La nueva Costanera priorizará a los peatones y ciclistas

En diciembre empezará la obra de renovación total. Incluirá ciclovía, paseos peatonales y mucho verde.

En matera vial, la columna vertebral del Gran Mendoza es una autopista que atrasa 40 años. Sí, cuatro décadas pasaron desde la última gran intervención que se hizo a la Costanera que, en realidad, se llama Avenida Gobernador Videla y que va de norte a sur -y viceversa- desde Las Heras hasta Godoy Cruz, cruzando Capital y Guaymallén. 

Hoy, la principal vía de acceso a la Ciudad de Mendoza es un trazado lleno de pozos y parches, sucio, oscuro, plagado de yuyos en sus márgenes y con una red semafórica obsoleta. En resumen, una triste síntesis del olvido al que los gobiernos provinciales desde fines de los '70 condenaron a la red vial mendocina, de la que los Accesos Norte, Sur y Este también fueron víctimas.

Ahora, la Costanera adoptará por fin un perfil más moderno, acorde a los usos urbanos del siglo XXI. En diciembre, si todo sale como está previsto, empezará una mega obra que le cambiará la cara y que incluirá nueva calzada, iluminación y semáforos, pero sobre todo un rediseño paisajístico que beneficiará a los usuarios que más “miman” las ciudades de hoy: peatones y ciclistas.

Un cambio radical

El primer tramo de la Costanera se inauguró en 1965 y corría desde calle Jujuy hasta Brasil. En 1969 fue ensanchada e iluminada y luego, en 1977, se prolongó hacia el sur, con la construcción de los puentes sobre Minuzzi-Cabral y Alvear-Moldes. Desde entonces han pasado 40 años en los que el crecimiento del parque automotor fue inversamente proporcional al mejoramiento de esta avenida.

En estos años, las únicas intervenciones importantes fueron la unión hacia el sur con el Acceso Sur (principios de los ‘90) y la construcción del viaducto sobre José Vicente Zapata (en 2007), aunque ninguna de las dos representó un cambio radical como el que se ha diseñado ahora para cerca de 4 kilómetros que van desde calles Jujuy a Brasil.

"Es una idea renovadora para permitir la conectividad Este-Oeste, que hoy es imposible por el tránsito", plantea Oscar Sandes, titular de Vialidad provincial, el organismo que encarará los trabajos con financiamiento del BID (15 millones de dólares). "En cada puente habrá descansos para el peatón y para gente con discapacidad. Queremos priorizar la convivencia entre vehículo y peatón", agrega Sandes.

Según los cálculos de Vialidad, por la Costanera circulan a diario casi 100 mil vehículos, 4 mil de los cuales son camiones. Eso representa un flujo de tránsito constante que congestiona ambas vías en las horas pico, con la colaboración de una red semafórica tan vieja como la propia avenida. Por eso, será remplazada por 85 semáforos inteligentes (con onda verde) a los que se sumarán cartelería led luminosa con indicaciones de tránsito. "No todo el pavimento será nuevo. Hay losas que están en buenas condiciones", aclara Sandes.

Veredas y ciclovía

El reinado de autos, micros y camiones en la Costanera llegará a su fin. Es que las veredas serán ensanchadas y más accesibles al peatón, con rampas y dispositivos especiales para no videntes. Además, se incluirá nuevo mobiliario urbano y espacios verdes a modo de paseo lineal para descanso y esparcimiento en ambos márgenes (Capital y Guaymallén), “un tratamiento urbanístico agradable” -como lo llaman en Vialidad- para convertirlo “de basural a lugar de contemplación”.

Además, se construirá una ciclovía independiente de la calzada que correrá paralela al canal Cacique Guaymallén.

El plazo de obra es de 18 meses, es decir que estaría lista a mediados de 2019. Sin embargo, para hacer menos traumática la intervención -teniendo en cuenta que es la principal vía de tránsito norte-sur y viceversa del Gran Mendoza-, el plan es “producir el menor impacto posible”, según Sandes.

Por eso, se avanzará por tramos y quedarán liberados todos los cruces. “No se puede romper todo y arreglar todo de golpe. Somos conscientes de que una obra de esa magnitud va a generar problemas”, admite el titular de Vialidad, quien no esconde el atraso en materia vial que hay, un “hierro caliente” que están dispuestos a agarrar “para encontrar soluciones definitivas a este caos de tránsito y falta de conectividad que es Mendoza”.

El otro nudo vial: la Rotonda del Avión

El extremo norte de la mega obra de renovación de la Costanera es la Rotonda del Avión, ubicada en la triple frontera entre Las Heras, Capital y Guaymallén. El proyecto propone un rediseño completo de la zona con dos nuevos puentes para que el ingreso a la rotonda sea “mucho más franco”, explica Oscar Sandes.

Estarán unos 80 metros antes de la rotonda y cruzarán en diagonal al canal para llegar a la rotonda con una curva mucho menos pronunciada. De esta manera, se evitará la superposición de vehículos que se da actualmente desde las tres vías que existen.

“Ese desvío generará un espacio bastante grande en donde se iniciará la ciclovía y se forestará para transformarlo en un paseo con el tratamiento que se hace a la vereda también”, detalla Sandes. Allí también se construirá un nuevo parque con jardines y árboles.

Hacia el sur, en tanto, la zona del Nudo Vial (el viaducto hacia José Vicente Zapata) no sufrirá modificaciones: sólo tendrá algunas mejoras paisajísticas en sus laterales.

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