La UCR pasará a manejar más de la mitad de las intendencias

Sus actuales cinco jefes comunales crecerán a once, con sus alianzas, en diciembre. Inversamente el PJ reducirá de doce a seis sus municipios. Estruendosos giros electorales en Malargüe, Las Heras y Guaymallén.

Con sus victorias electorales de ayer en los municipios de General Alvear, Tupungato, Las Heras, Guaymallén, la sorpresa en Malargüe y la ratificación de mandatos radicales en Rivadavia, Junín y La Paz la Unión Cívica Radical logró hacer crecer de cinco a diez  las administraciones comunales bajo su signo partidario.

También  contribuyó a que sus socios políticos del PRO hicieran pie en la provincia mediante el “operativo retorno” de Omar Demarchi en Luján de Cuyo.

De más está decir que la UCR descuenta un triunfo en Godoy Cruz en noviembre próximo.

Con todo esto, el Partido Justicialista mendocino ha visto recortada su poderosa liga de intendentes -que incidió en más de una decisión de los últimos gobiernos provinciales- de doce a seis jefes comunales: Maipú, con Alejandro Bermejo; Lavalle, con Roberto Righi; Tunuyán, con Martín Aveiro; San Martín, con Jorge Omar Giménez; Santa Rosa, con Sergio Salgado y San Rafael, con Emir Félix.

Es decir que habrá un replanteo interno del poder en el justicialismo ya que cuatro de los seis intendentes que lograron sobrevivir militan en el sector Azul (Bermejo, Righi, Aveiro y Giménez), uno en Integración (Félix) y otro es independiente (Salgado) luego de su pasado en Integración y el paquismo. En tanto, sucumbieron los alcaldes de La Corriente (Lobos y Miranda-Ciurca).

Ayer aparecieron en la provincia bases políticas suficientes para la eventual articulación de una Liga radical de intendentes, de igual o mayor peso que la actual del PJ. En ese sentido el gobernador electo, Alfredo Cornejo, ha tenido -en su campaña- especiales palabras de reconocimiento para el rol de los jefes comunales durante su mandato.

Todo sucede en medio de un proceso electoral particular como el mendocino que ayer se convirtió en el primero del país que tomó distancia de las ratificaciones de los oficialismos (de uno u otro signo) que se venían sucediendo en los comicios previos en otros lugares del país.

La ola opositora en Mendoza se apoderó no sólo de la provincia sino que bajó con fuerza sobre seis de los doce municipios justicialistas. El crecimiento radical dejó a la UCR con un número de comunas superior al de las siete que había alcanzado durante los gobiernos de Roberto Iglesias y Julio Cobos. Por entonces la UCR había logrado recuperar temporariamente a General Alvear y Tunuyán y -hasta hoy- a Godoy Cruz.

Sin embargo, el número de comunas radicales permanece aún lejos de su máximo histórico cuando -durante el gobierno de Santiago Felipe Llaver- la UCR llegó a manejar dieciséis comunas, es decir todas menos Maipú y Santa Rosa que quedaron para el PJ.

Con los resultados de ayer el radicalismo logró voltear doce años seguidos de intendencias justicialistas en General Alvear, ocho continuos en Tupungato y (con sus socios del PRO) cuatro en el cambiante Luján de Cuyo.

En especial, dinamitó los veintiocho años del PJ a cargo de Las Heras y tiró abajo los ocho de justicialismo en el decisivo Guaymallén. Sorprendió al recuperar Malargüe luego de veinte años de mandato justicialista, a pesar de que Cambia Mendoza había quedado abajo 1 a 3 en votos ante el Frente para la Victoria en las PASO de abril pasado.

Es que, ayer hubo muchos votantes de líneas internas derrotadas en las PASO del FpV que se sumaron al capítulo Sur del “operativo retorno” del radical Jorge Vergara Martínez, con dos mandatos en su haber.

La ola opositora golpeó duramente a figuras oficialistas de primer nivel que aspiraban a transitar una etapa municipal en sus carreras políticas: tales los casos del vicegobernador Carlos Ciurca en Las Heras y el delegado de Anses en Mendoza, Héctor Rasso, en Malargüe.

Simultáneamente abrió caminos de crecimiento político a figuras “nuevas” como los intendentes radicales electos Walter Marcolini de General Alvear; Daniel Orozco, de Las Heras; Gustavo Soto, de Tupungato, y Miguel Ronco, de Rivadavia. Y reflotó las figuras de Marcelino Iglesias, en Guaymallén, y Jorge Vergara Martínez, en Malargüe.

Al mismo tiempo abrió interrogantes sobre la transición de seis meses que se vivirá a partir de ahora en los seis municipios que ayer decidieron cambiar de color político. En especial en Guaymallén, donde el traspaso se deberá hacer entre los “irreconciliables” Luis Lobos y Marcelino Iglesias.

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