La ganadora del Nobel de Literatura, ignota en Mendoza

La bielorrusa Svetlana Alexievich tiene un solo libro traducido al español, pero no está en las librerías locales. Perfil de la autora.

La bielorrusa Svetlana Alexievich ganó el premio Nobel de Literatura por “su obra polifónica, memorial del sufrimiento y de la valentía en nuestra época”, según anunció ayer la Academia Sueca. La periodista y escritora, de 67 años, es la decimocuarta mujer recompensada por el Nobel de Literatura desde su creación en 1901.

Pese a que es uno de los premios Nobel que más repercusión suele tener, junto con el de la Paz, fue grande la sorpresa tras su anuncio. Es que uno de los candidatos principales -y que por estos días suele tener mayor espacio en los escaparates de las librerías- era el japonés Haruki Murakami junto a los estadounidenses Philip Roth y Joyce Carol Oates, y el keniano Ngugi Wa Thiong’o. Finalmente, el premio se fue a Bielorrusia.

Alexievich es una perfecta desconocida en Mendoza, por lo que conseguir una obra suya en las librerías será complicado. Todos los libreros consultados por Los Andes afirmaron no tener ninguno de los libros de la escritora.

En la Librería Técnica, por ejemplo, aseguraron haber tenido un volumen de “Voces de Chernobil” (su obra más famosa) a 66 pesos, pero que ahora no lo tenían. “Van a tardar en llegar unos diez días. Es lo que suele demorar cuando gana un escritor del que no tenemos libros”, dijeron en ese local de calle Rivadavia.

En tanto, en Cúspide y García Santos advirtieron que los libros demorarán unas semanas en llegar. “Pasó una situación similar con Doris Lessing - ganadora del galardón en 2007- aunque en aquella oportunidad algún librito teníamos. Esta vez  nada de nada”, comentaron desde García Santos.

En tanto, en ninguna de las librerías de calle Garibaldi hay tampoco ejemplares de la bielorrusa. En AM Libros confesaron haber recibido algunas consultas respecto a “Voces...”, pero de todas formas no cuentan con nada de Alexievich.

“El problema es que sólo está traducido uno de sus libros al español, que es ‘Voces de Chernobil’, los demás libros no están en castellano y el problema de eso es que no solo nos afecta a nosotros sino a todos los que hablan español. Solo se puede acceder a sus textos en ruso. Es una figura medio inaccesible”, reconoció Gustavo Zonana, vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo.

Una voz conmovedora
Svetlana Alexievich, nacida en 1948 en una localidad hoy de Ucrania, llevaba años entre los escritores favoritos para hacerse con el Nobel de Literatura. Es autora de libros sobrecogedores sobre la catástrofe de Chernobil o la guerra de Afganistán, prohibidos en su país, que no le perdona el retrato que hizo del "homo sovieticus", un ser incapaz de ser libre.

Muchos de sus compatriotas la leen, aunque el régimen autoritario del presidente Alexander Lukashenko impide sus apariciones públicas en Minsk, donde reside parte del año.

“Durante los 30 o 40 últimos años dedicó su tiempo a la cartografía del individuo soviético y postsoviético. Pero no es una historia de los acontecimientos. Es una historia de las emociones, una historia del alma”, explicó Sara Danius, la secretaria de la Academia Sueca.

La escritora es diplomada de la facultad de periodismo de la Universidad de Minsk. Allí comenzó a recoger en un grabador los relatos de mujeres que combatieron durante la Segunda Guerra Mundial. Estos testimonios fueron la base de su primera novela, “La guerra no tiene rostro de mujer”, escrita en ruso como el conjunto de su obra.

Desde entonces, Alexievich sigue utilizando el mismo método para escribir sus novelas documentales y entrevista durante años a gente que vivió experiencias conmovedoras. “Necesito atrapar a una persona en un momento en el que ha sido sacudida”, había explicado la escritora al semanario ruso Ogonyok.

“Por medio de su extraordinario método, Alexievich profundiza nuestra comprensión de toda una era”, escribió la Academia Sueca. “Los chicos de zinc” es un libro sobre la guerra de Afganistán, publicado en 1990, que la hizo célebre.

Su obra más famosa, “La plegaria (o las Voces, según la edición) de Chernobil”, ha sido traducida en varios idiomas y publicada en todo el mundo. Además, algunos de sus libros fueron llevado a los escenarios teatrales en Francia y en Alemania, donde recibió el prestigioso premio de la Paz en la feria del libro de Francfurt, en 2013.

De esta manera, Alexievich sucede al novelista francés Patrick Modiano, ganador en 2014 del Nobel, y recibirá una recompensa de 973.000 dólares.

“Haré una cosa: Me compraré la libertad. Me lleva mucho tiempo escribir mis libros, entre 5 y 10 años'”, dijo. “Tengo dos ideas de libros nuevos así que me complace que ahora tendré la libertad para trabajar en ellos”.

Una luchadora contra "el poder totalitario"

Svetalana Alexievich, ni bien anoticiada del galardón, dijo sentir una “gran alegría” e instó a “no hacer concesiones ante el poder totalitario”. También dijo “amar al mundo ruso”, pero no a dirigentes como Stalin o el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Con este premio, el régimen de Minsk “estará obligado a escucharme. Hay tantas personas cansadas que ya no tienen la fuerza de creer. (El galardón) puede significar algo para ellas”, afirmó Alexievich al diario sueco Svenska Dagbladet.

“Es una recompensa no sólo para mí, sino también para nuestra cultura, nuestro pequeño país”, declaró luego en rueda de prensa. “Es difícil ser una persona honesta, pero no hay que hacer concesiones ante el poder totalitario”, puntualizó.

"Amo al mundo ruso, pero al mundo ruso humano", dijo. "No amo a Beria (director de la policía secreta estalinista), Stalin, Putin", puntualizó.
El autoritario presidente de Bielorrusia, Alexandre Lukashenko se mostró satisfecho por el premio y felicitó a la galardonada. "Estoy sinceramente contento por su éxito", declaró. "Espero mucho que su premio servirá a nuestro Estado y al pueblo bielorruso", añadió.

Como muchos intelectuales en Bielorrusia, Alexievich apoya a los opositores políticos del presidente Lukashenko, quien compite por la reelección este domingo. Y por sus críticas al gobierno, se ha visto obligada a vivir varias temporadas en el extranjero, incluyendo estancias en Francia, Italia, Alemania y Suecia. Actualmente reside en Minsk, la capital bielorrusa. “Será interesante ver qué va a hacer (el presidente) en esta situación”, dijo en el vestíbulo del edificio de departamentos de la era soviética donde vive.

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