Los “indignados” italianos eligen al sucesor de Beppe y pelearán la presidencia

La formación italiana Movimiento 5 Estrellas (M5S) eligió ayer a Luigi di Maio como candidato de cara a las legislativas, previstas a principios de 2018.

Luigi Di Maio, de 31 años, es el vicepresidente más joven de la Cámara de los Diputados de la historia italiana. Ganó con amplitud: 31.000 votos del total de 37.500, anunció Beppe Grillo, fundador y patrón del M5S durante una fiesta del movimiento en Rimini (noreste).

“En el pasado hemos liberado la cólera, ahora nos preparamos para el futuro”, dijo Grillo al saludar la victoria de su delfín.

“Queremos ir solos contra todos, y cuando los medios de comunicación empiecen a decir cosas buenas de nosotros, eso será grave”, añadió.

La votación tuvo lugar el jueves y el viernes por internet, en un clima tenso a causa de las dificultades de acceso al sitio denunciadas por los militantes.

Muy próximo en los sondeos al Partido Demócrata (PD, centro-izquierda, en el poder), que encabeza las encuestas con entre el 26 y el 28% en intenciones de voto, el M5S emprendió la campaña con un candidato pensado para dar seguridad al elector medio pero también a los círculos económicos.

“Di Maio estudia para convertirse en primer ministro, se comporta, habla, camina incluso como un primer ministro. Estudia las reglas del juego para tratar de ser más astuto que el crupier”, explicó Alberto Castelvecchi, profesor en la universidad Luiss de Roma.

"Eterna inmadurez"

Esta carrera por la candidatura no estuvo exenta de críticas, algunas desde dentro del propio movimiento, a raíz de la renuncia de algunos rivales de Di Maio y del abismo que separaba a este candidato, muy expuesto mediáticamente, y sus adversarios, reducidos a resumir su programa en unas líneas en el blog de Beppe Grillo.

“El pésimo aspecto de unas primarias con Di Maio como candidato único no es únicamente el síntoma de un déficit de democracia” en el MS5, escribió Il Fatto Quotidiano, considerado como el diario italiano más favorable al movimiento.

“Es la prueba de la eterna inmadurez, falta de preparación, improvisación e ineptitud de un movimiento que crece fuera pero no dentro”, agregó la publicación.

Los halagüeños sondeos y los éxitos cosechados en las elecciones locales -con las alcaldías de Roma y de Turín- estos últimos años esconden, sin embargo, una realidad mucho más compleja dentro del movimiento. Por un lado, Beppe Grillo ha dirigido su movimiento con mano dura, expulsando a todos los disidentes y contestatarios, mientras que las denuncias ante los tribunales contra el cómico, que parece cansado de su criatura, se acumulan.