Los chicos y el cuidado del agua

Son serios los problemas que tiene la provincia para restablecer la cultura del cuidado del agua que se mantuvo durante décadas y que parece haberse perdido en los últimos años. Aquella cultura partía de la base de que gran parte del agua que corría por los canales era utilizada para consumo humano en las zonas rurales. Por eso nadie arrojaba residuos, animales muertos o elementos contaminantes en los cauces.

Pero, con el correr del tiempo, la situación se modificó y ahora las autoridades de Irrigación suelen sacar toneladas de basura cada vez que limpian los canales importantes.

Esa situación se ha trasladado también a los sectores poblados, y el ejemplo más claro es que los mendocinos nos encontramos cercanos al récord mundial de consumo diario per cápita, aun a sabiendas de que dependemos de las cada vez más escasas precipitaciones níveas en la zona de alta montaña.

Es muy factible que esa situación responda al hecho de que el agua se sigue pagando por zona residencial y no por consumo, como sucede en la gran mayoría de los países del mundo.

Sin embargo, esa pérdida de la cultura que tenemos los mayores afortunadamente se está recuperando en los jóvenes. Meses atrás, un grupo de chicos de Tupungato, de la escuela secundaria Domingo Faustino Sarmiento, filmó un documental que resultó finalista en un certamen televisivo a nivel nacional.

“Aprendimos la importancia del recurso hídrico y cómo se distribuye en la región. Tenemos que darnos cuenta de lo que cuesta obtenerlo y mantenerlo en condiciones de consumo”, resumió uno de los estudiantes.

Reforzando esa teoría sobre el interés de los chicos en el cuidado del agua, debe agregarse que días pasados más de cien estudiantes de colegios secundarios de toda la provincia “sesionaron” en la Legislatura provincial con la intención de redactar un proyecto destinado al cuidado del agua.

Durante casi nueve horas expusieron sus propuestas, las analizaron y definieron cuáles serán los puntos que integrarán la redacción final, que será presentado a los legisladores para que éstos lo conviertan en ley. También será entregado al Gobernador, al superintendente general de Irrigación y a la titular de la Dirección General de Escuelas.

El estudio no sólo se centró en el tema hídrico sino que también abordó la problemática de la deforestación que, según el titular de Irrigación, “altera el funcionamiento del ecosistema, debido al avance urbano desordenado que elimina las protecciones naturales, como las cortinas forestales.

A pesar de estar en emergencia hídrica debemos proteger la forestación porque sirve de protección para numerosas inclemencias climáticas”, dijo el funcionario. En ese marco, el proyecto de los chicos se titula “Preservación de forestales en el oasis provincial y la eficiencia de riego de los mismos”.

Por otra parte, más de mil alumnos de toda la provincia están trabajando en el proyecto denominado Ciudadanos del Agua, que consiste en que los jóvenes recorran y estudien la realidad de sus departamentos analizando las problemáticas hídricas de cada cuenca. El programa ya tuvo su primera edición entre 2012 y 2013 y en esa oportunidad la temática elegida fue la Contaminación y, como resultado de ese proceso, el 11 de diciembre de 2013 se sancionó la Ley Provincial 8.269.

Consiste en la creación, en el Departamento General de Irrigación, del programa Ciudadanía del Agua, cuyos objetivos son los de promover la concientización de ciudadanos responsables en sus deberes y derechos en relación con el recurso hídrico, incorporarlo como valor cultural y social, propiciando la conservación, concientización y su uso eficiente, y el de incentivar el compromiso de los jóvenes en la promoción y ejecución de actividades que pongan en valor la importancia del cuidado y el buen uso de este recurso, entre otros aspectos.

Lo señalado permite anticipar una expectativa favorable de lo que puede suceder en el futuro mediato, en razón de que todo lleva a indicar que los chicos han tomado mayor conciencia de los peligros del calentamiento global, aspecto que muchos mayores no hemos advertido.