La Chaise, de los Eames

Los Eames se inspiraron en la escultura de 1927, con el título de figura flotante del escultor Gastón Lachaise (de ahí la referencia al nombre con el apellido del artista, escultor estadounidense de origen francés, conocido por sus monumentales esculturas de mujeres desnudas). Esta tumbona es, desde hace tiempo, un ícono del diseño expresivo.

El certamen del Museo de Arte Moderno de Nueva York tomó el nombre de "Concurso Internacional de Diseño de Muebles de Bajo Costo".

Compuesta por dos cáscaras de fibra de vidrio unidas, una base cromada y pies de roble natural, la silla desarrolla una elegancia y líneas totalmente inspiradoras, permitiendo una gran cantidad de posturas tanto sentadas como reclinadas. A diferencia de Eero Saarinen la "Womb Chair", la  carcasa de plástico de la Eames no estaba tapizada, siendo versátil en su visualización y su uso.

La ligereza de la estructura se evidencia cuando en el diseño se perfora la parte con mayor volumen, un recurso estilístico utilizado también por escultores como Henry Moore. Analogías formales con elementos escultóricos en imágenes surrealistas de Salvador Dalí son perceptibles (por ejemplo, ruinas atávicas después de la lluvia, 1934, y del sueño, 1937).

La Chaise, además de convertirse en una verdadera escultura, es utilizada por diseñadores contemporáneos para dar vida a sus espacios, como es el caso de Phillip Starck en el interiorismo del lobby del hotel Delano en Miami.

Esta silla nunca se vendió durante la vida de los diseñadores, ya que resultó demasiado costosa para producirla. En 1948 la pareja Eames calculó que la producción de la silla sería de 15 dólares, y la de su estructura de soporte sería de 12 dólares.

Recién en 1996 el socio de Eames, Vitra International, comenzó a fabricar y distribuir La Chaise en respuesta al interés y la demanda del público. Actualmente la silla sirve como un ícono de diseño colocada en los catálogos de hitos del mueble. Está disponible exclusivamente en Vitra.