La supervivencia peronista

Con su anticipado rechazo a un debate por la reforma constitucional, el PJ parece haber querido recordar al Gobierno que el año electoral ya está en marcha.

Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar

Clima enrarecido entre los principales partidos parece querer dominar la escena política provincial en adelante, luego del rotundo rechazo del PJ a la posibilidad de reforma constitucional que impulsaba el cornejismo en la Legislatura.

Si bien desde el Gobernador para abajo nadie quiere expresar públicamente algún tipo de contrariedad, es evidente que la decisión que tomó el principal sector de la oposición el lunes desacomodó al oficialismo. “Si no son capaces (en el PJ) de apoyar en la Legislatura, qué sentido tiene ir al plebiscito por el sí o el no...”, comentan que se escuchó decir al jefe del Ejecutivo luego de que públicamente se encargara de dejar en claro que él no había impulsado la reforma, sobre la que sí trabajaban intensamente Jaliff y otros legisladores.

Y si bien en la Casa de Gobierno ordenaron dar vuelta la página, aseguran voces cercanas al Gobernador que la intentona reformista podría volver en la segunda parte del actual mandato de Cornejo, es decir, a partir del año próximo. Pero la nueva embestida podría adelantarse, dicen algunos, si intendentes del Gran Mendoza muy cercanos al titular del Ejecutivo lo convencen de la necesidad de reactivar el debate por la no reelección indefinida de los jefes departamentales, que cuenta con una propuesta que duerme en los escritorios de los poderes del Estado.

Cabe recordar que en 2007 se aprobó una ley de enmienda constitucional que limitó a una la posibilidad de reelección de los “caciques” territoriales. Dicha norma fue puesta a consideración de la ciudadanía en las elecciones de 2009 y obtuvo respaldo mayoritario, pero sin alcanzar la mitad más uno de los ciudadanos empadronados que exige una sentencia de la Suprema Corte. Pero, al no haberse presentado ninguna queja, cabe la posibilidad de que el Gobernador decrete la vigencia de la ley de referencia, lo que pondría sensatez al sistema electoral de nuestra provincia.

Mientras todo esto se debate en el seno del oficialismo, Cornejo propone a su tropa que no haya más distracciones. “No tiene sentido que nos saquen la atención en la gestión por este tipo de discusiones”, dijo el Gobernador a sus colaboradores. “Los problemas de Mendoza no existen porque la Constitución es vieja y hay que modificarla. Todo depende de la calidad de gestión”, remarca.

Como meros observadores de lo que hace el sector mayoritario y dominante del frente Cambia Mendoza, en el Pro local recuerdan que respaldaron desde el comienzo la idea reformista e incluso la posibilidad de una reelección para el Gobernador.

Pero hay en el macrismo quienes consideran que los promotores radicales perdieron tiempo en las “formas” de lo que se pensaba debatir y así permitieron que en la oposición advirtieran debilidades que fueron aprovechadas para fijar posición contraria, sin duda aprovechando la actual coyuntura social y económica.

En cuanto a los demócratas, también integrantes de la coalición gobernante en la provincia, fieles a su tradicional pensamiento ya habían anticipado que una reforma constitucional con reelección de gobernador era de muy difícil respaldo. Por lo tanto, la respuesta del peronismo de algún modo debe haber aliviado a las huestes de Carlos Balter en un tema tan complicado para ellos.

Sobre cómo se gestó el rechazo justicialista a la intentona reformista, también hay distintas interpretaciones. Para el oficialismo, tal como dijo en primera instancia el presidente de la Cámara de Diputados, Néstor Parés, “el kirchnerismo marcó la cancha al PJ” y volcó las voluntades partidarias en contra del cornejismo, “porque ellos (por los dirigentes del peronismo) públicamente hablaron en su momento de reformar la Constitución”. En el entorno del jefe del Ejecutivo también piensan así y consideran que se trata de una tendencia de fuerte oposición que incluye a los sectores partidarios, gremiales y universitarios que se manifiestan periódicamente en Mendoza con fuerte tono disidente.

En cambio, quienes ven de cerca y conocen la realidad del justicialismo mendocino, hablan de una tremenda demostración de cómo se comporta el peronismo cuando ve una posibilidad de demostrar alguna fortaleza. “Es una clara reacción de supervivencia”, enfatizan.

Reconocen en el principal sector de la oposición que, con inteligencia, Cornejo trajo seriedad en la gestión para diferenciarse de las administraciones justicialistas previas. Ordenó las finanzas provinciales y eso le permitió hasta ahora conducir la provincia con una suerte de piloto automático, que hasta le dio la posibilidad de trasladar a Kerchner al estratégico ministerio que dejó vacante Vaquié y poner a uno de los colaboradores de aquél en manos de Hacienda.

Pero lo que no pueden contener en el justicialismo es la fuerte embestida de los sectores más reaccionarios contra Macri y, por añadidura, contra gobiernos provinciales aliados, como el de Cornejo. Por eso para justificar la postura adoptada aducen que con el ordenamiento de las cuentas públicas hecho hasta ahora “no alcanza” porque -sostienen- los problemas derivados del lento movimiento de la economía también repercuten en la población mendocina.

Hay sondeos en la provincia que indican que la imagen del gobierno sigue siendo positiva para una clara mayoría de la población, pero hay otras encuestas que siguen manteniendo al radicalismo al frente pero ya con un descenso en la consideración general bastante notorio. Cornejo confía en un triunfo en las próximas elecciones, pero cuando pide no distraerse y bajar por el momento la pelea por la reforma constitucional es porque sabe que no debe confiarse en las mediciones de los encuestadores cuando todavía falta un buen trecho para la votación.

Lamentaban en el Gobierno que la ola de conflictos que abunda en el país, fundamentalmente en Buenos Aires, haya opacado, por lo menos en lo informativo, los resultados del encuentro del Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal que, con la presencia del ministro de Hacienda nacional, Nicolás Dujovne, se realizó aquí el mismo día de la marcha nacional de los docentes.

Bajar los gastos corrientes para lograr una mayor eficiencia fue la principal conclusión del cónclave, lo que sirvió al gobierno local para mostrar que su modelo de gestión es tenido en cuenta y recomendado para su aplicación en otras administraciones.

Es un buen incentivo pero Cornejo ya debe advertir que el juego que propone el PJ lo obliga a pensar en otras estrategias de gestión.

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