Leonardo Olguín: nuestro “pequeño” Gran embajador

El mendocino trabaja hoy como entrenador de Diego Schwartzman, uno de los íconos del tenis nacional. Un repaso por su carrera, su actividad como organizador de eventos, su relación con la provincia y su amor por el Lobo del parque.

Es un laburador (con todo lo que esa palabra significa) del tenis. Sólo él sabe lo que luchó cuando se fue de Mendoza siendo jugador para intentar triunfar en el circuito. Eran tiempos de esfuerzo permanente, de dormir en vestuarios, de comer poco. Nada lo detuvo y a fuerza de perseverancia se ganó un lugar en el ambiente.

Hoy Leonardo Olguín ya no mira desde el ascenso. Juega en Primera. Tiene 42 años y es el entrenador que está acompañando a Diego Schwartzman, quien está teniendo una temporada fantástica.

Luego de que su pupilo venciera al austríaco Dominic Thiem, número siete del mundo en Montreal, el ex jugador del Andino Tenis Club aceptó charlar con Más Deportes, más allá de que era ya madrugada. Leo no sólo está hoy trabajando en la cancha con sus jugadores sino que también ha tomado un papel preponderante como organizador de evento tenísticos y de hecho dio a la provincia la posibilidad de tener un Challenger el año pasado y algunos Futures. Viene también de organizar el primer Challenger en cancha rápidas del país en la ciudad de Tigre.

-¿Cómo vivís este momento de tu carrera como coach?

-Con mucha alegría y disfrutando este momento que me toca vivir, aprovechándolo. Es una linda experiencia y oportunidad.

-¿Cómo llegaste a trabajar con Schwartzman?

-Hace varios años cuando él estaba con Sebastián Prieto, me llamaron para ayudarlo algunas semanas y el año pasado empecé a trabajar con él antes de Roland Garros. Al poco tiempo empezó Juan Ignacio Chela y ahora trabajamos todos en equipo.

Es importante destacar que Leo ha trabajado previamente con jugadores de la talla de Mariano Puerta (finalista de Roland Garros en 2005), Gastón Gaudio (campeón de Roland Garros en 2004), Mariano Zabaleta y Martín Vassallo Argüello, todos jugadores de Copa Davis, al igual que Schwartzman (es uno de los integrantes del equipo campeón de la Copa en 2016). Pero además estuvo con Machi González, Juan Pablo Brzezicki, el también mendocino Martín Alund y Paula Ormaechea, a los que hay que sumar varios juniors.

-Recuerdo cuando Diego era junior y se decía que no iba a llegar a nada por su altura. Unos visionarios esos muchachos...

-Acá nadie puede saber quién es mejor o peor que el otro, o quien va a llegar y adónde. Lo que sí podemos decir es que Diego es un gran profesional y lucha cada punto como el último. Frente a Thiem levantó cuatro match points y estaba jugando contra el 7 del mundo.

-Físicamente es muy parecido a vos. ¿Tu experiencia le ha servido?

-Hay cosas que charlamos y compartimos, pero cada uno va marcando su camino y nosotros, los que estamos al lado de él, ayudamos a que trate de hacerlo de la mejor manera posible. Lo principal son las ganas que tiene el jugador de escuchar y cumplir.

-¿Cómo es un día de los tenistas y su equipo en plena competencia?

-Los días en competencia son muy monótonos y con muchos rituales. Es diferente el día de partido al resto, porque el día de competencia se vive con más adrenalina y con más expectativa.

-¿Cuál es el objetivo de Diego para esta temporada?

-Seguir prendido con los que están arriba y jugar al nivel que lo hacen ellos. Tratar de estar entre los 30 mejores sería lo ideal.

-¿Cómo va tu tarea como organizador de torneos?

-Muy bien, sigo creciendo y aprendiendo. Desde el 2 al 9 de setiembre tengo un Future de 15 mil dólares de premios en el Florida Tenis Club. A fin de año tenemos un Future en Mendoza, que estaré trabajando con la Federación en ese torneo. Será en la última semana de noviembre. También estamos tratando de cerrar un Challenger para la primera semana de enero en Buenos Aires, a confirmar.

-¿Vas a traer algunos para Mendoza nuevamente?

Ojalá el año que viene sumemos más torneos en Mendoza. A las empresas les cuesta poner plata en el tenis y la inversión es muy grande.

Me gustaría ver la posibilidad de que desde el Gobierno podamos recibir más para poder tener de nuevo un Challenger.

-¿Por qué a los mendocinos les cuesta llegar a insertarse en el circuito?

-Creo que es difícil. En Mendoza por lo general se jugó siempre bien al tenis, pero después los recursos hacen que se haga cuesta arriba.

También está en uno proponérselo y aceptar que te tenés que ir de tu casa y empezar otra vida. Viajar, entrenarte y ver poco a tus familiares y amigos.

-¿Fue novedoso el Challenger de Tigre?

-Sí, el Challenger de Tigre fue una gran idea y posibilidad. Ojalá podamos repetirlo. Estaría bueno para los juveniles que empiecen a competir más en otra superficie. Fue algo innovador, salió muy bien. Estoy muy contento.

Su amor por el Lobo del Parque

¡¡Gimnasia!! ¡Cómo no lo voy a seguir! Lo llevo en la sangre. Lo sigo, lo sufro y lo disfruto. Hasta mis hijos siguen al Lobo. La final la vi con Diego (Schwartzman) en Bastad (Suecia).

Casi me muero, pero el fútbol es así. A volver a empezar, juegue donde juegue y esté donde esté, Siempre lo voy a seguir. ¡Grande Lobo!

Diario Los Andes

-¿Te ayudó Los Andes en tu carrera?

-Sí, me hacían muchas notas ahí. Mi papá tiene guardado todo. Era impresionante saber que habías salido en el Deportivo de Los Andes.

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