La ola de calor llevó a la gente al río

Pese a la prohibición de bañarse en el principal curso de agua de la zona norte y de cerrarse una de las bajadas, miles de personas mitigaron la tórrida jornada en la zona de Blanco Encalada. Hoy, mañana y pasado continuarán las altas temperaturas.

Tradicional y repetido. Fin de semana con temperaturas entre 33 y 36 grados. La opción fue buscar alivio en los diques y a la orilla de los ríos. Los más intrépidos se arriesgan en canales de riego.

Uno de los habituales escapes en búsqueda de fresco ante el persistente calor es el que se denomina bajada del kilómetro 22, en la ruta provincial 82, Blanco Encalada, pero presenta una sorpresa desde hacer varios días.

Personal del Departamento General de Irrigación (DGI) bloqueó la pasada hacia el río y muchos particulares, provenientes del Gran Mendoza, se encontraron con la sorpresa de que por ahí no podían bajar más con sus vehículos, pero sí a pie.

Aunque en teoría Irrigación prohibió el acceso, la zona estuvo colmada de gente porque los usuarios optaron por llegar a la vera de la correntada a través de propiedades privadas, como la que posee con asociados Alberto González, un simpático personaje que recibe a los visitantes con una nariz postiza roja, corbatín y que reparte caramelos, por lo que se ha ganado el apelativo de “el Payasito”. Este paso hacia “el agua” se encuentra a unos 600 metros del ahora bloqueado atajo.

Rubén Báez (44, de Maipú) contó que siempre concurre a este lugar, y reconoció que tenía sus riesgos bajar por la natural picada.

Personal del DGI colocó una gran piedra, excavó el terreno y acumuló tierra, por lo que por ese sitio no puede pasar nadie.

Muchos de los vehículos quedan estacionados en la banquina de la ruta, en la mano que va al Este. La ocupación de esta parte de la calzada, que siempre se presume transitoria, también puede ser un problema más adelante si se convierte en una regla.

Belén y sus amigos, que llegaron al lugar en ómnibus, se quejaron de la suciedad en torno al curso de agua.

Y este es un problema que preocupa y mucho al subdelegado del río Mendoza, Jaime Comadrán, que tiene que velar por el curso y su buena utilización para evitar su contaminación. No solo la basura que se deja es dañina para el ambiente, también el aceite que eventualmente pueden perder algunos vehículos.

Una corta recorrida por las pedregosa margen izquierda permitió observar una gran acumulación de residuos de todos tipo, pese a que algunos automovilistas, con criterio ecologista, se llevan sus desperdicios en bolsas.

Bloqueada la habitual bajada, los particulares realizaron el ingreso a través de la propiedad que con parientes posee Alberto González, quienes cobran $ 20 a cada automotor.  Los dueños de ese lugar ejercen un derecho de servidumbre permitiendo el paso hasta la corriente, pero sin hacerse responsable de lo que pudiera pasar junto a la corriente.

Los acampantes hacen asados, picnics bajo la sombrilla y se refrescan en la orilla. A metros la corriente escurre con cierta velocidad. Muchos padres con sus niños chicos afirmaron que hay que tener mucha responsabilidad y estar atentos. Es lo que sostuvo Carlos Cavieres (2 hijos), vecino de Rodeo del Medio.

“No nos separamos de los niños, hay que enseñarles”, dijo el vecino. Luis Mandiola (48), del barrio Gomensoro dijo algo similar: “Hay que poner mucha atención”.

De todos modos a lo lejos se observaba gente que había arriesgado, cruzando el río temerariamente, sin ningún tipo de elemento de seguridad.

En este contexto, muchas personas volverán a elegir el río Mendoza como opción para combatir el calor, a pesar de que el Departamento General de Irrigación prohibió el acceso con autos en Blanco Encalada. Para eso se inutilizó una de las bajadas principales y una de las más utilizadas.

González y sus allegados son dueños de un extenso terreno, que administran como camping. No desconocen los problemas que hay por usar el río, que por otra parte es un derecho que tienen todos los mendocinos.

Señalan que no hay infraestructura y que ni Irrigación ni el municipio de Luján de Cuyo se hicieron cargo de la situación. “Nosotros -prosiguió Alberto- tenemos baños, botiquines, y extinguidores, férulas y hasta 2 vehículos para un eventual traslado de urgencia”. También mencionó que hace 18 años que esperan un plan costero para administrar las márgenes del principal río de la zona norte.

Bañistas de canales y zanjones

La canícula obligó a bañarse en donde fuera, y así muchos canales de riego y grandes acequias del Gran Mendoza tuvieron su “público”. En general fue la forma de refrescarse que eligieron muchos jóvenes, especialmente menores de edad, que en la mayoría de los casos se encontraban sin la compañía de sus padres, por lo que el riesgo aumentaba.

Uno de los cauces utilizado para bañarse fue el que pasa por detrás de la cancha de Godoy Cruz Antonio Tomba. “Es imposible ejercer control sobre todos estos lugares”, admitió el superintendente de Irrigación, José Luis Álvarez, quien dijo que esto último está totalmente prohibido.

En cuanto al río, opinó: “Nadie sugiere que no se acerquen a sus márgenes, pero deben evitar bañarse en sus aguas porque el peligro es para ellos”. Según el pronóstico, para hoy se espera una temperatura máxima de 35º, mañana, 33º y pasado, 32º.

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