Inquietantes noticias sobre Brasil

Por distintas circunstancias, tales como la cercanía y esencialmente por formar parte del Mercado Común del Sur (Mercosur), Brasil se ha convertido en el principal mercado externo hacia el cual va dirigida la mayor parte de la producción agrícola de Mendoza. De manera tal, entonces, que cualquier inconveniente que se produzca desde el plano de la economía en ese país tiene directa incidencia sobre Mendoza.

Sólo como ejemplo podríamos recordar lo que sucedió cuando la Argentina y Brasil ingresaron en una discusión, que no alcanzó a ser conflicto, sobre el ingreso de productos hacia uno y otro país y las trabas que se pusieron para los respectivos ingresos. Los productos agrícolas no se encontraban en el centro de la discusión, pero sufrieron las consecuencias con trabas consistentes en las demoras para el permiso de ingreso, entre otras, pero que resultaban fundamentales en razón de que se trataba de alimentos perecederos.

En oportunidad de cerrarse los acuerdos para la conformación del Mercosur, los países participantes (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, luego se sumó Venezuela) establecieron la libre circulación de productos y la no aplicación de aranceles para su ingreso a los diferentes países. En ese esquema, y relacionados directamente con la producción agrícola, la Argentina resultaba beneficiada en razón de que Brasil, con casi 200 millones de habitantes, se constituye como un mercado “a ganar” en el plano internacional. La situación se vio favorecida en los últimos años por una política social aplicada por los gobiernos brasileños que permitió alcanzar un mejor estándar de vida para un porcentaje importante de la clase más necesitada, lo que generó paralelamente un mayor consumo.

La economía mendocina fue una de las beneficiadas por esa mayor capacidad de consumo. Se incrementaron las exportaciones hacia ese país, el que se ubicó como el principal comprador de ajos, ciruelas, aceitunas y aceite de oliva, manzanas, peras, etcétera, a lo que se suma el vino y, en este plano, Brasil se ubica en tercer lugar para las exportaciones, después de Estados Unidos y Canadá, superando inclusive a Gran Bretaña.

Pero, tal como lo señalamos en un párrafo anterior, los problemas que puedan plantearse en la economía de Brasil tendrán incidencia directa sobre nuestras exportaciones. Y las noticias que llegan desde el gigante suramericano no son para nada halagüeñas. Se indica que, con el objeto de equilibrar las cuentas públicas, el ajuste fiscal que el gobierno brasileño intenta implementar incluye un recorte que rondará los 23 mil millones de dólares, en el curso del año, a lo que podría sumarse un aumento en los impuestos. La medida fue estudiada por la propia presidenta Dilma Rousseff, junto a sus ministros, con la intención de garantizar el cumplimiento de la meta de superávit primario que se estima en 1,2 por ciento del Producto Bruto Interno. Según se afirma, la propuesta contempla que los tributos sean elevados por decreto presidencial, tal como se hizo a principios de año con impuestos sobre el crédito al consumidor y los combustibles, entre otros. A pesar de que se indica que los partidos de la oposición, inclusive el propio PT, no comulgan abiertamente con la medida, todo lleva a indicar que la misma se aplicará en un programa de reducción de gastos que ya afectó beneficios sociales y otros programas emblemáticos.

Frente a ese panorama a futuro, los exportadores locales deberán estar alerta porque pueden llegar a quedar afectadas las salidas de productos locales. Y vuelve a instalarse también la discusión sobre la dependencia de un mercado único, como ha venido sucediendo en los últimos años.