La gente del Santa Ana se une para mejorar el barrio

El primer paso será volver a organizar la Unión Vecinal. Quieren que haya más seguridad, un centro de salud y una sede del Registro Civil, entre otras demandas. Apelan al compromiso.

En el barrio no sólo los robos se han vuelto un problema de todos los días. Además de organizarse para lograr mayor seguridad, los vecinos del Santa Ana (Guaymallén) quieren incorporar un centro de salud, crear un centro de jubilados y generar espacios de interacción comunitaria donde los niños y adolescentes cuenten con posibilidades gratuitas de asistir a talleres culturales, artísticos y deportivos.

Para lograr estos objetivos, el primer paso que vienen planteando quienes se han movilizado desde hace tiempo en pos de lograr consenso en la barriada, será formar nuevamente la unión vecinal.

Ocurrió que la anterior se disolvió en 2005 y desde ese momento los vecinos no cuentan con representación ni tampoco se han reunido para tratar temas comunes a todos. Sin embargo, desde hace al menos dos años la inquietud por volver a reunirse y moverse para resolver las inquietudes, comenzó a germinar.

De hecho, anoche se concretó la última de una serie de reuniones que las familias interesadas en buscar alternativas a las problemáticas del barrio vienen manteniendo. Y si todo sale de acuerdo a lo previsto, habrá muchas más.

Silvia Vargas es una de las mamás que más se ha movilizado para avanzar en la conformación de la organización de la entidad.

Justamente, a través del grupo de Whatsapp que armó con otro vecinos, convocó a los habitantes del Santa Ana y los barrios cercanos (Arco Iris, Los Horneros y San Javier). Al menos 20 mil habitantes se encuentran viviendo en este sector de Villa Nueva, según comentó esta incansable vecina.

“Es de vital importancia que como vecinos nos organicemos. Además de la inseguridad hay muchas falencias por resolver: los abuelos no tienen un centro de jubilados y no hay ni una sala de primeros auxilios”, evaluó la mujer, que viene desde hace tiempo trabajando de manera activa para lograr mejoras en la comunidad.

Ella, de hecho, ha sufrido en carne propia lo que se siente que amenacen a una hija para robarle el celular. Pero también ha prestado vista y oídos a situaciones y reclamos de los vecinos que han sido testigos de cómo la histórica barriada, con el pasar de los años, se ha vuelto blanco de la delincuencia.

Otro de los objetivos que se quieren alcanzar, una vez que los representantes de la futura unión vecinal renueven la personería jurídica, es volver a poner en manos de la comunidad al polideportivo de la zona.

“También queremos incorporar una delegación del Registro Civil”, dijo Vargas, quien convocó a la reunión de ayer a las 20 en la escuela Ernesto Pérez Cuesta. Allí, unas cien personas expresaron sus ideas para mejorar el barrio.

Una de las propuestas presentadas ante la comunidad fue la incorporación de cámaras de seguridad en las paradas de colectivos, en coordinación con el Ministerio de Seguridad de la Provincia. "Queremos que sea una acción transparente, en la que los vecinos se comprometan y colaboren porque, en definitiva, se trata del bienestar de todos", reflexionó Vargas.

Germán Ejarque es uno de los vecinos de hace décadas y por eso decidió comprometerse con el objetivo de lograr una mejor organización vecinal. El ex presidente del Consejo Provincial de Discapacidad destacó que es primordial que las familias se comprometan en todo sentido, que se involucren con las nuevas iniciativas para el barrio y que participen de manera más activa en las decisiones comunitarias.

“Es un barrio grande y hay muchas necesidades que, para ser resueltas, requieren de una organización”, consideró.Orlando Masera es otro de los vecinos que decidió dejar de lado las quejas y tomar una posición más activa. Desde su punto de vista, un aspecto fundamental para que la comunidad salga adelante y logre las mejoras deseadas, consiste en que haya mayor unidad en el vecindario.

“Tenemos que estar mucho más conectados y unidos. Este barrio ha pasado de ser una zona residencial, en otras épocas, a una zona roja”. Agregó que otra demanda sería lograr que por las acequias vuelva a circular agua.

“De los diez años que vivo en el barrio el panorama ha sido el mismo. Es fundamental que las áreas del Gobierno se involucren con las inquietudes que tenemos los vecinos y nos den respuesta”, cerró.

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