Las chicas realizan menos actividad física que los varones

La conclusión es del informe “Oportunidades para el juego en Movimiento”. Además, precisa que las horas de educación física en los colegios públicos se consideran insuficientes. Tendencia al sedentarismo y el sobrepeso.

Más de la mitad de los niños no realiza actividad física extraescolar lo cual es considerado por los especialistas como una proporción bastante baja. Esto en particular si se tiene en cuenta que en la adolescencia la tendencia a la poca actividad se profundiza y es más marcada en mujeres.

Del total de una muestra de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años, 60% no realiza actividad física o deportiva extraescolar.  Tales datos fueron consignados en el Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina en el informe “Oportunidades para el juego en Movimiento. Niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años en la Argentina urbana” de 2015.

Para hilar un poco más fino, en el nivel primario, 67,6% de las niñas no realiza actividad física o deportiva extra escolar, mientras que entre los varones alcanza al 53%.

Si se segmenta por edades se aprecia que en el nivel primario, 68,9% de las niñas (de entre 5 y 12 años) no tiene actividad fuera del horario escolar mientras que entre los niños esa cifra es de 57,7%. Si se consideran los adolescentes de entre 13 y 17 años el número asciende a 65,5% para las mujeres, frente a un 45,9% de los varones. Es decir, que la brecha entre los sexos pasa de 15,9% a 19,4%.

Se aprecia que tienen más predisposición a estas prácticas quienes residen en algún lugar cercano a un espacio destinado al deporte.

Para Fernando Agüero, secretario académico de la facultad de Educación de la Universidad Juan Agustín Maza, de la cual depende la carrera de Educación Física, esto se aprecia en las clases.

Dijo que a partir de los últimos años de primaria y aún más en la secundaria cuesta más que se involucren en las clases de Educación Física y que hay chicas que directamente no participan. Por el contrario, “el hombre suele sentirse más atraído por los deportes, especialmente por el fútbol que está muy arraigado culturalmente”.

El problema radica en que en este contexto la única actividad que tienen es la que corresponde a las horas asignadas en la currícula.

Ocurre que desde hace una década éstas han disminuido especialmente en las escuelas públicas donde en general tienen 60 minutos semanales. Tal carga horaria fue calificada como insuficiente por la licenciada Cecilia Llaver, decana de la Facultad de Nutrición y especialista en Nutrición Infantil.

Esto a la luz del 40% de obesidad y sobrepeso que presentan los niños en edad escolar lo cual está directamente relacionado con el sedentarismo que ha ganado terreno. Las pantallas, la inseguridad y la sobrecarga de la agenda atentan contra las chances de practicar algún deporte.

Mencionó que hay que tener en cuenta que pagar un club no está al alcance de todos los bolsillos.

Por eso, destacó que las organizaciones que trabajan con estos temas vienen reclamando hace tiempo que se incremente la carga horaria. Agüero consideró que lo mínimo que deberían tener en el colegio son dos horas semanales:  “Un estímulo semanal no alcanza para desarrollar ningún proceso de salud ni para enseñanza de algún deporte”.

Agregó que peor aún es la situación del nivel inicial en las escuelas  públicas, ya que la mayoría directamente no tiene. “Esto es un problema grave porque en esa etapa se trabajan las nociones espacio-temporales que luego deben tener desarrolladas para trabajar en una hoja y comenzar a escribir”, precisó.

El juego

Los recreos que podrían ser una oportunidad de realizar alguna actividad tampoco son aprovechados con este fin. De acuerdo a las conclusiones del estudio en cuestión,  32,5% de las niñas no suele realizar  juegos activos en el recreo, mientras que los varones no se encuentran muy lejos: 31,9%

Tal cual ya se señaló, en el nivel medio la situación se agrava: la mitad de los varones y 6 de cada 10 niñas permanecen sedentarios el tiempo que están fuera del curso.

Otra chance de movimiento es el juego, en espacios públicos, clubes o casas. Sin embargo, esto también se ve limitado por cuestiones de seguridad y accesibilidad así como la preferencia por las pantallas que potencia el sedentarismo.

A partir de la encuesta se supo que 6 de cada diez niños de primaria pasan más de dos horas diarias frente a una pantalla, lo que asciende a 7 de cada entre los de nivel medio, sin diferencias significativas entre los sexos.

La realización de actividades deportivas tiene ciertos condicionantes: aumenta a mayor nivel socioeconómico, entre quienes tienen cerca algún lugar para recreación y elementos como bicicleta o patines.

El licenciado Agüero explicó que la actividad física no es la práctica de un deporte propiamente dicha, sino que cuenta si salen a correr o a andar en bicicleta. Sin embargo, para que tenga beneficios orgánicos tiene que ser sistemática, con un mínimo de media hora tres veces por semana y preferentemente guiada por un profesional.

La iniciación a la práctica deportiva se recomienda a partir de los 8 años. Pueden practicar cualquier deporte, pero lo importante  en los niños es que esté regulada en intensidad. “No se debe exigir grandes intensidades en entrenamiento, debe ser más planteado desde lo lúdico pero que los niños no se sientan exigidos”, destacó Agüero. Ya en la adolescencia el deporte toma más características competitivas y es por ende más exigente.

Derecho y necesidad

El juego es reconocido como un derecho en la Convención de los Derechos del Niño. “El derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”, establece el artículo 31. Esto se vincula al reconocimiento de que esta práctica repercute en el estado de salud y el bienestar del chico.

“Está comprobado que la actividad física tiene beneficios primeramente en la salud, como la mejora del sistema y de la musculatura lo que beneficia la  parte postural”, resaltó el licenciado Fernando Agüero, secretario académico de la facultad de Educación de la Universidad Juan A. Maza.

Repercute además en aspectos psicológicos ya que mejora la autoestima, ayuda a canalizar ansiedad y angustias. Pero también aporta para la sociabilización de los niños, para aprender a interactuar y respetar reglas (que son un modelo de las normas que regulan el funcionamiento de la sociedad entre los adultos).

“Con el deporte se cultiva respeto, solidaridad, perseverancia, cooperación y trabajo en equipo”, redondeó.

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