti, Helvecia, Cayastá, Alejandra y Romang. En provincia de Buenos Aires, Pila, Gral. Conesa, Gral. Lavalle y la zona del partido de La Costa, San Clemente del Tuyú, Sta. Teresita y Mar de Ajó.

En La Pampa: 25 de Mayo, Limay Mahuida, Sta. Isabel y Puelches.

En Cuyo: Calingasta, Barreal, Huaco, San Agustín del Valle Fértil, Rodeo e Iglesia. San Fco. del Monte, Luján, San Martín (San Luis), Trapiche, Gral. Roca, Saladillo, Paso Grande, Merlo. El Manzano, Pareditas, Chilecito, Las Malvinas, Agua Escondida y Ranquil Norte.

En la Patagonia: Catriel, El Bolsón, Sierra Grande, Chos Malal, Andacollo, Loncopué, Las Lajas, Aluminé, Añelo, Picún Leufú, Piedra del Águila, San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Villa La Angostura. José de San Martín, Alto Río Senguer, Tecka, Camarones y Telsén. Caleta Olivia, San Julián, Pto. Santa Cruz, Comandante Luis Piedrabuena, Gobernador Gregores, Perito Moreno, El Calafate, Río Grande y Ushuaia (no se toma en cuenta el trencito turístico).

Algunas localidades no son incluidas por su ubicación muy cercana a otra que contaron o cuentan con estación, por ejemplo Junín y San Carlos, ambas de Mendoza. Otras tuvieron servicio muy poco tiempo como Tupungato y Lavalle, en la misma provincia.

En resumen, a unas 130 localidades argentinas nunca llegó un tren.

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