Los primeros enfrentamientos con el enemigo

Además del peligro que suponía atravesar los ásperos caminos y el ambiente hostil de la cordillera, durante el cruce se sumaron algunas sorpresivas escaramuzas.

El 25 de enero tuvo lugar en el camino a Uspallata, un pequeño enfrentamiento entre fuerzas realistas y patriotas que no estaba incluido en los planes de San Martín. Desde el 20 de enero las fuerzas dirigidas por Las Heras estaban estacionadas en Uspallata. Entre el piquete de 30 Granaderos a Caballo, los casi 700 soldados del Batallón Nº 11, unos 30 artilleros, otros 30 zapadores y, los milicianos encargados de los animales y la carga, sumaban mucho más de 800 hombres en movimiento. Atrás, marchaba el capitán Luis Beltrán, con el parque de artillería desmontado y la maestranza.

De acuerdo con las instrucciones que le había entregado San Martín, Las Heras debía retomar la marcha el 27 de enero para coordinar su avance con el de las divisiones que seguían el camino de Los Patos. Mientras tanto, los oficiales pasaban revista, arreglaban los fusiles descompuestos, repartían chispas y municiones, y en los potreros de alfalfa se recuperaban unas 900 mulas y los caballos. Parecía un día tranquilo, pero en la mañana del 24 de enero, las actividades en el campamento se vieron interrumpidas por noticias alarmantes.

La sorpresa de Picheuta

En enero de 1817, el presidente de la Capitanía de Chile, Marcó del Pont, había ordenado explorar los pasos cordilleranos para conocer la cantidad y las posiciones de las fuerzas insurgentes. El 20 de aquel mes partió desde Santa Rosa rumbo a Uspallata una división de 250 hombres del Regimiento de Talavera y el Batallón de Chiloé. El 22, cruzaron el paso de la Cumbre, y alcanzaron el Paramillo de las Vacas en el atardecer del 23. Después fortificaron la posición y prepararon la retirada por si eran atacados. El Comandante de la avanzada, sargento mayor Miguel Marquelí, reunió una pequeña partida de 3 oficiales y 50 soldados, que marchó toda la noche hasta Picheuta.

En este punto, los revolucionarios habían levantado una Guardia fortificada que, por su ubicación entre el río Tupungato y la montaña, sólo podía ser atacada desde el camino de Uspallata. La posición estaba defendida por una reducida fuerza integrada por un cabo y 5 soldados del Regimiento Nº 7, acompañados por 8 milicianos. Los realistas, ayudados por dos baqueanos que conocían el terreno, rodearon el punto después de atravesar varias quebradas, y consiguieron sorprender a los soldados patriotas. A las 4.30 de la mañana, avanzaron con las bayonetas caladas, al grito de “¡Fuego!” De acuerdo con el parte del oficial realista casi no hubo combate y, sólo el centinela disparó su fusil. Los realistas tomaron 7 prisioneros, y el resto se dio a la fuga.

A las 11 de la mañana, llegaron a Uspallata algunos de los soldados y milicianos que habían conseguido escapar, con la noticia de que habían sido atacados por unos 50 ó 60 soldados realistas. Inmediatamente, Las Heras envió al sargento mayor Enrique Martín en su persecución con una partida integrada por el piquete de Granaderos a caballo, más de 80 Granaderos del Nº 11 y, algunos baqueanos espías.

La captura de los prisioneros ponía en riesgo toda la operación, ya que para entonces, era seguro que los realistas sabían que había más tropas en el camino de Uspallata. A Las Heras le pesaba la situación, y en el parte en el que le comunicó el suceso a San Martín, justificaba la debilidad de la guardia: "Queriendo ocultar al enemigo la fuerza con que me hallaba en este punto, tuve a bien no relevar la avanzada de Picheuta [...], dándoles al efecto más órdenes sobre las que antes tenían, a fin de que con motivo alguno se descuidasen, y pudieran ser sorprendidos. A pesar de estas precauciones, ayer a las 11 de la mañana, se presentó un soldado dándome parte que el enemigo en número de 54 a 60 hombres, al amanecer asaltó, y que probablemente tomó prisioneros a los más [...]". 

El combate de Potrerillos

La división dirigida por Martínez marchó durante todo el día y, en la madrugada del 25 de enero, alcanzaron a los realistas que estaban fortificados en un paraje denominado Potrerillos, al O de Punta de Vaca. Allí advirtieron que las fuerzas enemigas eran muy superiores a las que habían sorprendido la guardia. Sin embargo, Martínez decidió atacarlas, y se inició un combate que se prolongó por unas dos horas y medias. Ante la imposibilidad de tomar la posición y, cuando comenzaban a escasear las municiones, Martínez reagrupó sus fuerzas y retrocedió hasta Punta de Vacas; mientras los realistas aprovecharon para abandonar la posición rumbo a la cordillera. Así lo relataba: "Entonces, éste, sin tomar el menor empeño en perseguir mi retirada, sólo lo puso en repasar la cordillera, hasta donde lo hice seguir por mis partidas menores de observación, que me avisaron iba en fuga precipitada". 

Las fuerzas revolucionarias tuvieron un saldo de 14 heridos y, Martínez estimaba que las pérdidas de los realistas eran mayores. La guardia de Picheuta, que había sido incendiada, quedó custodiada por el piquete de Granaderos a caballo; mientras el resto de la partida retornaba a Uspallata con los heridos.

La versión realista del enfrenamiento era diferente, y se atribuían el triunfo un combate que se había prolongado por 4 horas contra 400 insurgentes, en el que habían conseguido contener el avance revolucionario por tres flancos distintos, haciéndolos retroceder y persiguiéndolos hasta Punta de Vaca. En el parte del combate, el sargento mayor Marquelí alababa a sus soldados: "acostumbrados a superar estos ordinarios acontecimientos de la guerra", y continuaba: "El campo de batalla quedó por nosotros. Los enemigos recogían con celeridad increíble sus heridos y muertos, los retiraban. Venían tocando marchas francesas e insultándonos; por nuestra parte no se oyó más que «fuego» y «Viva el Rey». Su pérdida debió ser muy grande atendiendo a lo bien dirigido de nuestro fuego y a que más de los que recogían, dejaron 15 cadáveres. La nuestra ha sido 4 muertos de Talavera y 7 heridos de Chiloé". 

La otra batalla de la guerra

La diferencia entre los partes de batalla muestra los límites de estos documentos para describir los acontecimientos militares, pero su enorme potencialidad para explorar otras dimensiones de la guerra. Las exageraciones de Marquelí no sólo estaban destinadas a aumentar su prestigio militar y el de la tropa a su cargo; sino a elevar la moral de los soldados realistas que eran atacados por las guerrillas patriotas y estaban amenazados por el ejército revolucionario. El enfrentamiento de Potrerillos debió ser bastante parejo, ya que a pesar de que las fuerzas realistas eran superiores y estaban mejor posicionadas, el saldo de muertos y heridos fue relativamente semejante.

De hecho, de acuerdo con Martínez, no hubo muertos entre los patriotas, aunque sí, heridos de gravedad. El 29 de enero, Martínez asentó en el diario de campaña que llevaba una nota en la que se confirmaba versión de la retirada realista: "[...] en Picheuta se recibieron partes de la avanzada situada en Los Potrerillos [...] de haber encontrado un muerto de los enemigos, una corbata de paño pasada de un balazo y que todo el cerro donde se sostuvo el enemigo, estaba lleno de charcos de sangre, como así mismo que en su precipitada retirada había quedado sembrado de charqui y bizcochos con el que se mantenía la avanzada". 

Sin embargo, aquel día, los realistas triunfaron en la batalla de la opinión. Marcó de Pont supo explotar en su beneficio las exageraciones e invenciones del relato de Marquelí, y mandó publicar el parte en la Gaceta del Rey, que enviaba a todos los rincones de la Capitanía para difundir la noticia del triunfo del ejército del Rey. Además concedió ascensos a los oficiales, y Marquelí alcanzó el grado de Coronel. No era una señal alentadora para las guerrillas patriotas que intentaban atraerse a los indiferentes y esperaban ansiosos la llegada del ejército libertador.

Bibliografía

- Ruiz Moreno, Isidoro, Campañas militares argentinas. La política y la guerra. V. I. Del Virreinato a la Independencia. Buenos Aires, Claridad, 2012.

- Bertling, Hans, "Documentos Históricos referentes al Paso de Los Andes efectuado por el General San Martín. Concepción, Litografía e Imprenta "Concepción", 1908.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA