La arquitecta que proyecta en la capital estadounidense

Rocío Sánchez Seija se fue por un año, pero ya hace seis que trabaja en Washintgton DC, donde es parte de un importante estudio de arquitectura. Allí diseña hoteles, colegios y universidades.

A Rocío Sánchez Seijas (29) siempre le interesó estudiar afuera y una vez que se recibió de arquitecta en la Universidad de Mendoza, le llegó la oportunidad de hacerlo. La institución seleccionada fue la Washington Alexandria Architecture Center (WAAC) de la Universidad de Virginia Tech, en Estados Unidos.

“Me interesó sobre todo profesionalmente y para mejorar el idioma. Igual siempre la idea fue venir de intercambio por un año y volver a Mendoza, lo cual no sucedió y ese año se transformó en seis años ya”, describió la joven desde Washington DC. Actualmente trabaja en WDG Architecture, en la ciudad capital estadounidense, y está abocada a la ampliación de la línea de hoteles boutique de la cadena Marriot.

Apenas llegó a Estados Unidos, además de estudiar en la universidad, la mendocina buscó ir ganando experiencia laboral. “Comencé a trabajar en una firma en Old Town, Virginia, que se llama Fanning Howey. Trabajé allí como project designer (diseñadora de proyectos) por 4 años”, relató, a la vez que contó que se trata de una empresa especializada en Arquitectura Educacional.

“Diseñan desde jardines de infantes hasta universidades, y trabajábamos mucho con el Gobierno de los Estados Unidos haciendo colegios públicos en todo el país”, añadió.

Aunque en un principio comenzó como pasante, para ella se trató de una experiencia muy interesante y variada. “Estuve aprendiendo todos los programas que podía y haciendo de todo un poco: desde diseño gráfico, maquetas, planos, etcétera... Con el paso del tiempo ya estaba diseñando colegios y universidades”, recordó.

Después de cuatro años en esa empresa decidió buscar trabajo en un estudio con un portfolio más variado. “En mayo de 2013 comencé a trabajar en WDG Architecture en Washington DC, una firma de arquitectura privada que se especializa en master plans, hoteles (cadenas como Trump, Hyatt, Marriot), edificios residenciales, comercios y oficinas mix use, como le llaman acá”, enumeró.

Lo que más le llamó la atención de esa empresa fue el nivel de diseño que tiene y la variedad de proyectos. "Nunca te aburrís", remarcó satisfecha. 
Al principio trabajó en un replanteamiento de la zona de Tysons Corner, en Virginia.

“Empezamos con el master plan y continuamos con el diseño de edificios residenciales con comercios y edificios de oficinas. Hace unos años no había nada en esa zona y si vas ahora es una pequeña ciudad. Es muy interesante trabajar en proyectos de planeamiento. Es como que vos sos parte de la razón de por qué cada edificio está ubicado dónde está, y ver cómo se transforma la zona en lo que es hoy en día”, recalcó Rocío.

Actualmente está abocada a un proyecto con la cadena de hoteles Marriot, que está ampliando su línea de hoteles boutique llamada “SLS hotel”. “Es acá en DC, lo cual a veces es medio complicado porque se trata de una ciudad histórica y el código te limita mucho. Pero estamos tratando de representar el estilo de esta línea de hoteles al máximo que podamos, la cual tiene un estilo muy minimalista, innovador y elegante”, describió.

Como una reflexión final sobre su tarea profesional, expuso: “Como con cualquier profesión tengo días de amor/odio pero por ahora la verdad que tengo la oportunidad de diseñar bastante y hacer lo que me gusta. Al final del día creo que es más amor”.

Bien recibida
En su rutina diaria domina su trabajo, que le insume entre 9 y 10 horas, a lo que le suma otras actividades para distenderse."Dependiendo el día, voy a clases de yoga o de dibujo en la Escuela de Arte de Smithsonian. Muchas veces me voy a caminar por DC. Siempre hay algo para hacer acá, sea un plan social o cultural", aseguró.

Los fines de semana, comentó, el plan puede variar dependiendo del clima, pero si es un fin de semana largo o tiene un día de vacaciones, por lo general trata de viajar.

Un aspecto que Rocío destaca de los estadounidenses es lo bien que la recibieron. “En la facultad siempre me sentí muy bien porque es un ambiente muy internacional, así que conocí mucha gente de todo el mundo y, como estábamos todos en la misma situación, nos acompañábamos; en el trabajo también. Te respetan mucho cuando saben los sacrificios que hacés por formarte profesionalmente en otro país”, remarcó.

A pesar de su buena experiencia, la joven reconoció que ha notado una cierta carencia de calidez en la sociedad norteamericana si se la compara con la argentina.

Y aunque lo ha considerado, todavía no está segura si volverá a radicarse en la provincia. “Lo que más me tira obviamente es mi familia, compuesta por mis papás Antonio y Laura, mis tres hermanos Laura, Nicolás y Eduardo, y mis sobrinos Luli y Dante. No hay un día que no los extrañe. Nací en Mendoza y viví ahí por 22 años. Mi familia esta ahí, mis amigos están ahí, es difícil... Igual ya hace 6 años que estoy acá y estoy formando mi vida, entonces cada vez se complica más tomar una decisión de este tipo”, cerró.

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