La fiesta de los Clásicos

Entre más de seiscientos automóviles de todas las épocas, un Mercedes Benz 300 SL 1955 fue distinguido por el jurado con el mayor premio de Autoclásica.

Autoclásica, organizada por el Club de Autos Clásicos de la República Argentina, es el lugar ideal para disfrutar de los más importantes automóviles y motos antiguos de Sudamérica, y se vuelve un espacio que transmite magia e historias de todo tipo. En esta ocasión se pudieron apreciar más de seiscientos automóviles y trescientas motos, de entre treinta y cien años de vida, y en perfecto estado.

Entre las muchas atracciones para grandes y chicos, se destacaron los impresionantes áreas de Bugatti y Ferrari, la celebración de los sesenta años del Citröen DS, y los lugares distintivos para los Peugeot 403 y BMW Isetta. Por otro lado, el sector de competición recibió y rindió tributo a dos de los Torinos de la inolvidable Misión Argentina en Nürburgring, y entre las calles del Hipódromo de San Isidro se lucieron excelentes Aston Martin, Lamborghini, Porsche, Jaguar, BMW y un De Tomaso Pantera.

Las motos estrenaron un sector amplio y exclusivo con increíbles ejemplares de calle y de competición, con una exhibición especial de la Kawasaki Z1 900. En el circuito de pruebas dinámicas el público pudo disfrutar de las joyas mecánicas de cada categoría en acción, con la presencia de varias personalidades del mundo automovilístico, y además se llevó a cabo el Grand Prix Junior, que consistió en una divertida carrera de autos de época a pedal para niños de entre 4 y 6 años.

Los ganadores

Un Mercedes-Benz 300 SL 1955 fue distinguido por el jurado con el mayor premio de la muestra. Este modelo conocido popularmente como “Alas de Gaviota” es un automóvil superdeportivo de dos plazas y fue producido por el fabricante alemán entre los años 1954 y 1963, inicialmente con carrocería coupé, y luego también como descapotable. Solo hay tres autos cómo este en Argentina.

El ganador del codiciado premio Best of Show 2015, que conformó una terna final junto a un Packard Custom Coupe 1929 y un Bentley 4 1/2 Open Tourer, fue distinguido en virtud de poseer una singular belleza y armonía de sus líneas, por mostrar una antigüedad suficiente que lo hace un verdadero clásico a través de los tiempos, y también gracias su óptimo estado de preservación y restauración.

Entre las motos, la mejor de la muestra fue una Brough Superior 11/50 1938 de 1000 CC y de fabricación inglesa, y fue de alta categoría para la época. Por su parte, un Triumph TR3 A 1960 fue el ganador del Premio Germán Sopeña como el Mejor Automóvil Deportivo Contemporáneo de la muestra por elección y votación de los periodistas, y también fueron galardonados los Locomobile de 1906, Peugeot D4A, Jeep 1953, Baufer Chevrolet, Crespi Monoplaza y un Baufer DB.

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