La militancia de la primera dama y la agresión de Blas

La esposa de Cornejo apoyó la marcha antiminera. “Yo siempre participé”, aclaró. En tanto, la dirigente de ATE insultó y atacó a dos ministros. Cambiemos dominó.

Cada año, el palco oficial del Carrusel se convierte en centro de atracción política, ya sea por la presencia de figuras destacadas o por los hechos que allí pudieran suceder.

En esta oportunidad, no hubo nombres rutilantes. Sólo el de los ministros nacionales, Rogelio Frigerio (Interior), Ricardo Buryaile (Agroindustria) y Francisco Cabrera (Producción), que acompañaron a la primera plana mendocina, en nombre del presidente, Mauricio Macri.

Entonces, fueron los hechos los que se llevaron la principal parte de la crónica. Por un lado, un fuerte encontronazo entre militantes de ATE y representantes de los gobiernos provincial y nacional.

Y por otro, una numerosa marcha antiminera que dejó, como protagonista inesperada, nada menos que a la primera dama mendocina.

En el primer caso, el protagonismo absoluto se lo llevó la ex secretaria general de ATE Raquel Blas, que con fuertes insultos y hasta agresiones generó el momento de mayor tensión, cuando enfrentó al ministro de Hacienda provincial, Martín Kerchner, y a Frigerio.

En plena marcha, Blas insultó primero a Kerchner. “Hijo de puta, esto es culpa tuya. Dejá de despedir a la gente”, le dijo al titular de Hacienda. Acto seguido, se dirigió a Frigerio, a quien le exigió que deje “de robarle al país” y que gobierne “para el pueblo”, para luego tirarle en la cara una pancarta que decía “no más despidos”, al grito de “tomá puto”.

La sindicalista fue retirada del lugar por sus propios compañeros, que la introdujeron en el grueso de la columna movilizada.

Sobre esto, minutos después, el gobernador Alfredo Cornejo, emitió su opinión. “Me avergüenza y debe avergonzarle a todos los mendocinos su actitud”, dijo el mandatario.  Luego, explicó: "Había dos opciones, negarles la posibilidad de manifestarse o autorizarla. Se les autorizó e hicieron esto”.

El ministro de Gobierno, Dalmiro Garay, también reprochó el hecho. “Nos quedamos acá. Los dejamos marchar. Y no respondimos", señaló, aunque no dio indicios de que fuera a aplicarse algún tipo de represalia. “No sé si Frigerio querrá hacer algo”, indicó.

El ministro del Interior, en tanto, le quitó dramatismo al hecho. “Soy un profundo defensor de la libertad de expresión. La gente puede expresar sus problemas y sus reclamos”, se limitó a decir.

Pero ése no fue el único entredicho entre ATE y el Gobierno.  Tras la salida en escena de Blas, fue el secretario general, Roberto Macho, quien se acercó a Kerchner, también a increparlo. “No queremos que a los trabajadores nos traten como esclavos”, le dijo el gremialista al ministro, al reclamarle “paritarias abiertas”. El funcionario le respondió que “el Estado necesita diálogo con los sindicatos”.

La de ATE no fue la única protesta gremial del carrusel. También el SUTE participó con su reclamo, aunque con una alternativa creativa. 
Varios maestros disfrazados de payasos repartieron entre el público fotos de paisajes mendocinos, que en el reverso contenían la consigna "No al ítem aula. Salario digno y en blanco".

Su vestimenta fue una alusión a los dichos de Cornejo de días atrás, cuando aseguró que él no tiene “bolsillos anchos como los de payaso” para pagar aumentos superiores a los que ha ofrecido.

Sin perfil bajo

Antes de que se produjeran los cruces entre ATE y los ministros, una multitudinaria marcha a favor del agua y en contra de la megaminería abrió la serie de manifestaciones vendimiales, como desde hace varios años.

La sorpresa la dio la esposa del gobernador, Lucía Pannocchia, habitual practicante de un perfil bajo, que abandonó en esta oportunidad.

Pannocchia, sancarlina como Cornejo, no sólo aplaudió el paso de los manifestantes, sino que no dudó en probarse una remera que rezaba “No a la megaminería a cielo abierto”, lo que generó varios aplausos.

“Es una forma de mantener la coherencia. Yo siempre participé en esa marcha”, enfatizó la primera dama mendocina.

A tono, con el cambio de época, el palco de autoridades fue copado por representantes de Cambiemos, entre funcionarios, legisladores e intendentes.

Del justicialismo, sólo los seis jefes comunales estuvieron en el lugar.

Apostillas

Por Marina y Majo. Cornejo y  los ministros nacionales Frigerio, Buryaile y Cabrera posaron para las cámaras con afiches reclamando justicia por las muertes de Marina Menegazzo y María José Coni en Ecuador.

Era a rosca. Uno de los ritos de cada Carrusel es cuando al gobernador le acercan un cuerno de vino para probar. Cornejo tuvo problemas para abrirlo y sólo atinó cuando un periodista le gritó "¡es a rosca!"

Arquerazos. Como arqueros de fútbol les hubiera ido muy bien. El premio a los mejores atajadores de melones se lo llevaron el intendente de Tunuyán, Martín Aveiro (PJ), y el diputado por Alvear, Gustavo Villegas (UCR).

¿Vinieron todos? Desde temprano ocuparon la vereda frente al palco unos 50 militantes de la Juventud Radical. No faltó el malicioso que dijera que "el peronismo suele juntar más gente".  "Nosotros no pagamos micros", fue la respuesta.

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