Los defectos que la Iglesia no se cansa de remarcar

La Iglesia argentina volvió a expresar su preocupación por la delicada situación social de millones de personas y por la violencia que asecha a amplios sectores de la población bajo la influencia del narcotráfico, entre otros flagelos.

Junto las declaraciones sobre la pobreza y el narcotráfico la Iglesia hizo también un fuerte reclamo a la dirigencia política para que deje de lado discusiones estériles, o de mero corte electoral, y priorice la búsqueda de acuerdos que beneficien a la gente. Y en ese marco, se sumó un enérgico pronunciamiento emitido desde Tucumán a raíz de la bochornosa jornada electoral del domingo pasado en esa provincia.

Monseñor Jorge Lozano, presidente de la comisión de Pastoral Social, dijo que en la campaña previa a las PASO presidenciales, que se realizaron el 9 de este mes, hubo pocas propuestas y muchos slogans. En ese marco, llama a acuerdos en las mencionadas cuestiones de urgente abordaje.

Según el obispo, hay muchos políticos que minimizan los problemas creados por el narcotráfico sin querer advertir -sostuvo- que dicha actividad delictiva se encuentra erosionando las bases de la nación. En sintonía con esta postura, recientes emisiones periodísticas televisivas mostraron preocupantes imágenes del descontrol existente en el tema drogadicción en varias zonas populosas de la Argentina.

Este tipo de reclamos de los obispos de nuestro país no constituye ninguna novedad. El Episcopado siempre se pronuncia en base al diagnóstico de la realidad política y social que perciben a lo largo y a lo ancho del país las distintas representaciones que la Iglesia Católica tiene montadas. Pocas organizaciones sociales se encuentran tan capacitadas para llegar a la gente en lo que se refiere a proximidad y contacto.

En este momento la luz de alerta es muy oportuna, una vez más. Está claro que el narcotráfico es un problema de mucha seriedad. Su impacto en la sociedad es creciente, ya casi no distingue condición social o económica y demuestra el poder y la fuerza con que operan las bandas del crimen organizado. En virtud de ello, el obispo Lozano señaló con acierto que este mal penetra tanto en las estructuras sociales como del Estado.

De acuerdo con lo expresado por el titular de la Pastoral Social del catolicismo, hay otras urgencias que, a la par del drama del narcotráfico, también requieren un abordaje de urgencia por parte de la clase política.

Concretamente se detuvo en la exclusión y la pobreza extrema, además de la desnutrición infantil, entre otras ineficiencias manifiestas. Son aspectos que también forman parte desde hace muchos años de la preocupación que el Episcopado argentino quiere hacer notar para que los poderes políticos reaccionen en consecuencia.

Y como remate de esta dramática semblanza planteada por el obispo Lozano, el titular de la arquidiócesis de Tucumán acaba de pronunciarse sobre los lamentables hechos ocurridos en esa provincia a raíz de las elecciones allí realizadas.

Monseñor Alfredo Zecca reclamó a la Justicia que investigue si hubo fraude y se sumó a las críticas de distintos sectores al ya inoperante sistema de votación mediante listas sábanas y, como es lógico esperar de un religioso, abogó por la prudencia y la paz en su provincia luego de los hechos de violencia vividos el mismo día de la votación y luego con la represión policial en la plaza de la Independencia.

En sintonía con sus pares y con lo que espera una gran mayoría de los argentinos, este obispo se manifestó a favor de "profundos y duraderos acuerdos" entre los políticos.

La Iglesia remarca una vez más el drama que viven los habitantes de un país que parece querer tener como destino el sometimiento de sus dirigentes a los designios de los delincuentes y de quienes viven de la corrupción.

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